La semana finalizó con alteraciones en el microcentro tucumano y de Yerba Buena debido a seis nuevas amenazas de bomba realizadas a cinco escuelas y a una empresa de encomiendas. Algunos docentes y miembros de la Policía creen que estas intimidaciones podrían tratarse de retos que los alumnos están siguiendo por redes sociales.
El primer caso ocurrió en la Escuela Congreso. Según explicó Jorge Soria, el director de la institución, a LG Play, la primera advertencia llegó vía mail a las 6.55, cuyo cuerpo sólo contenía emojis de una bomba y “8.20”, dando a entender que una bomba estallaría en ese horario. 15 minutos después, a las 7.10, otro mensaje ingresó a la casilla de mail de la escuela donde solamente había emoticones de una bomba. A raíz de esto, las autoridades iniciaron el protocolo establecido y llamaron al 911 y al Ministerio de Educación. “Al haber sido antes del ingreso de los alumnos había pocos chicos dentro de la escuela; se los retiró; llegó el personal especializado y realizó los trabajos de inspección”, dijo el director de la escuela.
El segundo caso sucedió en el Colegio San Patricio. Por segundo día consecutivo, una cuenta de mail con la dirección “[email protected]” envió un correo a la casilla de la secretaría del colegio indicando que había tres explosivos en las instalaciones del edificio. “Inmediatamente procedimos a activar el protocolo que consiste en llamar al 911, dar aviso al Ministerio de Educación y a Defensa Civil y Bomberos de Yerba Buena, y evacuamos alrededor de 700 personas. No sabemos de dónde pudo haber salido el mail; la División de Delitos Telemáticos ya tomó todos los datos, estamos a la espera que se solicite a Google la liberación de la confidencialidad de la cuenta para dar con el creador pero eso ya está en manos de la Justicia”, informó el rector Tomás Nores.
Minutos más tardes, el personal de bomberos tuvo que dirigirse al Colegio Las Colinas, Yerba Buena, porque también habían recibido una intimidación, donde tampoco se encontraron elementos explosivos.
A media mañana se vieron amedrentados los colegios secundarios Huerto y Santa Rosa. “Apenas volvíamos del recreo y empezaron a sonar muchos timbres y vimos que varias alumnas salía, ahí nos dijeron que había una bomba. Ya había pasado otras veces pero nunca en medio de clases, siempre era al comienzo”, contó Catalina, una estudiante del Huerto, mientras estaba con sus compañeras en Plaza Independencia, lugar donde fueron evacuadas junto con el alumnado del Santa Rosa.
Las cinco instituciones albergan estudiantes en el turno mañana y tarde. En todas ellas las clases quedaron suspendidas por el resto de la jornada matutina, pero al ver que no se trataba de nada más que una amenaza, todas ellas a excepción del Huerto, abrieron sus puertas a la tarde. “Siempre les toca a los de la mañana no ir; nosotros lo único que nos perdimos fue educación física cuando hicieron una de las primeras amenazas”, dijo Agostina, una alumna de tercer año del turno tarde de la escuela Congreso. “Ya nadie se cree lo de las bombas, no sé quién las está haciendo pero es una broma quemada ya”, acotó “Gere”, un alumno de cuarto mientras estaba con sus compañeros en la puerta de la escuela.
Un caso que llamó la atención ayer fue la amenaza que recibió Vía Cargo, una empresa de encomiendas. Hasta el momento la única institución no educativa que había sido intimidada fue Anses el pasado 4 de agosto. Según explicó Pablo Martín Ladetto, agenciero de la empresa, el 911 recibió múltiples llamados de una señora durante la madrugada del viernes para denunciar la existencia de una bomba en el local. Luego de revisar el lugar, los bomberos informaron que no había elementos explosivos y se retiraron, pero a las 10 tuvieron que volver ya que había ingresado otra amenaza falsa. “Estamos preocupados, no encontramos explicación de por qué pasa esto”, dijo Ladetto.
Retos virales
Fuentes policiales y docentes de los establecimientos educativos creen que los autores podrían ser los alumnos, influenciados por videos que circulan en las redes sociales, específicamente en Tik Tok. “Hay muchas suposiciones sobre quién puede ser el autor. Con los docentes hablábamos de los retos que por ahí se proponen los chicos a través de Tik Tok o por otras redes sociales; pero son supuestos que uno no sabe por dónde llevarlos, esperemos que los especialistas en el tema puedan llegar a algo”, dijo el director Soria.
“Esto ya se fue de las manos; todos los días hay como mínimo dos amenazas, uno no se puede ir a trabajar tranquilo porque no sé si a media mañana voy a tener que venir a buscar a mi hija por una evacuación; y ni hablar del tiempo de clases que pierden y de lo exaltadas que quedan después. Tienen que poner un freno urgente”, dijo Graciela, madre de dos alumnas del colegio Santa Rosa mientras aguardaba para retirar a su hija menor a la salida del primario.
Informe: evitar el abandono escolar ayuda a prevenir la delincuencia juvenil
Graciela di Vico
LA GACETA
Un informe realizado por Unicef junto a la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf), indica que en Argentina 4.437 jóvenes cumplen medidas judiciales de carácter penal por haber cometido delitos e indica que permanecer en el ámbito educativo y completar la escolaridad es un factor de protección imprescindible, más aún si se logra trabajar en forma conjunta con las familias.
La deserción escolar es uno de los problemas más críticos de la secundaria en el país: sólo 53 de cada 100 estudiantes llegan al último año escolar en el tiempo esperado; y entre los jóvenes de 20 a 22 años, 7 de cada 10 terminaron la escuela, es decir el 30% se queda en el camino.
Inasistencias reiteradas, malas calificaciones, bajo nivel educativo de la familia, maternidad o paternidad adolescente y el ingreso prematuro al mercado laboral son alguno de los factores que suelen asociarse a la deserción en la escuela secundaria. Pero la principal causa es la pérdida de vinculación a la escuela, la falta de motivación, de contacto sostenido de la institución y de acompañamiento familiar.
En este sentido, la Dra. Neuropediatra Sandra Berta, especialista en educación, fundamenta que “mantenerse en el sistema educativo ayuda a los jóvenes a desarrollar una mentalidad positiva, un sentido de pertenencia, aumenta la autoestima, y les da una orientación hacia el futuro, disminuyendo el riesgo de que se involucren en actividades delictivas”.
Reflexiona, además, que “frente a una situación que abruma a la sociedad, como es el creciente aumento de la delincuencia juvenil, se debe poner énfasis en medidas protectoras eficientes para combatir la delincuencia como es la de mantener a un joven dentro del sistema educativo”.
En la misma línea, el psicólogo social Emilio Mustafá, indica que para entender esta problemática se debe tener en cuenta los elementos sociales, políticos y económicos. “Hoy ser joven es muy difícil para las generaciones que están transitando la adolescencia porque tienen una perspectiva de futuro con poco horizonte, donde hay una instalación de la incertidumbre permanente. Tienen escepticismo sobre el futuro”, lo cual se traduce en angustia, frustración y enojo que puede desembocar en conductas que lleven a los jóvenes a tener problemas con la ley. “La falta de posibilidad de oportunidad y de proyectar lleva a que la práctica delictiva se vuelva contestataria a un sistema que ellos los viven como profundamente desigual”, explica.
Ese síntoma social de la incertidumbre -explica- genera que los jóvenes busquen contención en lo socioafectivo.
La escuela como “sostén”
Los elementos materiales de crisis económica, fragilidad vincular y socioafectiva son factores que ayudan a que el joven se vuelque en la delincuencia. Es por ello que los especialistas explican que la escuela es el principal lugar de referencia y organización que permite ser un punto de contención para los adolescentes. “Muchas veces para un chico la escuela es el único lugar donde es tenido en cuenta, y eso sirve mucho para el fortalecimiento de la autoestima”, detalla Mustafá.
Y añade que las escuelas funcionan como un lugar de sostén “que debe poder integrar el sentir, el pensar y el hacer, lo que llevaría a que haya más posibilidades que los chicos no recurran a la práctica de ir a robar o vender drogas como única salida”.
Una de las falencias que tiene el sistema educativo es que, en la mayoría de los casos, se pierde el proceso de acompañamiento y seguimiento necesario para poder identificar a tiempo problemas que luego se transforman en abandono escolar. Por eso, para el psicólogo resulta fundamental contar con equipos psicosociales “que realicen un seguimiento del joven fuera de la escuela, una articulación constante y permanente entre el contexto en el que vive y la institución. Fomentar una escuela dispuesta a escuchar y a cuestionarse, que no expulse sino que esté dispuesta a sostener, contener y hacer”.
Berta sostiene que lo esencial para que los jóvenes se mantenga en una institución educativa es la motivación, “que encuentre todos los días un motivo por el cual querer concurrir a la escuela y que encuentre en ella un grupo de pares y maestros que lo contengan, apoyen y estimulen para poder desarrollar un sentido de pertenencia”.