La equinoterapia es la terapia en la cual se utilizan caballos entrenados para ayudar en la rehabilitación y en el tratamiento de patologías, especialmente motoras. Los caballos también son animales capaces de generar un vínculo muy especial con el paciente.

Hace varios años, precisamente en el año 2006, LA GACETA publicó una nota realizada a Martín Hardoy, un especialista de la doma no violenta en los caballos, quien opinaba sobre esta especialidad comentando que la equinoterapia ayuda a estirarse, relajarse, manejar la coordinación y el equilibrio. Lo más importante es que la mayoría lo toma como una diversión. Al desarrollarse al aire libre, el paisaje se suma al ritmo del caballo y ambos estimulan todos los sentidos: sensitivos, sensoriales, visuales, auditivos. La persona rompe el aislamiento, el encierro, y se comunica con el animal y con el mundo real. De ahí que esta terapia haga bien a las personas que poseen una capacidad diferencial.

Esta actividad se da en casi todo el territorio nacional, llevada adelante por diferentes asociaciones que fomentan esta terapia para las personas diferentes y que permiten en ellos una mejor calidad de vida.

En Tucumán, por suerte, también funcionan varias que ayudan a los que lo necesitan para salir adelante, y sobre todo a generar en la familia la contención necesaria.

En la equinoterapia es necesario el profesional dedicado a este tipo de actividad y terapias asistidas por equinos, pero la base primordial de esta actividad sin duda pasa a ser el caballo como herramienta fundamental.

Es por ello que la Asociación Criadores de Caballos Criollos (AACC) lanzó el primer programa solidario organizado por la entidad, en colaboración con organizaciones que trabajan en el área de la equinoterapia. La iniciativa busca constituirse en un sistema de apoyo a las organizaciones que realizan Actividades y Terapias Asistidas con Equinos (Aytae).

El objetivo del programa es canalizar, mediante la ACCC, la búsqueda de animales para desarrollar Aytae, a través de criadores socios de la entidad de todo el país, que contacten a entidades que realizan estas actividades a fin de facilitarles el acceso a ejemplares de la raza, una de las más indicadas por sus características morfológicas y de temperamento para realizar esta tarea.

Para ello, la iniciativa de la AACC cuenta ya con el aporte de cuatro entidades regionales: la Fundación Santafesina de Equinoterapia ‘El Carmelo’, de Rosario, Santa Fe; la Fundación Equinoterapia del Azul, de Salta, Capital; el Centro de Equinoterapia del Regimiento de Granaderos a Caballo General San Martín; y el Servicio de Equinoterapia y Rehabilitación Ecuestre del Hospital Militar Central, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Particularidades

La terapia con caballos es un trabajo terapéutico que, aplicado dentro de un abordaje interdisciplinario, utiliza al animal como herramienta para alcanzar objetivos de rehabilitación, integración y desarrollo, tanto físico como psicosocial, de personas con necesidades y/o capacidades diferentes. Así, mediante la interacción con el animal los pacientes mejoran su calidad de vida.

El caballo utilizado para la equinoterapia debe tener ciertas particularidades morfológicas como de carácter que reúne el caballo criollo, tales como su tamaño y movimiento, ideales para la equinoterapia, que lo convierten en una raza de “genética terapéutica y sanadora”.

En cuanto a su morfología, el caballo debe tener una alzada cómoda y práctica, diversas estructuras según la patología (ancho de lomo/planchado), fortaleza y andares particulares. El caballo criollo es un animal de gran porte, con una estructura física fuerte y resistente, pero de alzada mediana, lo que facilita el trabajo con las personas y su monta. Es cómoda para subir a los pacientes y para asistirlos desde los laterales.

Respecto del carácter, se destacan en el caballo criollo su mansedumbre y docilidad, esenciales para esta actividad, así como su nobleza y percepción, su rusticidad y su brío oculto y versatilidad. Lo real es que la equinoterapia se utiliza para mejorar la calidad de vida de personas con las discapacidades más variadas.

El equipo de equinoterapia necesita de un especialista ecuestre que se ocupa del caballo, de un especialista en salud mental (psicólogo o psiquiatra) y otro especialista en medicina humana (médico o fonoaudiólogo). El profesional trabaja en la sesión y hace el plan de trabajo que se traza según la patología y motivo de la consulta, y el instructor que se ocupa del entrenamiento del caballo.

Este tipo de terapia debe estar al alcance de toda aquella persona y familia que lo necesita, sin importar su condición social. Es por ello importante comentar que el Poder Legislativo de Tucumán llevó adelante una sesión legislativa extraordinaria realizada hace unos días, en la que se aprobó por unanimidad el proyecto de ley que buscaba instituir a la equinoterapia como método terapéutico y complementario de terapias alternativas.

Esperemos que esta iniciativa sirva para fortalecer esta actividad, que tanto bien le hace a las personas que más lo necesitan.