Unidos por el calor de una zamba

Ayer se celebró en Barrio Sur la octava edición del Paseo de la zamba. Como parte de esta tradición, decenas de academias folclóricas y vecinos de la zona desplegaron una peregrinación en la cual las tradiciones y el sentir patrio tomaron las riendas.

Unidos por el calor de una zamba

Una canción para olvidar lo mal que la estamos pasando, otra para recordar que en esta tierra aún abunda la belleza y, después, algunos versos que nos curen las grietas, para cantar juntos por la misma patria y futuro...

Con un feriado bastante cálido bajo el brazo, ayer se realizó la octava edición del “Paseo de la zamba”: un evento que -anualmente, en agosto- transforma la imagen habitual de Barrio Sur para llenar sus calles de color y melodías de bombos. El propósito de este “zambódromo” en movimiento es simple, pero apunta a honrar nuestra historia: a través de una peregrinación con danzas y música folclórica (zambas, siempre zambas) las plazas Belgrano y San Martín se unen en un gesto simbólico, igual que lo hicieron ambos próceres en los tiempos de la revolución.

Hace cinco años que Analía Guerrero (55) y sus tres hijas pequeñas son parte del festejo, aún así, la familia agita con fuerza sus pañuelos blancos como el primer día. “En casa escuchamos folclore desde la época en que mis abuelos vivían y la música argentina forma parte de la herencia que quiero entregarles a ellas. No estoy en contra de los avances, las mezclas de culturas ni de las cosas que vienen de afuera. Sin embargo, cuando uno crece se da cuenta de lo importante que es conocer y mantener firmes sus raíces”, comenta la profesora de baile.

IMPROVISACIÓN. Algunos tucumanos que disfrutaban del espacio verde decidieron sumarse a las rondas de baile. IMPROVISACIÓN. Algunos tucumanos que disfrutaban del espacio verde decidieron sumarse a las rondas de baile. LA GACETA / FOTOS DE INÉS QUINTEROS ORIO

A su lado, algunas paisanas y gauchos terminan de emprolijar sus atuendos antes de que la caravana arranque. “Con todo lo que estamos viviendo los argentinos siento que esta clase de eventos nos ayudan a recordar lo importante. El sentir patrio, el orgullo por nuestra tierra tiene que ser una sensación que nos acompañe a diario. Ver como disfrutamos de la música y aplaudimos los versos me hace pensar que aún es posible permanecer unidos y salir adelante”, reflexiona Guadalupe Melián (25), estudiante de una academia folclórica de Alderetes.

Recorrido

Pasadas las 17, la imagen de la Virgen Generala se hizo presente para liderar la caminata. Por detrás, miembros de más de 33 agrupaciones y escuelas de danza de la provincia la acompañaron con fervor.

Como es habitual, el recorrido arrancó a pocos metros del Hospital Padilla y siguió por la calle Lavalle hasta llegar al centro de la plaza San Martín. En cada una de las esquinas, los aplausos y los gritos de “¡viva la patria!” se renovaron tras oír algunas zambas en vivo. La primera fue “Al Jardín de la República”, seguida por “Nostalgias tucumanas” y dos legados de Atahualpa Yupanqui (“Zamba del grillo” y “Luna tucumana”).

“Pararse a cantar cuadra por cuadra me parece conmovedor, me hace acordar a esas antiguas serenatas en las cuales la música servía como un medio de entrega. Hoy, con estas zambas y el espíritu en alto, yo le canto a la Argentina para que se cure y recuerde que en mis memorias hubo momentos buenos y hermosos”, expresa conmovida la coplera Isabel Guzmán; enredados en sus trenzas, unos broches con la bandera albiceleste se asoman para transmitir lo que las palabras no abarcan.

Que siga la fiesta

El “Paseo de la zamba” no acaba al llegar a destino. Al contrario, en la plaza San Martín apenas empieza la verdadera fiesta. Aquellas filas ordenadas con escudos se transforman unos minutos después en una masa de gente dispersa a cada costado del escenario. Al fondo, algunos puestos de emprendedores con comidas y bebidas sirven para que los bailarines recarguen fuerzas antes de seguir.

IMAGEN RELIGIOSA. La Virgen del Valle, fiel compañera de Belgrano, dirigió la peregrinación. IMAGEN RELIGIOSA. La Virgen del Valle, fiel compañera de Belgrano, dirigió la peregrinación.

“La zamba es una de las danzas que más sensualidad transmite, hay una conexión entre las parejas, en sus ojos, movimientos y cualquier roce sutil. Eso hace que la temperatura se eleve un poquito”, admite la jubilada Eva Noguera. A pesar de no haber participado en la caminata, su visita para tomar mates en la plaza se convirtió en otra experiencia. “Cuando era joven, mi marido solía tocarme con la guitarra algunas zambas o boleros; era un momento romántico e intimo que no se me borra. Ojalá dentro de muchos años haya gente que aún sienta lo mismo. Estar acá me recordó que las tradiciones y la cultura sólo se mantienen si hay alguien que cargue a los hombros con esa misión”, agrega.

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