Dos elementos habituales en la cocina, el romero y la sal gruesa, volvieron a cobrar protagonismo gracias a una tendencia que los presenta como aliados para renovar la energía de la casa. Según distintas prácticas tradicionales, combinarlos en un frasco puede mejorar el ambiente, aportar frescura y hasta contribuir al equilibrio emocional.

Esta mezcla, sencilla y económica, funciona como un purificador natural. La sal gruesa posee la capacidad de absorber humedad y olores desagradables, lo que evita esa sensación de pesadez en los espacios. El romero, por su parte, libera un aroma herbal fresco, asociado a la idea de orden, limpieza y bienestar.

La combinación de ambos ingredientes genera un efecto que muchos definen como revitalizante.

¿Por qué se coloca sal gruesa y romero en un frasco?

El uso conjunto de estos dos elementos ofrece varios beneficios: reduce olores fuertes en áreas con poca ventilación, contribuye a mantener un aire más seco; ideal para ambientes húmedos; y brinda un perfume suave y natural, sin necesidad de productos químicos o aerosoles.

A la vez, tanto la sal como el romero tienen un significado especial dentro de prácticas ancestrales. La sal se utiliza desde tiempos antiguos como un escudo contra energías negativas, mientras que el romero se asocia a la claridad mental, la armonía y la renovación. 

Por ese motivo, muchas personas colocan este frasco en puntos estratégicos del hogar, especialmente en la entrada, el living o zonas de circulación. La idea es que, cuanto más expuesto esté, mayor será su aporte a la hora de equilibrar el ambiente.

Cómo preparar el frasco paso a paso

Armar este purificador casero no requiere experiencia ni materiales especiales:

1. Colocar una base de sal gruesa.

2. Añadir algunas ramas de romero.

3. Opcional: alternar capas de sal y romero para un efecto más decorativo.

4. Dejar el frasco destapado si se quiere aromatizar el ambiente, o tapado si el objetivo principal es absorber humedad.

Dónde ubicarlo para que funcione mejor

La efectividad varía según el lugar donde se lo coloque. Algunas de las ubicaciones recomendadas son:

- Entrada de la casa: ideal para una sensación de protección energética.

- Living o comedor: contribuye a armonizar los espacios compartidos.

- Baño: ayuda a contrarrestar humedad y olores.

- Cerca del placard: mantiene el aire más seco.

- Cocina: atenúa los aromas intensos de la comida.

Por lo general, este preparado casero tiene una duración de 30 a 45 días, dependiendo del nivel de humedad del ambiente. Cuando la sal se humedece completamente o el romero pierde su aroma, es momento de renovarlo. Lo ideal es revisarlo una vez por semana para asegurarse de que siga funcionando correctamente.