Las PASO, entre la apatía y las expectativas

Si bien en la provincia suelen registrarse altos índices de participación en general, hay dudas en la clase dirigencial sobre cómo se comportará el electorado ante la coyuntura actual.

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La antesala de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) genera incertidumbre en lo que puede suceder hoy en las urnas. Las encuestadoras y los dirigentes políticos consideran que la primera contienda nacional del año llega con un gran signo de interrogación sobre el electorado. Desde hace tiempo que la mayoría de las encuestas no son concluyentes y el fantasma de la abstención ronda también sobre las previsiones en Tucumán. En gran parte de las contiendas que se vienen desarrollando en el país, la cantidad de ciudadanos que optó por no ir a votar es significativa y, a la vez, un llamado de atención. Si bien en la provincia suelen registrarse altos índices de participación en general (en las últimas provinciales sufragó casi el 85% del padrón), también hay dudas en la clase dirigencial sobre cómo se comportará el electorado ante la coyuntura actual. La cantidad de gente que concurre en este distrito, interpretan en los distintos partidos, tiene que ver en parte por la cultura de cumplir y en parte con la movilización y el aparato.

Al margen de este aspecto, en todas las fuerzas coinciden en que la población llega apática, empobrecida, temerosa e indignada por la inseguridad y hastiada tras una seguidilla de procesos electorales provinciales.

La campaña en Tucumán fue totalmente atípica, deslucida y a desgano. Y no es porque haya poco en juego: los resultados de las Primarias serán clave para el escenario político provincial que viene. La contienda provincial de junio apenas había terminado cuando la dirigencia tuvo que acoplarse al cronograma de las nacionales y definir listas. Los actores principales son casi los mismos. Ganadores y perdedores tuvieron que retomar el proselitismo y ponerse en carrera, pero exhaustos y con poco presupuesto. Hubo visitas nacionales y alguno que otro acto de magnitud, pero no mucho más. Las propuestas, además, se desarrollaron poco y nada.

Las expectativas

En Unión por la Patria (UPP) son optimistas en relación al plano local, mas no del todo en el nacional. En esta ocasión, tienen los ojos más puestos en Buenos Aires que aquí. Si bien pretenden repetir la performance de las gubernamentales, saben que la definición más importante estará en la categoría de Presidente y a la mayoría no le encanta la fórmula. El Gobierno de Alberto Fernández se convirtió en una mochila demasiado pesada para el peronismo tucumano.

Las actividades de campaña se desempeñaron la mayor parte del tiempo sin un jefe claro que marque el rumbo. Tiene que ver con la transición, ya en marcha, entre Juan Manzur y Osvaldo Jaldo. El futuro del actual gobernador es incierto, pero el de su sucesor, no. Es probable que esta noche, Jaldo tenga más pistas respecto de si su Gobierno -asume a fines de octubre- se desarrollará con un Presidente políticamente afín, o no, sentado en la Rosada.

En octubre, el espacio pondrá en juego tres de las cinco bancas que se renuevan por Tucumán en la Cámara Baja (las de Mabel Carrizo, Carlos Cisneros y Mario Leito).

En la oposición hay diversas opciones y propuestas. En general, los espacios más grandes buscarán capitalizar la crispación y el enojo de la población y, en el caso de los más pequeños, reunir los votos para llegar a octubre.

Juntos por el Cambio (JxC) estuvo sumido gran parte de los últimos meses en las peleas intestinas entre sus líderes nacionales. En Tucumán, derivó en un nuevo capítulo de la confrontación entre el radicalismo y el alfarismo y por ello habrá una competencia real entre dos listas de precandidatos para Diputados. Dirimirán no sólo la nómina de postulantes para las generales sino el liderazgo opositor. Se comenzará a dilucidar qué sector tendrá contacto directo con el candidato presidencial del espacio de la oposición más numeroso, dependiendo de quién se imponga en el ámbito federal.

Los otros dos escaños en los que habrá recambio a fin de año están actualmente en manos de JxC: los de Domingo Amaya y Lidia Ascárate.

En Fuerza Republicana, la gran duda será el impacto que tendrá llevar en las boletas la alianza con La Libertad Avanza. No habrá internas, puesto que se presenta una sola lista. En el bussismo tienen como objetivo mejorar el desempeño de las provinciales. Si bien se mantuvo como tercera fuerza en la provincia, decayó en votos en la última contienda local. La idea es captar al electorado apático o enojado con los espacios mayoritarios y, finalmente, poder alcanzar una banca en octubre.

Libres del Sur apostará todo para pasar el filtro de las PASO (se necesita el 1,5% del total de los votos válidos) en la Nación y en Tucumán. Pretenden mantenerse en el escenario político y conservarse entre las cuatro primeras fuerzas en la provincia. Para ello, consignan puertas adentro, vienen trabajando para instalar caras nuevas y traccionar con figuras ya conocidas.

El Frente de Izquierda Unidad (FITU) es el otro armado tucumano en el que habrá una interna real entre dos alternativas para conformar la nómina de postulantes para octubre. Los representantes de ambas no protagonizaron discusiones públicas, pero sí tienen matices diferentes en la manera de llevar adelante la militancia y el despliegue territorial. El Frente está conformado por cuatro partidos: de los Trabajadores Socialistas (PTS), Obrero (PO), Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) e Izquierda Socialista. Si bien suelen alcanzar el mínimo de votos necesarios para “clasificar” para la siguiente etapa, no deja de ser un desafío ampliar los porcentajes y crecer en la siguiente contienda. Creen que la competencia interna puede llegar a motivar más participación y confían en que podrán tener un buen desempeño.

En el plano ideológico de la izquierda también está la opción de Alternativa Obrera, que surgió al romperse el PO en 2019, y que lleva una sola nómina. En esa agrupación política esperan poder superar el piso de sufragios necesarios para poder pasar a octubre y, a la vez, mantener la personería. Creen que, a diferencia de 2021, están más instalados dado que tuvieron participación también en las elecciones provinciales recientes y sus representantes están instalados entre sus potenciales votantes.

Con el electorado como gran incógnita, las Primarias de hoy dejarán mensajes para oficialistas y opositores. No sólo serán definitorias para las generales sino que revelarán qué tiene para expresar la ciudadanía.

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