Hasta esta semana, Lucrecia Morales y Cristina Falci nunca se habían cruzado en sus vidas. El jueves, LA GACETA las acercó, porque la suerte las tocó esta semana con el premio compartido de los Números de Oro, con $35.000 para cada una. Distendidas, en su encuentro en el diario, las mujeres recrearon el momento en el que se supieron ganadoras de esta ronda del entretrenimiento. “Yo estaba trabajando, y me llama mi hermana, con su voz tan suvecita, tan dulce, y me dice: estoy controlando la tarjeta, y están todos los números”. Y yo le respondí: ¡ controlala de nuevo ! Yo siempre tuve el pálpito de que alguna vez iba a ganar, los Números de Oro, o los de la Suerte, o el auto”, contó Lucrecia.
“En mi caso, cuando me enteré, mi prima de inmediato me tomó la presión. ¡Y quedó un relojito después del premio”¡, contó Cristina.
Lucrecia nació en Famaillá, vive con sus hermanos y es empleada de comercio, en un negocio de repuesto automotor. Cristina es jubilada de la ex Dipos, divorciada, mamá de cinco hijos y nueve nietos. (“no me vas a poner la edad, eh”, pide, y LA GACETA respeta ese gesto de coquetería).
Cristina dice que con el premio de los Números de Oro pagará cuentas y arreglará su casa. Y advierte que no habrá regalos para los nietos - que, además, piden bicicletas, y de las caras - ni para los hijos. ¡El premio va para la casa y para saldar cuentas!, enfatiza, aunque su tono de voz delata que ni ella misma se la cree.
Lucrecia, que va y viene todos los días de su Famaillá natal para trabajar en la Capital, ha venido a cobrar su premio “con custodia”. Los “custodios” son una amiga y un amigo, que se ríen cuando ella explica, mientras los apunta: “¿Los ves? Estos son mis acreedores”.