Gerardo Martino y los directivos de Inter Miami -David Beckham a la cabeza- tienen en claro que para pelear cosas importante es indispensable armar un equipo alrededor de Lionel Messi. Así, con Sergio Busquets, Jordi Alba y Facundo Farías ya listos; ayer confirmaron una nueva incorporación: Tomás Avilés, defensor central de Racing y de la Selección nacional Sub-20, que tiene sólo 20 partidos en Primera.
La “academia” vendió a Avilés a Inter a cambio de nueve millones de dólares. El club también está negociando una pretemporada en Estados Unidos, que podría cerrarse con un amistoso contra el equipo de Messi.
Martino tiene la idea de que su equipo se conforme con una mezcla exacta entre futbolistas con experiencia y mucha trayectoria en Europa y jóvenes promesas que puedan llegar a explotar en la MLS. Messi generó una verdadera revolución en el fútbol de los Estados Unidos. Su sola presencia en cancha hizo que el Inter renaciera casi de entre las cenizas y sumara seis puntos sobre seis posibles.
Sin embargo, la MLS también sufre el efecto Messi. Ayer surgió la noticia de que la liga ya discute cambiar sus reglas económicas tras el arribo del crack. En Estados Unidos saben que tienen una oportunidad inmejorable para convertir a los espectadores ocasionales en verdaderos fanáticos del soccer (como lo llaman al deporte más popular en ese país). Los récords de audiencia (12,5 millones de telespectadores tuvo el partido con Cruz Azul de la Leagues Cup) y la venta de boletos se deben al “efecto Messi”.
Por ese motivo, en la junta de gobernadores de la MLS que se llevó a cabo la semana pasada en Washington DC, plantearon la posibilidad de que la Liga revea su reglamento y permita que los equipos tengan más flexibilidad para gastar dinero en sus planteles y potenciar así el espectáculo futbolístico.
Mientras tanto, Messi es el centro de escena en todos lados. Los hinchas del Orlando City -el clásico rival de Inter- están disconformes con su arribo, ya que saben que no pueden competir contra el mejor del mundo. Por eso, durante la madrugada de ayer vandalizaron un mural del “10”, arrojando pintura violeta (los colores de su club). Los autores del hecho ya estarían identificados. No habrá barrabravas en EEUU, pero no falta alguna arista picante.