La confesión de un sospechoso llevó al cuerpo de Lautaro Ostriz

El cuerpo de Lautaro Alexander Ostriz estaba en un descampado. Por la acción de la naturaleza, esperan la autopsia para tener más precisiones.

OPERATIVO. Personal de la Unidad Regional Este cortó el paso del camino de tierra que conducía hasta el cuerpo. Se trata de una ruta alternativa. OPERATIVO. Personal de la Unidad Regional Este cortó el paso del camino de tierra que conducía hasta el cuerpo. Se trata de una ruta alternativa. La Gaceta / fotos de Antonio Ferroni

Se comprobó la peor noticia: el cuerpo encontrado en un descampado, a la vera de un canal, pertenece a Lautaro Alexander Ostriz, el joven de 24 años que estaba desaparecido desde el jueves 10 de agosto. Al ser informada por la Policía sobre esta posibilidad, la familia se había reunido en cercanías de ese lugar, pero hasta último momento confiaron en que podía tratarse de un error y que el cuerpo encontrado podía ser de otra persona. La madre y las tías de la víctima eligieron ver para creer, y sus llantos estremecieron a las cerca de 30 personas que las acompañaban.

El lugar

En un punto de la ruta 302, apenas unos kilómetros antes de llegar a la entrada a Estación Aráoz (si se viaja de oeste a este), hay un canal que pasa por debajo de la ruta. Paralelo a ese acueducto comienza un camino de tierra que lleva al norte, los vecinos indicaron que se trata de una ruta alternativa que conduce a Los Pereyra. En ese lugar se apostó un operativo policial de la Unidad Regional Este (URE) que impedía el paso hacia ese camino de tierra porque en ese momento estaban trabajando los peritos.

Cerca de tres decenas de vecinos acompañaban allí a la mamá de Ostriz y a sus tías: Emilia y Karina Aguirre. Ante un momento de tanta angustia, las tres mujeres prefirieron no hablar con LA GACETA ni con los canales de televisión que cubrían la noticia. Solo sintetizaron que se aferraban a la fe y que creían con todas sus fuerzas en que en unos minutos alguien les informaría que estaban ante una falsa alarma.

Esa esperanza tenía sustento. A algunos presentes, allegados a la familia, les parecía muy extraño que el hallazgo se hubiera producido en ese sitio. “Esta zona debe ser la más recorrida. A este canal lo caminamos y revisamos cuatro o cinco veces”, indicó M., un adolescente que acompañaba a los Aguirre.

En ese sentido, el comisario Fabio Ferreyra, jefe de la Regional Este, explicó que, al menos a simple vista, en el lugar no había signos de un arrastre y el cuerpo encontrado aparentaba tener varios días de descomposición. “Difícilmente los vecinos hayan podido llegar hasta el punto donde estaba el cuerpo. Estaba a 20 metros al oeste del camino y se trata de una zona de difícil acceso a la que llegamos por una información precisa. El cuerpo no estaba enterrado pero había sido cubierto de maleza”, explicó el efectivo en entrevista con LA GACETA.

Dolor

A las 10.40 una camioneta del Ministerio Público Fiscal llegó desde el norte y se estacionó cerca de las vías del tren que corren paralelas a la ruta. Un perito bajó del vehículo y llamó a la familia de Ostriz para hablarles en privado. Desde cierta distancia, se pudo apreciar que el hombre les mostró algo a la madre y las tías de Lautaro. Posiblemente algunas pertenencias que habían hallado junto al cuerpo. Ese fue el momento más crítico. El llanto de las tres mujeres conmovió a todos los presentes.

Si bien aún resta que la autopsia confirme científicamente este dato, por las exclamaciones que hicieron las familiares, reconocieron a la víctima. Karina no pudo soportar lo que había visto y se desmayó. Entre cuatro vecinos la auxiliaron y la subieron a un vehículo para llevarla hasta el hospital de Estación Aráoz.

Una confesión

El domingo a las 20 la Policía obtuvo la confesión de uno de los sospechosos de la desaparición de Ostriz. Se trata de Cristian Leal, quien hasta donde se sabe, se dedicaba a lo mismo que la víctima: prestar dinero. No se descarta que pueda haber más implicados en el crimen y algunos investigadores creen que Ostriz y Leal podrían haber trabajado para la misma persona. Si bien la familia de Lautaro planteó que sospechaban que un hombre apodado “Peco” podía estar implicado en el hecho, por el momento no hay pruebas concretas contra él. A esa persona ya se le secuestró el celular en busca de alguna evidencia.

“Junto a la división Delitos contra las Personas seguíamos pistas firmes sobre un sujeto, que al verse acorralado, terminó quebrándose y, si bien manifiesta que no es el autor del hecho, sí precisó dónde estaría el cuerpo”, informó el comisario Ferreyra. Por esta razón tomó intervención la Fiscalía de Homicidios I, a cargo de Ignacio López Bustos, que ordenó que se preserve el lugar. Las divisiones Canes y Lacustre ayudaron a localizar el lugar señalado.

Para cuando los peritos del ECIF llegaron al lugar la oscuridad ya había vuelto imposible la recolección de pruebas. Decidieron comenzar las pruebas de rigor ayer a las 6 para aprovechar la luz solar. Según se informó, por la descomposición no fue posible detectar la causa de muerte, tarea que podría establecer la autopsia.

Por otro lado, el fiscal López Bustos seguirá por ahora la hipótesis de la fiscala Mariana Rivadeneira, de Delitos Complejos, quien llevaba la causa mientras se investigaba el hecho por desaparición de persona. En ese sentido, el móvil económico sigue siendo la línea más fuerte, pero no se descartan otras teorías. Según la familia de Ostriz, el 10 de agosto el joven debía retirar $ 7 millones y llevarle esa suma a otra persona.

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