Se llevó a cabo una nueva edición de la Feria Matear en Buenos Aires, el evento dedicado exclusivamente a la infusión argentina por excelencia. Allí se pusieron stands de todo lo relacionado al mate: stands para charlas y asesorías, para tipos de yerba y para accesorios para cebar. Pero la estrella del cronograma fue la elección del “Mejor Cebador de Mate2023”.
En el tercer puesto quedó Víctor, un hombre de Los Polvorines, provincia de Buenos Aires y, en segundo puesto, Ramón, un correntino. El puesto que más expectativas generó fue el primero, que consagraría oficialmente a alguien como Mejor Cebador de este año. El título se lo quedó un comerciante bonaerense, Horacio Abel Fernández.
“Horacio ha conservado muy bien durante toda la cebadura. Fíjense que mantuvo el copete sequito”, señaló Fernando Buonsanti, conductor del evento, en referencia a la superficie del cúmulo de yerba que el ganador utilizó durante la competencia.
El Mejor Cebador de Mate contó su secreto para no “lavar” la yerba
Los competidores se ciñeron a las reglas del juego. La competencia estableció una serie de pautas que los interesados debían seguir para entrar en la disputa. Podía participar cualquier persona que hubiera asistido y se hubiera anotado previamente para competir. Pero además, se pusieron dos reglas específicas.
En primer lugar, los participantes tenían que preparar el mate. Pero, una vez armado, no podían tocar, mover, soplar o cambiar de posición la bombilla bajo ninguna circunstancia. En segundo lugar, no había posibilidad de agregar o quitar yerba por lo que había una sola chance de preparar la infusión. Después: a cebar hasta el sonido de la campana.
Los competidores cebaron y cebaron hasta que el jurado dio el aviso de fin. Se ofrecieron mates a los evaluadores pero también al público que estaba presente para que pudiera degustar las infusiones.
Más tarde, Fernández pudo hablar con “La Nación” y contó cuál fue su secreto para no “lavar” la yerba. “Trabajé con la mitad del mate, tratando de no mojar toda la yerba. Siempre mojando el mate a un costadito de la bombilla y con la cantidad justa para no crear una laguna”, contó el ganador indicando que de ese modo la yerba perduraba.