Enero fue un mes de receso para los legisladores tucumanos. Algunos prefirieron las playas, otros optaron por los cerros, y muchos resolvieron quedarse en la Provincia para comenzar a trabajar en los armados territoriales para el año electoral. Más allá de los diferentes destinos escogidos por los parlamentarios en el inicio de 2015, la inmensa mayoría tuvo algo en común: no se acercó por la Mesa de Entradas de la Legislatura.
En el primer mes del año, la producción de proyectos de ley sumó en total siete propuestas: cuatro de la oficialista Marta Zurita (bloque Tucumán Crece), dos compartidas por los radicales Ariel García y Fernando Valdez, y la restante del alperovichista Gregorio García Biagosch.
Si bien hubo legisladores que formularon proyectos de declaración y de resolución (como el oficialista Ramón Graneros, los radicales Federico Romano Norri y Roberto Sánchez y el amayista Alfredo Toscano), la actividad normativa de la Cámara -una e sus principales tareas- descendió notoriamente en relación a diciembre pasado, cuando en los primeros 10 días ya habían sido formalizados 16 proyectos de ley, sin contabilizar los solicitados por el Poder Ejecutivo (PE).
Así, teniendo en cuenta la producción de proyectos de ley, en relación con las 49 bancas que integran el cuerpo colegiado, en enero sólo el 8% de los legisladores impulsó nuevas normas para la provincia.
Los “tiempos” de la Cámara están fijados por la Constitución provincial. El artículo 52 establece que “la Legislatura se reunirá el 1 de marzo de cada año en sesiones ordinarias, que durarán hasta el 30 de junio, inclusive; y volverá a reunirse en un segundo período ordinario de sesiones, el 1 de septiembre, hasta el 31 de diciembre, inclusive”. El artículo 53 señala que las sesiones extraordinarias, que tienen lugar en los meses de julio y agosto, y de enero y febrero, pueden ser convocadas por el Poder Ejecutivo o por el presidente del cuerpo colegiado “cuando un grave interés de orden o de progreso lo requiera”.
Los períodos señalados por la Carta Magna para la realización de debates ordinarios y extraordinarios no ponen límites a la posibilidad de acercar propuestas al espejado edificio de calle Muñecas 951. De hecho, el artículo 72 del reglamento interno de la Cámara indica que “las comisiones permanentes y las especiales funcionan en el receso” como durante el resto del año. Y los párrafos destinados a regular la presentación de proyectos de ley (artículos 47 al 56) no imponen restricciones temporales al funcionamiento de Mesa de Entradas.
La legisladora Zurita, que lideró el ranking de productividad en enero, señaló que, cuando comenzó su carrera como parlamentaria, en la década de los 90, hubo personas que le señalaron la importancia de seguir aportando ideas incluso en el receso. “Eso me quedó grabado, porque esta gente me comentaba que se sentía acompañada por nuestro trabajo. Nosotros no cerramos en enero. Yo salgo la mitad del mes, y siempre queda alguien del equipo en la oficina. Además, Mesa de Entradas funciona como todo el año”, explicó la peronista.
En el receso, Zurita propuso que se legisle la creación de una biblioteca pública digital; el día del escritor tucumano; la adhesión a la ley nacional que declara el interés del abordaje interdisciplinario para trastornos de espectro autista; y la conformación de un registro virtual de mascotas extraviadas.
Los radicales García y Valdez hicieron énfasis en su proyecto para la creación de una Oficina Anticorrupción. “Sin dudas ayudará al flagelo de la corrupción”, dijo García. Además, propusieron un régimen de préstamos entre el PE y los municipios similar al “pacto social”.
El alperovichista García Biagosch, en tanto, elaboró un texto para que en todos los colectivos aparezca la leyenda: “las Malvinas son argentinas”.
Esos fueron los proyectos de ley que pasaron durante enero por Mesa de Entradas.