“La de Antonio Di Benedetto (2-11-1922) es una figura única, en el sentido en el que se ubica en la literatura nacional. Es sabido ya que Saer señaló a Zama como una de las grandes obras de la literatura y decía que en ella el mendocino había elaborado una imagen exacta de América. No es un detalle, dice mucho que un gran escritor rescate a otro gran escritor. Sobre su obra literaria ha escrito Jimena Néspolo un ensayo en el que desgrana todas sus particularidades. En lo periodístico, el aporte fue en varios sentidos. Desde lo más práctico, como renovar el diario Los Andes, inspirándose en todas las innovaciones que veía en los diarios del exterior, que visitaba durante las muchas becas que le otorgaban en otros países, hasta lo más político, porque fue durante su gestión en el diario que se publicaron los nombres de personas detenidas por los organismos parapoliciales y donde se denunció el accionar de grupos como la Triple A o el Comando Anticomunista de Mendoza. Además, fue un inspirador para sus pares o para quienes recién ingresaban al oficio y lo veían como un modelo a seguir en la profesión”, me dice Natalia Gelos, autora de Antonio Di Benedetto Periodista - Una historia que pone en tela de juicio el rol de la profesión.
Publicó novelas y cuentos geniales: entre ellos, Zama y Los suicidas. Buscó en sus textos la innovación; y la encontró. Hay quienes lo comparan, por su calidad, con Julio Cortázar y Ernesto Sabato. Ricardo Piglia no le escatimó elogios. En lo periodístico, bien podría tener un lugar junto a otros dos grandes: Rodolfo Walsh y Haroldo Conti.
El 24 de marzo de 1976, cuando dirigía el diario Los Andes, fue secuestrado y torturado por la dictadura militar, que además lo sometió a simulacros de fusilamiento. Sus notas y denuncias lo colocaron en un papel opuesto al gobierno. “Nunca supe por qué me secuestraron”, repetía. Pero era consciente de que jugarse por una idea en aquella Argentina violenta lo dejaba expuesto.
“Si bien lo que le pasó a él, el exilio, sobrevivir a la tortura, perderlo todo, fue algo que también les ocurrió a miles de exiliados en esos años, quizá lo que más aflige de su situación particular al leer las cartas que les enviaba a sus conocidos, o al hablar con quienes lo conocieron, fue el derrumbe que él sufrió, y esa necesidad de entender qué había pasado, sin terminar de entenderlo del todo. Un desfasaje que se le volvió sombra”, recuerda Gelos sobre aquel episodio.
Sería liberado en septiembre del año siguiente. Se exilió en Francia, primero, y España, después.
“Prefiero el silencio”
En la tercera edición de los Cuentos Completos publicada por Adriana Hidalgo hay una autobiografía “escrita en 1968 por encargo para una publicación de Alemania Occidental”. En ese breve texto se describe: “He leído y he escrito. Más leo que escribo, como es natural, leo mejor que escribo”. También: “He trabajado, trabajo. Carezco de bienes materiales (excepto la vivienda que tendré)”. “Un tiempo quise ser abogado y no me quedé en querer serlo, estudié mucho, aunque nunca lo suficiente. Después quise ser periodista. Conseguí ser periodista. Persevero”. “Soy argentino, pero no he nacido en Buenos Aires”. “Bailar no sé, nadar no sé, beber sí sé. Coche no tengo. Prefiero la noche. Prefiero el silencio”.
PERFIL
Antonio Di Benedetto nació en Mendoza en 1922. En 1933, la revista Sendas publica su cuento “Soliloquio de un príncipe niño”. En 1940 ya colaboraba en el diario La palabra y en La semana. Luego en La Nación y Mundo Argentino. En 1945 se incorpora al diario Los Andes, donde llegará a ser subdirector. En 1956 publica Zama, su gran obra. Luego vendrían El cariño de los tontos (1961), Los suicidas (1969), Cuentos del exilio (1983) y Sombras, nada más…(1986), entre otros libros. Detenido el 24 de marzo de 1976 y luego torturado, recuperó la libertad un año y medio más tarde y se exilió en España. Entre otras distinciones, recibió el título de Caballero de la Orden del Mérito del gobierno italiano, la medalla de oro de la Alliance Française y el premio de honor de la SADE. Era miembro de la Academia Argentina de Letras. En 2017 se estrenó la película Zama, dirigida por Lucrecia Martel.
Año 1790*
Por Antonio Di Benedetto
Salí de la ciudad, ribera abajo, al encuentro solitario del barco que aguardaba, sin saber cuándo vendría.
Llegué hasta el muelle viejo, esa construcción inexplicable, puesto que la ciudad y su puerto siempre estuvieron donde están, un cuarto de legua arriba.
Entreverada entre sus palos, se manea la porción de agua del río que entre ellos recae.
Con su pequeña ola y sus remolinos sin salida, iba y venía, con precisión, un mono muerto, todavía completo y no descompuesto. El agua, ante el bosque, fue siempre una invitación al viaje, que él no hizo hasta no ser mono, sino cadáver de mono. El agua quería llevárselo y lo llevaba, pero se le enredó entre los palos del muelle decrépito y ahí estaba él, por irse y no, y ahí estábamos.
Ahí estábamos, por irnos y no.
* Fragmento de Zama (Alfaguara).
Salutación a Zama*
Por Antonio Pagés Larraya - Para LA GACETA - BUENOS AIRES
La honda pintura del héroe es lo que insufla fuerza y atracción al libro. La vida de Diego de Zama está tejida de esperas: las pagas reales siempre demoradas, el traslado que nunca llega, el amor siempre frustrado, el vuelco del azar siempre adverso, y hasta la posibilidad de ser heroica o veraz humillada por los hechos. Y junto a esa vida, las pausadas costumbres coloniales, el empuje casi carnal de la naturaleza, el saturante sabor de los frutos, los desplantes de un poder menguado pero señoril, el honor y la carne, las rivalidades del oscuro mundillo oficial.
*Publicado en 1986.
Testimonio sobre el gran autor mendocino
Por Arturo Guardiola- Para LA GACETA - MENDOZA
El viejo escribano Emilio Fluixá, destacado político peronista, simpatiquísimo y conversador, nos invitó a un amigo y a mí a seguirla en su casa con unos tragos. Allí don Emilio, ya con más de 80 años, fue deshilachando la historia de su estrecha y larga amistad con Di Benedetto, que nació en el secundario, junto con otros dos mendocinos, el abogado José Federico Monfort y Joaquín Calomarde, con quienes habían organizaron la secta “Enseñanzas del Patay Sancho”.
Los cuatro amigos cumplieron durante años el ritual de juntarse una vez por semana a compartir cada uno “su bagaje de miserias”. Emilio hablaba del escritor sin rodeos. Como subdirector, Di Benedetto era rígido y hasta distante. Emilio decía que Antonio “tenía una crueldad florentina” en el trato y que él mismo la justificaba diciendo que esa era la única forma de lidiar con 150 periodistas.
Sobre el año y medio que los militares lo tuvieron preso, del exilio y de su retorno a Buenos Aires, donde vivió hasta su muerte, en un departamento que Emilio le había prestado, también nos contó que Di Benedetto no tenía nada que ver con ninguna forma de violencia ni organización armada: era manso y miedoso, dijo, muy apegado a las ideas de los literatos socialistas franceses de la época. Emilio nos contó esa noche que él atribuía la detención de Di Benedetto a un brindis que éste pronunció unos días antes del golpe militar, en la comida que el comandante de la 8va. Brigada de Infantería de Montaña ofreció. Invitado a hablar, el escritor analizó la realidad coincidiendo con otros en la idea de mantener la institucionalidad pero concluyó: “los militares son tan brutos que es difícil que comprendan esta situación”. Esto que cuento lo saben muchos en el pago chico. Pero a mí me lo contó uno de sus amigos más entrañables.
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Arturo Guardiola - Fallecido en 2018, fue director de Los Andes de Mendoza, diario en el que trabajaba Di Benedetto, en donde fue detenido en 1976. Fue el primer escritor secuestrado por la dictadura militar. Esta nota fue publicada originalmente en 2016.
Aballay, la película
Fernando Spinner
“Soy fanático de Di Benedetto, creo que es un escritor increíble, y me impactó mucho Aballay cuando lo leí hace 18 años. Desde ese momento decidí hacer un film a partir de ese cuento. ¿Por qué? Esas son siempre decisiones caprichosas y arbitrarias. Tanto cuando surge de un gusto personal subjetivo, como cuando se aprovechan coyunturas que podrían ser favorables a esa decisión. Es inevitable volver a preguntarse muchas veces a lo largo de todo el largo proceso: ¿por qué esto y no otra cosa?...¿Por qué Aballay decide subir a su caballo para no bajarse jamás?... El western transcurre en grandes extensiones sin ley, y sus protagonistas son hombres a caballo. Estas características son claves en el cuento de Di Benedetto. Es cierto que también podría ser otro tipo de película, pero me incliné por no hacer un film hermético sino afrontar el riesgo de contar una historia dándole a la trama un valor fundamental”.
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*Director de Aballay, película inspirada en el cuento homónimo de Di Benedetto, seleccionada para representar a la Argentina en los Oscar en 2011. Este es un fragmento de una entrevista publicada en este suplemento en ese año.
ENTREVISTA A FERNANDO SPINER *
Los artículos de Di Benedetto
Una obra periodística ligada al cine y la literatura
Di Benedetto es reconocido en las letras argentinas, principalmente, por esa gran novela que es Zama y por su profusa obra cuentística. En Escritos periodísticos 1943-1986 se alcanza a entrever no sólo su magnitud literaria, sino también la humana, aquello con lo que en el cotidiano se construye un hombre de letras.
El tomo se centra básicamente en su trabajo, durante poco más de tres décadas, en el diario Los Andes, de Mendoza, donde llegó a ser subdirector (director en los hechos), pero también para La Prensa y otros medios.
El periodismo fue, para Di Benedetto, un territorio de lucha, la puerta desde la cual mirar al mundo; no sólo un modo de ganarse la vida; fue, también, un compromiso con la profesión, desde ese lugar complejo que ocupaba: marginal, “provinciano”.
“Extraordinario, innovador, inteligente, exigente, irónico, difícil, culto, de pocos amigos”, dice Liliana Reales (autora de la investigación, selección, prólogo y notas); su estilo fue innovador desde el lenguaje, alejado de convencionalismos o pedagogías, en constante diálogo con las estructuras cinematográficas.
La temática de sus artículos es variada: festivales de Cannes, San Sebastián, Hollywood, Mar del Plata (donde fue jurado junto a Tomás Eloy Martínez); viajes por Europa y EE.UU., la Bolivia de la década del ’60, el terremoto de San Juan del 44, problemáticas políticas y rurales, sus encuentros con Julio Cortázar.
Su detención, el 24 de marzo de 1976, en manos de la dictadura, y el posterior el exilio, fueron un quiebre en su carrera. Ya no sería el mismo hombre a su regreso al país. Tampoco su obra lo sería.
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HERNÁN CARBONEL
Sujeto y escritura en la narrativa de Di Benedetto
para saldar una deuda de la crítica literaria
Hasta que en 1999 el sello Adriana Hidalgo decidió reeditar la obra de Di Benedetto, su literatura era objeto de un culto fervoroso por parte de pequeños círculos intelectuales. Esta investigación de Jimena Néspolo (doctora en Letras por la UBA) busca saldar la deuda que la crítica literaria mantenía con una de las poéticas más relevantes del siglo XX.
Ejercicios de pudor traza la biografía intelectual del escritor mendocino, sus lecturas de formación, la influencia ejercida por el cine, el objetivismo literario, la literatura norteamericana de entreguerras y la literatura existencialista.
Otros núcleos temáticos abordados por Néspolo son los modelos de subjetividades, el erotismo y el misticismo, la capacidad de refigurar realidades a través del uso activo del lenguaje y de la metáfora, y la emergencia del sujeto a través de la autobiografía.
Pero lo más valioso del libro es el planteo de una relectura de Zama, la novela en la que el escritor analiza la cuestión del hombre y la americanidad. “Los méritos de la novela no derivan solamente de la multiplicidad de lecturas que proponen una reflexión existencial sobre el sujeto y su escritura o de su habilidad para desmontar el modelo de novela histórica tradicional al renunciar a cualquier tipo de reconstrucción arqueológica del pasado y optar en cambio por la imaginación histórica”, explica Néspolo.
En Zama, alcanzó su culminación el realismo profundo de Di Benedetto; fuerte, cruel, incisivo, supera las apariencias de las cosas y acoge en su seno los productos de la más pura fantasía creadora. Y su relectura siempre es placentera.
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GUSTAVO MARTINELLI
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Alejandro Duchini