Los argentinos están acostumbrados a convertirse en pilotos de tormentas. De navegar de crisis en crisis. Pero, en los últimos tiempos, las estrategias son cada vez más dificultosas. Llegar a fines de mes es cosa de magos. Ni siquiera la clase media puede acumular entre $ 2,5 millones y $ 3 millones al mes para sostenerse en el estatus más tradicional de la Argentina.
En los últimos 20 años hubo un cambio en la manera de obtener recursos para el sustento. El trabajo remunerado pasó del 78,3% al 82%, mientras que entre los ingresos no laborales, las jubilaciones y pensiones pasaron del 29,4% en el segundo semestre de 2003 al 35,7% al primer semestre de este año. Más dinámico ha sido el comportamiento de los subsidios y planes sociales que en 2003 significaba un 4,5%, mientras que este año trepó al 14,6% entre las estrategias de manutención de los hogares argentinos.
Estos datos corresponden al dossier sobre “¿cómo organizan su economía los hogares argentinos?”, difundido ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). De acuerdo con ese diagnóstico, al que accedió LA GACETA, El 19,9% de los hogares recurrió al uso de ahorros en 2003, mientras que en 2025 ese valor escaló al 37,4%.
Entre las estrategias de financiamiento, los préstamos de bancos y financieras se incrementaron 10,8 puntos porcentuales y el uso de tarjeta de crédito o pago en fiado tuvo un aumento de 28,9 puntos entre 2003 y 2025. En otras palabras, las crisis fueron cada vez más dificultosas. Por esa razón, las familias tuvieron que “quemar” sus ahorros para no caer en situación de pobreza y apelar al uso de la tarjeta de crédito para costear sus gastos cotidianos frente a la caída del poder adquisitivo.
El contexto económico y social puede incidir en las estrategias de manutención que utilizan los hogares para organizar su funcionamiento. Algunos de los cambios evidenciados en los últimos 20 años incluyen, entre las estrategias no laborales, un mayor acceso a la cobertura del sistema previsional y un aumento de la percepción de planes sociales, subsidios y ayudas en dinero de iglesias y organizaciones no gubernamentales, dice el reporte al que accedió LA GACETA. También se observa una caída de los ingresos en especie y un incremento de la financiación de los gastos -sea por vías formales, como las tarjetas de crédito, o informales, como el fiado- y de la utilización de ahorros para gastos corrientes.
Para la satisfacción de sus necesidades, y ante la ausencia de nuevos ingresos monetarios -laborales o no laborales- o en especie, los hogares recurren a otras estrategias como complemento. Entre ellas se cuentan las que implican una descapitalización por la venta de pertenencias o el uso de ahorros, los préstamos con entidades bancarias u otros mecanismos informales (familiares, por ejemplo), y la financiación de compras en cuotas o al fiado, puntualiza el Indec.
Los datos oficiales muestran, además, que el 16,1% de los hogares del estrato de ingreso medio recurrió al uso de ahorros o a la venta de pertenencias como estrategia de manutención.
A medida que desciende el nivel de ingresos se incrementa la toma de préstamos. En el primer semestre de este año, uno de cada cuatro hogares se endeudó y, dentro del estrato de ingreso bajo, lo hizo uno de cada tres.
Cuatro de cada 10 hogares utilizaron ahorros o vendieron pertenencias en el primer semestre de este año. Al igual que en la estrategia de solicitud de préstamos, es más frecuente en los hogares de menores recursos.
Préstamos
En cuanto a la solicitud de préstamos de los hogares, en el estrato de ingreso alto y medio hay una mayor cantidad que se endeuda con entidades bancarias y financieras.
Dentro del estrato de ingreso bajo, predomina el endeudamiento informal con familiares o amigos, puntualiza el diagnóstico del organismo estadístico nacional.
Existen diferencias marcadas en el acceso a mercaderías que reciben los hogares desde otros hogares, sean familiares o no familiares. Entre los sectores medios y altos, la ayuda entre hogares es superior a la que entregan las organizaciones estatales, las no gubernamentales y las iglesias. Esta relación se invierte entre los hogares del estrato bajo.
Según el Indec, no todos los hogares utilizan los mismos recursos o estrategias a lo largo del tiempo. En los últimos años, los hogares experimentaron contextos disímiles, como durante la pandemia por COVID-19. Estas circunstancias pueden haber influido en la adopción de las estrategias de manutención.
En los últimos nueve años se observa cierta estabilidad de los hogares que compraron en cuotas o fiado, en torno al 50%, con una leve caída en el segundo semestre de 2020, período afectado por la pandemia de COVID-19, y con el porcentaje más alto en el segundo semestre de 2024.
El uso de financiamiento para los gastos familiares muestra una mayor incidencia en los hogares con ingresos elevados. El porcentaje de hogares que utilizó ahorros tuvo un incremento entre 2018 y 2020, cuando alcanzó un valor cercano al 35%. A partir de entonces se mantuvo relativamente estable, hasta el primer semestre de 2024, cuando volvió a registrar una suba y llegó al valor máximo de la serie (40,1%).