Los principios de la democratización universitaria, del cogobierno y la autonomía que enarbolaron los estudiantes cordobeses hace 100 años fueron reclamos que sellaron el camino de la lucha estudiantil y recorrieron las instituciones de educación superior del país en las décadas siguientes, al compás de los vaivenes de la política nacional. “El tema de la autonomía que apareció en los debates del 18, contra lo que se cree habitualmente, no fue el problema central”, precisó el historiador y docente de la UBA, Pablo Buchbinder.
En cambio, “la autonomía apareció como un problema central a fines de los años 40 y principios de los 50; en los 30 también surgió de alguna manera por los golpes militares, por la intervención de la Universidad, pero la agenda de la autonomía fue, por lo menos para los reformistas argentinos, más reciente”.
En este sentido, aclaró que “la identidad reformista se mantiene a lo largo del tiempo pero no tiene el mismo significado ser reformista a principios del 20, en los 40 o en los 50”. El tema del cogobierno es distinto porque requiere analizar cómo se fue dando el proceso de la Reforma Universitaria, aclaró.
“Los estudiantes latinoamericanos habían hecho una serie de congresos desde la primera década del siglo, el primero lo hicieron en Montevideo en 1908 y ahí apareció la idea de la participación estudiantil en el gobierno universitario”, dijo Buchbinde.
El historiador expresó que la Universidad de Córdoba estaba gobernada por Consejos Académicos con miembros vitalicios y no había elecciones; eran los mismos académicos que se reunían cuando uno renunciaba o fallecía para elegir un sucesor. En la ciudad de Buenos Aires hubo un movimiento entre 1903 y 1905 contra esa estructura y en 1906 se sanciona un estatuto nuevo que establece la periodicidad en los cargos directivos y la elección indirecta por el cuerpo de profesores. “Esto amortiguó los conflictos de alguna manera, pero en Córdoba ese proceso no se dio”, señaló. Recién en 1918 y tras un problema disciplinario contra alumnos de la facultad de Medicina, los estudiantes cordobeses se revelaron y el presidente Hipólito Yrigoyen intervino la Universidad.
De inmediato, ese centro de educación superior aprobó un estatuto similar al porteño, aunque en las elecciones de rector, que preveían un triunfo de los reformistas, ganó un representante de la cúpula clerical. “Eso hace que el movimiento estudiantil tome fuerza y se nacionalice” y que se imponga “la idea de la participación de los estudiantes en la elección de las autoridades”, precisó Buchbinder. “La participación estudiantil está ligada al hecho de que los profesores en Córdoba no pudieron asumir el proceso de renovación, por eso se impone la idea de que los que pudieron hacerlo fueron los estudiantes”, finalizó. (Télam)