Lucas Upstein: si conecta con el público, el chiste se puede repetir mucho

“El stand up tiene algo diferencial con respecto a otras disciplinas: a nivel producción es muy barato de hacer. Con un micrófono y un escenario alcanza (y ni siquiera son tan necesarios) y si funciona la gente se ríe durante una hora y media. El placer es inmediato y la conexión con el público es muy fuerte ya que somos ellos y nosotros solos con un micrófono de por medio”.

Con estas pocas palabras el comediante Lucas Upstein caracteriza el género que, aunque no esté de acuerdo, se ha impuesto con fuerza en la década en el país. Y lo aclara durante la entrevista con este diario: “no creo que el stand up se haya impuesto con tanta fuerza debido a que los que podemos vivir de esto no somos tantos”.

“Ya no se puede decir todo” se titula su ultimo unipersonal con el que se encuentra de gira por todo el país, Uruguay, Chile y Paraguay. Y esta noche se pondrá en Puerto Cultural Libertad (Las Piedras 1.850). El comediante tiene un largo currículo, pero, lo principal, es que una parte de tucumanos ya disfrutó con su show el año pasado.

- ¿Por qué crees que ocurrió esa irrupción del stand up en el país en la última década?

- Lo que creo que pasó es que en esta última década el consumo de redes sociales creció un montón y dentro de ellas algunos de los que logramos destacar por constancia, trabajo y también una cuota de suerte, somos personas que ya hacíamos stand up desde antes y logramos que nos encuentre un público que disfruta lo que hacemos y empatizan y se divierten con nosotros. Si yo en lugar de hacer stand up, hiciera un show de títeres, por ahí mis seguidores también vendrían a verme. De todos modos en el stand up alcanza con un micrófono y un escenario; el público es muy fuerte ya que somos ellos y nosotros solos con un micrófono de por medio.

- Para un comediante parece ser necesario hacer stand up...

- No sé por qué para el resto de los comediantes es necesario hacerlo, pero en mi caso es porque es el lugar donde más presente me siento, en donde cada show es diferente sin importar que haga muchas veces un mismo chiste, ya que lo que importa es que logrés conectar con el público que te fue a ver ese día. Disfruto hacer contenido en las redes y que la gente disfrute, pero si me das a elegir entre tener todas las semanas muchos videos virales, o tener todas las semanas una sala con 50 personas que vengan a ver el show, elijo el show. Hoy por suerte puedo ambas.

- Es toda una decisión elegir esta profesión. ¿Cómo elegís tu “repertorio” o guión? ¿Son siempre temas personales, esa especie de catarsis para un actor?

- En mi caso no fue una elección consciente, más bien arranqué a hacer stand up y cuando me quise dar cuenta ya habían pasado unos cinco años haciéndolo y era lo que mejor sabía hacer. Es por eso que decidí tomármelo de manera más profesional y empecé a hacer más cosas para que sea mi método de vida. El guión lo armo de acuerdo a la temática del show y lo que sienta que va correcto con lo que tengo ganas de decir en esos momentos. Es por eso que mis shows no duran más de dos años ya que si bien puede funcionar de forma perfecta, también llega un punto en el que ya tengo ganas de contar otras cosas. Suelen ser siempre temas personales porque las cosas que escribimos son las cosas que nos pasan, y lo que hacemos es bajarlo a la tierra.

- “Ya no se puede decir todo” suena como un título de reclamo.

- El título hace referencia a la gente que justamente hoy en día opina que estamos limitados a la hora de hablar y contar chistes porque “se van a enojar” o “te van a cancelar”. Opino todo lo contrario y el show habla un poco sobre hacerse cargo del rol que tenemos a la hora de decir cosas. Y que la gente se ría sin (o con) culpa sin que nadie la juzgue.