Puede que en algunos imaginarios las principales ciudades rusas se proyecten como sombras propias de la era soviética. Una imagen que contrasta con la realidad de metrópolis tan cosmopolitas como Moscú o San Petersburgo, revestidas en sus calles y vidrieras por la presencia de las grandes marcas globales. En ese sentido, nada las diferencia de Londres, Roma o París. De allí la potencia del impacto que genera el retiro -parcial o total- de las multinaciones que venían operando en la tierra de Vladimir Putin. Son más de 50 las empresas, de los más diversos rubros, que han retraído sus negocios desde que se inició la invasión a Ucrania. Habrá que ver cómo sigue esta historia, tratándose de un mercado tan grande y apuntando al largo plazo: si estas movidas obedecen al clima del momento o si, realmente, las firmas están dispuestas a resignar las ganancias que recogen en Rusia.
La guerra “liquida” al McDonald’s icónico de la PerestroikaLa lista incluye gigantes de la talla de Apple (desde el 1 de marzo no se pueden comprar sus productos en la web rusa de la empresa), Mastercard, Visa (ambas bloquearon a una serie de instituciones rusas de su web), Toyota (suspendió la actividad en su fábrica y despidió a 2.600 empleados), Mitsubishi, Renault, Mercedes Benz, Harley Davidson, Porsche, Jaguar (salieron del mercado), Nike y Starbucks (cerraron sus tiendas).
Starbucks y Coca-Cola se sumaron al boicot de Pepsi y McDonald's: suspenden sus ventas en RusiaEn cuanto a las redes sociales (Facebook, Instagram, Whatsapp, TikTok, YouTube), pasaron a operar con una serie de restricciones que incluyen eliminación de publicidad y bloqueo de información proveniente de medios estatales. Las plataformas de streaming, como Netflix, Paramount+, Amazon y Disney+ se sumaron a los bloqueos, al igual que la industria del cine. Disney, por ejemplo, ya anunció que no estrenará sus películas en Rusia. En el caso de Microsoft, se eliminaron las aplicaciones de medios estatales rusos de la tienda de Windows.
McDonald’s cerrará sus locales en RusiaLa población apenas está empezando a asimilar estas medidas, una suerte de desconexión de Occidente que incluye el apagón de Pornhub: al sitio gratuito de contenido pornográfico más grande del mundo ya no se puede acceder en territorio ruso.