“Hace 30 años que trabajo de esto y no siento que lograr un título pueda cambiar los porcentajes desfavorables que tengo”. Marcelo Bielsa no es un entrenador que se aferre al éxito deportivo para obtener el éxito personal. Discutido por algunos y admirado por muchos, el “Loco” disfruta su presente y no se preocupa por los que buscan minimizar su capacidad a partir de las estadísticas. Sin embargo, sus números son mejores de los que algunos pretenden hacer creer.

Bielsa es el hombre del momento. Todos hablan de él después de obtener un histórico ascenso a la Premier League con Leeds United. A lo largo de su carrera, Bielsa sumó su sexto título. Esto incluye el Preolímpico logrado en Chile en 2004 y la medalla de oro con Argentina en Atenas 2004. Seis títulos no es poco y su media está por encima de otros entrenadores top. No es el más ganador, indudablemente, pero tampoco es el peor. Además, tiene un punto a favor que pocos pueden darse el lujo de conseguir: ganó el título en su primera experiencia como entrenador de Newell’s, que en la temporada 1990-1991 dio la vuelta olímpica venciendo a Boca.

“Lo que me produce mucha alegría es haber participado de este proyecto y con este grupo de jugadores”, respondió con simpleza tras la consagración. Una simpleza que no se refleja en su táctica, que obliga a los jugadores a una concentración y exigencia extrema.


Un festejo especial

Esta especie de renacer profesional de Bielsa lo encuentra celebrando hoy 65 años. El rosarino, nacido el 21 de julio de 1955, se ganó el respeto y admiración, que en muchos casos roza la veneración, en los equipos donde se desempeñó. Sin embargo, hay una mácula en su derrotero que es la madre de todas las críticas que recibe de sus detractores: la eliminación en primera ronda en el Mundial de Corea y Japón en 2002 con el seleccionado argentino.

Paradójicamente, ese fracaso se constituyó en su mayor éxito, porque a pesar de eso y sin haber dirigido a ningún grande de Europa, es considerado desde hace más de una década como uno de los mejores técnicos del mundo.

Fanáticos de Bielsa son los hinchas de Newell’s que bautizaron el estadio del Parque de la Independencia con su nombre. También los de Athletic de Bilbao, que disfrutó días de gloria con el “Loco”, y los de Olympique de Marsella. Ahora son los de Leeds United, al que llevó a la Liga Premier. En su momento fueron los chilenos que hasta pregonaron un simbólico “Bielsa presidente”.

¿Qué tiene Bielsa que lo convierte en un personaje dentro del fútbol? Un carisma especial y una obsesión por la perfección que obliga a sus dirigidos a esforzarse al máximo. Si bien muchos lo recuerdan por no haberse animado a romper sus principios para poner juntar a Batistuta y Crespo en la Selección, sus equipos juegan siempre pensando en el aro rival. Ahí también las estadísticas terminan dándole la razón. En los 641 partidos que ha dirigido, sus equipos marcaron 973 goles. Esto significa una media de 1,53 tantos por encuentro, por encima del promedio general que es de 1,45 goles por encuentro. Los que reconocen en Bielsa esa potencialidad son sus colegas europeos del máximo nivel, incluyendo a Josep Guardiola, quien lo califica constantemente como “el mejor del mundo” y lo considera su mentor.

Hay un dato clave que permite entender las razones por las que algunos lo atacan. Bielsa decidió no ofrecer más entrevistas individuales desde el 1 de noviembre de 1998, cuando que se hizo cargo del seleccionado argentino. “¿Por qué le voy a dar una entrevista a un tipo poderoso y se la voy a negar a un pequeño reportero de provincias? ¿Cuál es el criterio, mi propio interés? Eso es ventajismo”, sostuvo. Guardiola adoptó la misma medida apenas tomó el primer equipo de Barcelona. Es que el “Loca” marca tendencia dentro y fuera de la cancha.