BIOGRAFÍA
SAMUEL JOHNSON, EL HOMBRE Y EL MITO
JORGE TORRES ZAVALETA
(Deldragón - Buenos Aires)
Prestigioso autor de novelas y de cuentos (entre otros títulos, Las últimas luces, El malón grande y Dos criadores), Jorge Torres Zavaleta ya nos deslumbró con biografías -como Bioy Casares o la isla de la conciencia, entrevistas y ensayos- de manera que Samuel Jonson, el hombre y el mito, que hoy nos ocupa, se inscribe dentro de un género en el que es más que diestro. Y que reviste una notable peculiaridad: se lee como una biografía oral, un texto que se lee y escucha a la vez, lo que no es raro ya que en su origen fue una conferencia, una charla que respondió a la invitación de la “Cultural británica” y que el autor dictó en inglés.
Se trata de una excelente semblanza del célebre personaje que “después de Shakespeare -como afirma Torres Zavaleta- ha sido por lejos el escritor más citado del mundo angloparlante.” Su lectura cumple holgadamente con el propósito enunciado por el autor: “dejar de lado la leyenda y tratar de acercarnos más al hombre”, a quien, entre otros aciertos, define con verdadera y poética perspicacia: “una especie de detective del alma”.
El texto se inicia novelísticamente con el relato de cómo James Boswell -quien sería su extraordinario biógrafo, autor de Vida de Samuel Johnson- conoce a Johnson en casa del actor Thomas Davies. “Yo estaba muy agitado -confiesa Boswell- y recordando su prejuicio respecto de Escocia, del cual había oído hablar mucho, le dije a Davies: ‘No le diga de dónde vengo’, ‘de Escocia’, gritó Davies maliciosamente. ‘Señor Jonson (dije yo) por cierto vengo de Escocia pero no puedo evitarlo’. ‘Eso señor -le respondió Johnson- me parece que una gran cantidad de sus compatriotas no pueden evitarlo’”.
Después de ese comienzo con el pie izquierdo, Torres Zavaleta narra cómo fue creciendo la amistad y el respeto mutuo de ambos personajes y hasta qué punto la biografía de Johnson de Boswell “anticipa la forma moderna del reportaje y también define su carácter a través de la conversación”. “¿Se puede encontrar -se pregunta el autor- después de todo lo que se ha escrito sobre él, al hombre detrás del mito inmortal, que a nosotros nos enriquece, pero lo simplifica a él?”
La lectura de esta biografía demuestra rotundamente que sí. Y a través de ella resulta conmovedor y a la vez extraordinario comprobar cómo a un hombre de tanto calado ético, estético y metafísico -para decirlo escolásticamente- le tocó una vida tan atravesada por dificultades, no sólo en cuanto a su salud sino incluso a la pobreza que lo persiguió sin vencerlo, y a la que le hizo frente de modo heroico.
© LA GACETA
Fernando Sánchez Sorondo