A Roma la barrió una tormenta esta mañana, pero no logró apagar el fervor que encendió el Papa Francisco desde que arrancó su Pontificado: cientos de personas recorren la plaza de San Pedro y los trabajos para preparar la misa de mañana son frenéticos.

Bajo la lluvia, empleados del Vaticano disponen las vallas detrás de las cuales deberán ubicarse los fieles. También levantan el altar en las escalinatas de la imponente basílica de San Pedro. Y colocan las torres de sonido a lo largo de toda la vía de la Concilazione. Es que se calcula que si ayer para el Angelus más de 150.000 personas coparon la plaza de San Pedro, mañana esa cifra podría ser duplicada fácilmente.

El acceso a la zona del Vaticano se abrirá a las 5.30 (1.30 de Argentina). Y la ceremonia arrancará a las 9.30 de Roma (5.30 de Argentina). Asistirán 150 jefes de Estado, entre ellos, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien está en Roma desde ayer y que hoy almorzará con el Papa. El pronóstico para mañana es esperanzador: se espera que el termómetro trepe hasta los 15 grados y que el sol salga para acompañar a Francisco. LA GACETA