A simple vista, un televisor apagado o una cafetera sin usar parecen no tener impacto alguno en el consumo de electricidad. Sin embargo, estudios del Natural Resources Defense Council (NRDC) y del sitio especializado Real Simple advierten que los llamados “vampiros de energía” pueden representar hasta un 23% del gasto eléctrico de un hogar promedio.

Estos aparatos, que continúan demandando electricidad incluso cuando están en modo de espera o apagados, no solo encarecen la factura de luz, sino que también aumentan el riesgo de incendios y deterioran la vida útil de los dispositivos.

A continuación, los ocho electrodomésticos más comunes que conviene desenchufar cuando no se utilizan, junto con las razones para hacerlo:

Calefactores eléctricos

Son responsables de miles de incendios domésticos cada año, según la Asociación Nacional de Protección contra Incendios. Incluso apagados, los modelos con sensores o temporizadores consumen energía. Además, nunca deben conectarse a regletas, ya que pueden causar sobrecargas.

Secadores de pelo y planchas para el cabello

Aunque no gastan energía apagados, representan un riesgo al quedar enchufados en lugares húmedos, como el baño. Desconectarlos después de cada uso evita cortocircuitos o incendios accidentales.

Televisores

Permanecen en “modo espera” para responder al control remoto, lo que implica un consumo constante de entre 2 y 50 vatios. En equipos que se usan poco, desenchufarlos puede traducirse en un ahorro significativo al año.

Calentadores de toallas

Estos pequeños lujos del baño pueden consumir hasta 140 vatios si permanecen enchufados. Algunos modelos ni siquiera cuentan con interruptor, lo que los convierte en una fuente de riesgo eléctrico permanente.

Consolas de videojuegos y decodificadores

Son de los mayores consumidores ocultos de energía. Incluso sin estar en funcionamiento, los decodificadores mantienen procesos activos. En hogares con televisores inteligentes, prescindir de ellos puede reducir notablemente el consumo.

Equipos de oficina

Impresoras, escáneres y trituradoras suelen permanecer en modo de espera, gastando energía innecesaria. Si no se utilizan a diario, lo ideal es desconectarlos por completo.

Computadoras y notebooks

El modo suspensión no detiene el consumo eléctrico. Según el NRDC, una computadora de escritorio puede generar hasta 50 dólares anuales de gasto adicional solo por permanecer conectada. Apagar y desenchufar los equipos durante las ausencias largas ayuda a reducir costos y protegerlos de picos de tensión.

Pequeños electrodomésticos de cocina

Cafeteras con temporizador, microondas o tostadoras digitales consumen energía constantemente por mantener relojes y luces encendidos. Si no se utilizan sus funciones programables, desenchufarlos es lo más eficiente.

Desconectar estos dispositivos no solo representa un ahorro visible en la factura de luz, sino que también aporta a un uso más responsable de la energía y refuerza la seguridad eléctrica del hogar.