Timon Lino
Acérrimo antifútbol
He tenido la enorme suerte de que esta columna sea discutida con buenos argumentos en distintos lugares y de muchas maneras. Sobre la última recibí dos observaciones de autoridades en los ámbitos de la música y el cancionero futbolista que quisiera compartir.
Respecto al tararear el himno, un amigo músico y filósofo me señaló que muchas veces en la cancha tararean el himno porque se toca la introducción y esa sección no tiene letra.
Lo cual instala otra interesante polémica: que no se ejecuten las estrofas, con lo que queda cercenado desde su mismísima factura. El tarareo, aunque no sea parte de la letra, genera el efecto de una especie de “pogo cheto”, si me permiten la expresión.
La segunda cuestión me la planteo un ex barra brava, compositor incluso de algunas piezas y es un gran conocedor del paño. Me da la razón al respecto de la falta de inventiva de los cantos de los mundiales, pero pone en duda que esto se pueda decir del campeonato que se está disputando. Palabras más palabras menos: “justo este Mundial marca un hito para Argentina, porque la hinchada se congrega en torno a unos cantitos bastante elaborados. Casi demasiado elaborados. De hecho el himno es ese que no se priva de ponerlos don Diego y a la Tota”.
Totalmente cierto, por lo que respecta a la elaboración. La clave está en eso de “casi demasiado elaborados” que señala. No creo que haya muchos casos, y el de marras (de Diego y la Tota) es muy bueno. Demasiado. Lo puede leer en el recuadro con foto.
No se cuantos son capaces de memorizar ese chorizo, salvo quienes estén en Qatar, con la botella de cerveza a $6.000. Ahora bien, lo que de todos modos se mantendría, y era la intención del artículo, es que cuanto más argentinos, menos de un barrio, de un partido o un grupo social particular, más nos cuesta decir algo de nosotros.
De allí la idea de Simmel, cuyo estudio sobre el canto tirolés planteaba el sentimiento de cercanía de la música. Como dice el experto Esteban Vermik. “Había en este incomprendido escrito de juventud (de Simmel sobre el Yódel, canto del tirol) un núcleo que permanecerá a lo largo de su obra y que se cristalizara en el análisis posterior de situaciones como las que ocurren cuando un conjunto de personas se junta a ver la caída del sol o la salida de la luna -se trataba de las potencialidades del ‘estar juntos porque sí’, por fuera de las coerciones del dinero y el poder.”. Vamo vamo…
En Argentina nací
Tierra de Diego y Lionel
De los pibes de Malvinas
Que jamás olvidaré
No te lo puedo explicar
Porque no vas a entender
Las finales que perdimos
Cuántos años las lloré
Pero eso se terminó
Porque en el Maracaná
La final con los Brazucas
La volvió a ganar papá
Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar
Quiero ganar la tercera
Quiero ser campeón mundial
Y al Diego en el cielo lo podemos ver
Con Don Diego y con la Tota
Alentándolo a Lionel