Un mes tardó el Tribunal de Disciplina de la Liga Tucumana de Fútbol para aplicar un severo e insólito castigo. José Jiménez, delantero de Bella Vista, fue suspendido por seis meses por haber arrojado una perra desde el campo a las tribunas, caso que tuvo repercusión internacional.
El 9 de junio, San Juan vencía a Bella Vista por 2 a 1. Sobre el final del cotejo, los simpatizantes del "santo del este" permitieron el ingreso de "Negrita" al campo. Jiménez, que estaba en el banco porque había sido reemplazado, la capturó e intentó arrojarla a la zona de plateas. El animal golpeó en la tela olímpica y cayó pesadamente al suelo. El episodio generó una batahola y el árbitro Fernando Albornoz expulsó al futbolista.
Las reacciones no se hicieron esperar. A pesar de que Jiménez pidió perdón públicamente por lo que había hecho, los "gauchos" decidieron expulsarlo del club. También fue duramente cuestionado por las distintas entidades que defienden los derechos de los animales del país y del mundo. Los simpatizantes de San Juan, ubicaron a "Negrita" y la hicieron tratar por los golpes que había sufrido.
Mientras el caso cruzaba las fronteras, el Tribunal de Disciplina comenzó a tomar cartas en el asunto. Primero recibió el informe del árbitro Albornoz, que ratificó todo lo que había ocurrido ese domingo. Como estipula el reglamento, citaron al delantero para que realizara su descargo y él, como lo había dicho públicamente, reconoció haber cometido la agresión y pidió disculpas.
El Tribunal de Disciplina aplicó la pena tomando en cuenta un artículo que estipula sanciones especiales a jugadores que cometen una falta y cuya acción no está contemplada en el reglamento. Podía haber sido suspendido por un año, pero finalmente se inclinaron por castigarlo por 6 meses, es decir 24 partidos como mínimo.
"El hecho tomó demasiada repercusión pública y decidimos que debería ser tratado con la seriedad del caso. A través de las redes sociales, el incidente llegó a todas partes del mundo. No se podía dejar pasar por alto", aseguró Darío Zamoratte, presidente de la Liga Tucumana de Fútbol.
El directivo destacó que este es un hecho insólito en nuestra provincia y en el país. "No teníamos antecedentes y por eso no queríamos cometer un error. Lo más cercano fue un caso en México, donde un futbolista pateó la lechuza que era la mascota del equipo rival. Lo sancionaron económicamente, pero como el nuestro no es un torneo profesional, no pudimos hacer lo mismo", concluyó.