- Trenes (I)
La propuesta del intendente de Tafí Viejo, Javier Noguera, de realizar un tren aéreo viene a llenar varias necesidades. Una, mejorar el transporte público para los usuarios. Otra, homenajear al gran César Pelli con una obra de magnitud, tanto en la concepción de la obra como en la integración paisajista del Gran San Miguel, desde el enfoque de la arquitectura del paisaje, que considera a la región geográfica como el componente básico del ordenamiento territorial urbano y como consecuencia del espacio verde contenido. Es imprescindible que las distintas municipalidades involucradas en el proyecto elaboren un estudio que permita realizar la diagnosis y posterior establecimiento de un modelo de sostenibilidad ambiental de los espacios verdes de nuestras ciudades. Esto permitiría resolver problemas comunes, como el de la puesta en valor del río Salí, la entrada Este de la ciudad de San Miguel de Tucumán, la entrada Sur y el ingreso Norte. Para el río Salí es la oportunidad histórica de lograr que municipalidades e intendencias acuerden acciones comunes tendientes a la contaminación cero, con ordenanzas y leyes que impidan el agregado de desechos industriales de frigoríficos o ingenios.
René Carlos Roncedo
- Trenes (II)
Los ciudadanos estamos hartos de las peleas entre políticos y funcionarios del Gobierno, que casi siempre nos convierten en el jamón del sándwich. Lo que queremos es que trabajen juntos por el bien de todos y no que jueguen en un tablero donde el pueblo es mero espectador. Por eso quiero felicitar a dos funcionarios que, a pesar de ser de ser de colores políticos diferentes, se han puesto de acuerdo varias veces dando un ejemplo de cómo se debe trabajar desde la función pública. Hablo de Javier Noguera y de Mariano Campero. Este último apoyó públicamente la idea del otro sobre el proyecto del tren sobreelevado. Esa actitud me hace sentir que lo tendremos pronto. ¡Así se hace!
Catalina Inés Lonac
- Trenes (III)
“La chispa de Calliera” y “el oficial Gordillo” fueron superados por ¿el chiste? del intendente de Tafí Viejo (LA GACETA, 28/7) que “elaboró un anteproyecto para construir una red de trenes elevados que uniría ciudades del área metropolitana con 57 kilómetros de vías, lo que costaría U$S 1.000 millones, aproximadamente”, jocosamente festejada por los lectores, aunque no faltaron suspicacias de que haya sido efectuada días antes de las elecciones. Trajo a recuerdo del grupo de Jubilados de la Plaza, al que pertenezco, otra farsa igual o peor cuando en 2009 el gobernador de entonces, acompañado de funcionarios y legisladores, inauguraron el primer y único viaje en coche motor del servicio ferroviario Capital-Tafí Viejo y transmitido en cadena nacional por el Poder Ejecutivo Nacional (PEN). Ese coche motor quedó abandonado por cuatro años en la playa del Central Córdoba para ser trasladado a la ciudad de Salta, donde actualmente presta servicios. Justificaron la farsa argumentando que reparar las vías costaría mucho dinero. ¿Ya tienen el dinero para el tren elevado? Poco tiempo antes, por cadena nacional el PEN anunció la reapertura de los talleres ferroviarios de Tafí Viejo, incorporando a cientos de obreros, los que repararían 10 vagones por mes. Nada ocurrió, quedó sólo en anuncio. Mucho antes, por los años 1940, se inician obras para conectar las vías férreas desde La Merced (Catamarca), con La Cocha (Tucumán), para lo cual construirían en la zona montañosa fronteriza 10 túneles, seis a cargo de Catamarca, que cumplió, y cuatro por Tucumán, que ejecutó sólo dos, hasta que en 1953 se suspende el proyecto y aquí en Tucumán esos dos túneles ubicados en la localidad de Rumi Punco (departamento La Cocha) sólo sirven para ser visitados por turistas. Nuestro país llegó a tener más de 48.000 kilómetros de red ferroviaria, considerada la más grande de Sudamérica, y Tucumán tenía en la ciudad Capital cuatro estaciones terminales importantes: El Provincial, en avenida Roca al 500, hoy parque municipal; Estación Central Norte, en calle Charcas 2ª cuadra, hoy Predio Ferial, donde paraba el tren Internacional que unía la República de Bolivia con Buenos Aires, y que entre otros servicios tenía destino a la ciudad de Córdoba con estación en las Termas de Río Hondo. Recordemos también que a El Bajo llegaba el “tren obrero”, trasladando estudiantes, empleados y obreros desde Tafí Viejo. Siguen en funciones, pero muy limitadas, las estaciones Central Córdoba y Bartolomé Mitre. Los políticos tucumanos, en primer orden, y los nacionales, no supimos valorar los ferrocarriles, que generaban trabajo a millones de personas, conectando comercio, culturas y en forma permanente el tránsito de pobladores de los cientos de pueblos con estaciones. ¡Mil millones de dólares¡ ¿Por qué no usarlos para solucionar el grave problema de Villa Muñecas, identificada como la segunda más vulnerable del país y la peor de todas, entre las 203 que existen en Tucumán? (LA GACETA 8/7). ¿Por qué no usarlos en construir los puentes destruidos por fuertes tormentas de agua, reparar escuelas, centros sanitarios, viviendas en los numerosos pueblos afectados por esas lluvias, reparar rutas, caminos vecinales, etcétera? Basta de anunciar obras que nunca vamos a realizar, solucionemos los graves y profundos problemas de nuestro pueblo que están ahí, a la vista, que estamos obligados a conocer. No podemos decir “recién me entero”, porque LA GACETA ya los publicó.
Ángel Ricardo Salguero
salgueroricardoangel@gmail.com
- Trenes (IV)
El tren eléctrico o diesel es una salida interesante ante la crisis del servicio del transporte urbano de pasajeros. Para la capital tucumana, es el aprovechamiento de las vías del ferrocarril. Las vías que se podrían usar serían las de Villa Muñecas, el ramal que nace en la Estación Central Norte (El Bajo), para el Norte recuperar las vías paralelas a la avenida Avellaneda hasta el ex. Apeadero Mercado Norte. Se continúa por Italia hasta unirse con las vías que van hasta Villa Muñecas. Por el sur, recuperar las vías hasta la ex estación Mate de Luna y continuar hacia el Sur hasta la ex Estación Nougués; girar hacia la derecha y empalmar con las vías que van a estación Central Córdoba. Solamente para este primer tramo une las populosas barriadas de Villa Muñecas, Esteban Echeverría, Legislatura, Colegio Nacional, Escuela de Comercio, Tribunales Penales, Villa 9 de Julio, Parque 9 de Julio, San Cayetano, Villa Alem, Villa Amalia, Parodi, Villa Angelina, San Felipe, Crucero Belgrano, 11 de Marzo, El Cruce, avenida Roca, parte Oeste del centro, etcétera. Luego, en la segunda etapa se podría ampliar hasta Tafí Viejo, y así sucesivamente. Cada 700 metros se tendrían que hacer apeaderos para que suban o bajen los pasajeros. También se tienen que hacer dobles vías para que puedan circular por diferentes orientaciones (ida y vuelta). También se le puede adicionar un servicio de ómnibus o de autos compartidos para trasbordar. Y así acortar la brecha hacia el centro o zonas aledañas. No tan solo se solucionaría el tema del colapso del servicio de colectivos (llegar a los lugares en forma puntual es imposible) por el grave embotellamiento en las calles del centro (es una tortura china), con colectivos saturados de gente y avanzando lentamente, generando malestar y nerviosismo entre los pasajeros y una enorme contaminación en el aire, que lo hace irrespirable y peligroso para la salud de todos. Hoy, pensar en trenes por elevación es utópico; la infraestructura de las formaciones vale miles de millones de dólares, que hoy Tucumán no puede afrontar, salvo que se consigan inversores en el mundo, y en contrapartida se les dé una concesión por 100 años o más. En el año 1984, junto al doctor Víctor Rossi creamos la Asociación Amigos del Transporte Eléctrico, donde pensábamos reflotar los trolebuses eléctricos y los tranvías. Rusia se interesó con esta iniciativa sin que haya prosperado, porque no se llegaron a realizar acuerdos con el gobierno de turno.
Luis Marcaida
Raúl Colombres 102
San Miguel de Tucumán
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