“Perro Rojo”, acusado de ser vendedor vip de drogas, salió muy temprano del calabozo donde se encuentra detenido. Volvió a encontrarse con su defensor Guillermo Villalba. Después de intercambiar un par de palabras, ambos se sentaron frente al fiscal Pablo Camuña. Después de los formalismos de rigor, acordaron que se declararía culpable de los delitos que se le habían impuesto, por lo que recibiría una condena de cuatro años y cuatro meses.
La investigación de esta causa se abrió en abril de 2015. Una persona denunció de manera anónima en la División Antidrogas Tucumán de la Policía Federal que un tal “Perro Rojo” o “Durazno”, que luego sería identificado como Darío Gabriel Cruz Hrabric, vendía muchísima droga. Al confirmar algunos de los detalles, los investigadores solicitaron iniciar una pesquisa, lo cual fue aceptada por la Justicia Federal.
Durante poco más de dos años, los investigadores siguieron los pasos de “Perro Rojo”. Descubrieron que clientes lo llamaban por teléfono para solicitarle que les vendan marihuana de alta calidad y droga de diseño (éxtasis y troqueles de LSD conocido como “pepas”) y, luego de cerrar la operación, él entregaba o pasaban por dos viviendas a retirarlas.
El 10 de junio de 2017 los federales se presentaron en el domicilio de Asunción al 200. Encontraron cogollos de marihuana en frascos para la venta y, sueltas, más de 1.000 semillas de ese vegetal, una planta, coladores y elementos de corte con restos de esta sustancia, fertilizantes y otros elementos para cultivo. También ubicaron 36 dosis de LSD en troqueles, teléfonos celulares, chips, dinero en efectivo. No encontraron éxtasis.
Cruz Hrabric era conocido en Tucumán. Según varios testigos, era un personaje de la noche tucumana, ex rugbier y además estaba vinculado al parapentismo, deporte que practicaba y por el tenía cierto prestigio en el ambiente. Después del allanamiento, quedó detenido en la sede de la División Antidrogas de la Federal, ubicada en Barrio Norte. Compartió días de encierros con Hugo Sánchez (ex jefe de Policía condenado por encubrimiento en el crimen de Paulina Lebbos) y Gustavo “El Gordo” González (líder de la barra brava de Atlético, que está procesado por el secuestro de Margarita Toro), entre otros.
“Él entendió perfectamente que había cometido un delito y que lo debía pagar. Estos dos años que estuvo encerrado le sirvieron para darse cuenta de que había cometido un grave error. Por eso se declaró culpable y asumió toda su culpa”, explicó Villalba, defensor de “Perro Rojo”.
“El juicio abreviado –agregó- es una alternativa que tienen los imputados para evitar un debate que claramente tendría un final condenatorio. La investigación fue correcta y había demasiadas pruebas en su contra. Pero fundamentalmente pretende demostrar que ha entendido que lo que hizo estaba mal”, destacó.
Cruz Hrabric, al no tener antecedentes penales y haber tenido buena conducta durante el proceso, le correspondía una pena de cuatro a seis años. Además, con el fiscal Camuña acordaron que deberá pagar una multa de $10.000 y el decomiso de todo lo secuestrado, que supera los $30.000. Mañana, en una audiencia que se desarrollará en el Tribunal Oral Federal, un magistrado escuchará sus palabras y definirá si acepta o no el acuerdo.
“Creo que no habrá ningún inconveniente. El acuerdo ya fue rubricado y tiene una pena bastante dura. Además, él les explicará a los jueces que, a partir de agosto, cuando cumpla la mitad de la pena, podrá comenzar con salidas transitorias. Su intención es reinsertarse en la sociedad como un ciudadano de bien. Ya tiene el lugar donde trabajará”, concluyó Villalba.