La producción agrícola se presenta como una práctica de cambio continuo desde hace tiempo. El factor climático, la siembra directa, los productos fitosanitarios utilizados, la fertilización o ausencia de ella, dan lugar a nuevas presiones de selección. Con el propósito de provocar un debate sobre la realidad y el futuro de la agricultura, Syngenta propició un espacio de intercambio de experiencia para determinar los nuevos desafíos del sector.

Ramón Gijón, del INTA Chacra Barrow, y Marcelo de la Vega, de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), afirmaron que en cuestión de malezas debe reconocerse que la siembra directa trajo problemas diferenciados. “Hace años no se usaban fungicidas y las plagas se adaptaban a la presión de selección; había malezas como el chamico, que desapareció con la siembra directa. Pero aparecieron otras como la rama negra, a la que le encanta el rastrojo. En definitiva, la presión de selección va cambiando la realidad del campo”, coincidieron.

Cuando se trata de malezas, es importante conocer el patrón de emergencia. Por ejemplo, el cardo ruso emerge con calor; la semilla de avena fatua está dormida en el lote; el Amaranthus palmeri crece entre dos y tres centímetros por día. Es decir, cada maleza tiene su particularidad. Según plantearon los especialistas, las dificultades de control en rama negra se deben, en general, a que se llega tarde.

Con Amaranthus palmeri se advirtió falta de velocidad en la toma de decisiones. Se trata de una maleza con cinco picos de emergencia. En el primero de ellos debe controlarse con un herbicida hormonal para luego aplicar residuales. Si eso no ocurre, entonces no puede cosecharse por la altura de las plantas -que superan los dos metros-. En caso de que se coseche, sólo se consigue diseminación de la semilla.

De todos modos, a partir del análisis de más de 20 malezas diferentes y su situación en Argentina, los técnicos afirmaron que, si bien en la actualidad es posible controlar la rama negra, todo indica que durante 2016 se mantendrá como la maleza a combatir. “Se cometen muchos errores en el campo porque tratamos de simplificar el sistema, y el sistema no es simple. La nueva bala de plata es la cabeza de cada técnico”, remarcó De la Vega.