"¿Dónde está la plata? ¿Dónde están los $ 500?". La pregunta se repetía en los carteles de colores que los alumnos de la escuela de Bellas Artes levantaron ayer por la mañana en señal de protesta. La institución es una de las siete escuelas experimentales que depende de la UNT.

Los $ 500 a los que los chicos hacían referencia es el monto de la matrícula que pagaron a principio de año. "Denunciamos un mal manejo de esos fondos porque no se sabe para qué se los usó", reclamaron Eva Leone Vera y Victoria Rodríguez, presidenta y vicepresidenta del centro de estudiantes.

Esa plata, explicaron, debería haber sido destinada a pagar el complejo que alquila la escuela para las clases de Educación Física y también para comprar los materiales básicos para los talleres de arte. Sin embargo, advirtieron que desde que comenzó el ciclo lectivo jamás tuvieron clases de gimnasia. Además, contaron que debieron abonar $ 200 más para comprar óleos y otros materiales que necesitan para el trabajo en el taller.

A la protesta se sumaron algunos docentes, quienes también estaban indignados por las condiciones en las que deben dar clase. "No hay ventiladores y las aberturas no tienen cerramientos, entonces, se escucha la clase de enfrente o la de al lado porque hay divisorias que son de durlock", comentaron Mariana Bustos, profesora de Biología, y Mariela Juárez Salcedo y Graciela Castro, docentes de Lengua.

LA GACETA recorrió las instalaciones y constató lo que los chicos denunciaban. Los baños además de sucios y llenos de basura no tenían agua y faltaban algunos grifos. Las ventanas de las aulas del primer piso no tienen vidrios. "Los chicos les ponen cartones para que no les haga frío", explicaron las dirigentes.

María Zoé Gramajo, otra alumna, contó que el taller de pintura no posee ventilación adecuada y que es común que los chicos y los docentes se descompongan por inhalar los óleos, el aguarrás y otros químicos que usan. "Cuando buscás a alguien para que de una respuesta el único que aparece es el regente porque la directora está de licencia médica hace dos años y la vicedirectora trabaja en un instituto privado durante la mañana", detalló Moisés Mognini, padre de una alumna. La vicedirectora, Pabela Rodríguez de Lobo, se desempeña como directora de Estudios del Instituto Carlos Pellegrini.

Víctor Bolognini es regente de la escuela de Bellas Artes y por la mañana es la única autoridad presente. Él aclaró que su tarea es académica. No quiso opinar sobre el estado de las instalaciones, sólo dijo que hace unos meses se destrancaron las cañerías, pero que otra vez se llenaron de basura. Se mostró agotado por esta situación y explicó que él no podía hacer nada.

Las docentes recordaron que desde 2011 están en la sede de Laprida al 200, supuestamente, de forma transitoria (el 27 de junio la escuela cumplirá 101 años y no tiene edificio propio). "Vemos otras escuelas experimentales como el Gymnasium, la Sarmiento o la escuela de Agricultura que están en buenas condiciones y nos preguntamos: '¿por qué esa diferencia?'".


"A todas las escuelas se les da el mismo dinero"

La sub secretaria académica de la UNT, Marta Juárez, admitió que no es normal que los alumnos no tengan clases de Educación Física desde el inicio del año lectivo. "Nos pondremos al tanto de la situación. Si es así, se tomarán las medidas necesarias", dijo.

Respecto de la ausencia de la vicedirectora Pabela Rodríguez de Lobo, Juárez explicó que ese cargo en el instituto privado es anterior al de vicedirectora y que está en su declaración jurada, por lo que no sería incompatible. Rodríguez de Lobo se desempeña como directora de Estudios en el Instituto Pellegrini durante la mañana. La directora -dijo Juárez- está de licencia hace 400 días. "No se puede generar un cargo docente porque no está vacante. Está situación la vamos a revisar con el rector", agregó.

Respecto del presupuesto que maneja la UNT para las escuelas experimentales, la sub secretaria académica dijo que se destinan $10.000 bimestrales para cada una. Además, que a principio de año se les da otro monto extra. A diferencia de las otras escuelas que dependen de la UNT, la de Bellas Artes no tiene una cooperadora que controle los gastos porque se disolvió por un problema de dinero.