La desigualdad cultural, social y económica nos hace envejecer más que la edad

Explicaciones del neurocientífico que lideró la investigación. Envejecimiento saludable.

15 Agosto 2023

Un estudio sobre envejecimiento saludable en América Latina reveló que las desigualdades culturales, socioeconómicas y de salud están por encima de factores como la edad y el sexo en el impacto cognitivo y funcional. El estudio, publicado en la revista Nature Medicine, fue liderado por el neurocientífico e investigador del Conicet Agustín Ibáñez, que explicó las ventajas de seguir un modelo universal de envejecimiento saludable que proviene de estudios de Europa y Estados Unidos.

Este modelo no implica solo la ausencia de enfermedades, sino también mantener ciertas habilidades cognitivas, como el razonamiento, el aprendizaje y la memoria; competencias sociales, como la interacción y la empatía; y la capacidad de realizar actividades diarias, como ir al supermercado o hacer tareas rutinarias sin limitaciones. Pero este objetivo de envejecimiento saludable está muy lejos de lograrse en Latinoamérica.

El estudio reveló que las disparidades sociales y de salud influyen más en la salud de la población de esta región que factores como la edad y el sexo. “Si se le pregunta a un gerontólogo o persona especialista en demencia cuál es el principal factor de riesgo para el deterioro cognitivo, lo primero que te va a decir es la edad”, indicó el neurocientífico, y agregó: “otro factor muy importante es el género: las mujeres tienen mayor riesgo de tener más afectado el envejecimiento saludable”, dijo Ibáñez.

“Sin embargo, el resultado más impresionante del estudio es que la edad y el sexo, cuando se los considera de forma aislada como predictores, claramente predicen el declive cognitivo y conductual. Ahora, cuando se los combina con otros factores, su efecto es muchísimo más pequeño que aquellos que tienen que ver con las disparidades sociales, lo cual es notorio”, aseveró el investigador. Y agregó: “la pobreza es lo que más deteriora el envejecimiento”.

Del estudio participaron unas 45.000 personas de Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador y Uruguay.

Los resultados evidenciaron que en la región hay un conjunto heterogéneo de predictores sociales -relacionados con la disparidad en salud- que influyen en la cognición.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo social y de salud incluidos en el análisis, además de la edad y el sexo, fueron el estatus socioeconómico de los participantes, el nivel de educación, el aislamiento social, la salud mental, cuestiones relacionadas al estilo de vida como el tabaquismo, la actividad física y el consumo de alcohol, junto con la predisposición a enfermedades cardiometabólicas como diabetes, hipertensión y problemas cardíacos.

De esta forma, los factores más fuertes se asociaron a desigualdades sociales o de salud, ya que a mayor disparidad social o de salud, peor envejecimiento saludable, y esto es mucho más marcado en países de bajos ingresos, como Colombia.

“Los factores que modulan el deterioro cognitivo y funcional en Latinoamérica, están por encima de factores como la edad y el sexo en el impacto cognitivo y funcional”, explicó Ibáñez.

“Por lo tanto, la edad no es la edad, es el paso del tiempo de las desigualdades, y el género no es el género, es la acumulación desigual de disparidades de salud, o sociales, en la mujer con respecto al hombre”, agregó.

La limitación de la comprensión del envejecimiento en la región se debe, principalmente, a la falta de bases de datos que combinen esta multiplicidad de factores de riesgo del envejecimiento saludable y la heterogeneidad presente en cada país, señaló el neurocientífico.

“Ese es otro mito de que existe un conjunto de factores que se comportan más o menos parecidos en todo el mundo”, sostuvo Ibáñez, y agregó: “la pobreza es un fenómeno multidimensional, y si no se estudian la combinación de esos factores, estás perdiendo algo importante”. Finalmente, indicó que espera usar esta metodología para investigar otros aspectos en el sur global, donde pensamos que las diferencias van a ser muy marcadas, pero incluso en los países del norte. “Esta idea de que uno puede hacer combinaciones no lineales, o al menos combinaciones complejas entre predictores, es relativamente nueva para predecir el envejecimiento saludable”, concluyó.

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