Femicidio en un gimnasio: “Belén rehizo su vida, sentía un poco más de paz y él se la quitó”

El agresor tenía una orden de restricción contra la víctima, pero no la respetaba.

ESCENA DEL CRIMEN. El gimnasio donde Belén fue atacada cerró sus puertas durante la jornada de ayer debido al trágico suceso. LA GACETA / FOTOs DE JOSé NUNO ESCENA DEL CRIMEN. El gimnasio donde Belén fue atacada cerró sus puertas durante la jornada de ayer debido al trágico suceso. LA GACETA / FOTOs DE JOSé NUNO
20 Septiembre 2023

“Mi hermana era una persona que tenía un montón de planes a futuro, era una chica joven que estaba llena de sueños y con toda una vida por delante. Se había recibido de cosmetóloga, estaba trabajando; ahora sentía un poco más de paz porque estaba rehaciendo su vida y se él se la quitó”, dijo Iván Saravia, el hermano de Belén Saravia, la joven de 26 años que fue asesinada el lunes a la noche por su ex pareja, Cristian Allende (36), cuando estaba en el gimnasio, ubicado en Villa Mariano Moreno.

El hombre, luego de dispararle mortalmente, huyó hacia el predio del ex arsenal y se quitó la vida. Este es el séptimo femicidio que se registró en la provincia en lo que va del año,

Iván le contó a LA GACETA que su hermana y Allende empezaron su noviazgo hace 13 años aproximadamente, cuando ella tenía entre 15 y 16 años y él entre 23 y 24. Hace ocho años decidieron irse a vivir juntos, pero la convivencia llegó a su punto límite a fines de mayo, cuando Belén decidió terminar la relación y denunciarlo por violencia de género.

El hermano de Belén describió a Allende como “una persona tóxica”. Según explicó, durante los años de relación él la había aislado de su familia, y ella sufría violencia económica, laboral y psicológica. “Al comienzo él tenía buena relación con todos de la familia; después nos dimos cuenta de que era medio celoso, pero tal vez acá lo aceptábamos un poco porque era la pareja que ella había elegido. Cuando pasó el tiempo y nos alertamos de todo lo demás la apoyamos cuando decidió separarse y denunciarlo porque queríamos lo mejor para ella. No sé si la agredió físicamente, pero llevándome de los patrones que tenía me imagino que sí, pero no podría confirmarlo”, dijo Iván.

Fuentes judiciales informaron que Belén denunció a Allende a fines de mayo por haber recibido amenazas de muerte a su familia y a ella efectuadas por él. “No deja de decir que si no vuelvo con él se va a quitar la vida”, denunció la joven.

Debido a esto, la Unidad Fiscal Proteccional en Violencia Familiar y de Género le dictó el pasado 31 de mayo una prohibición de acercamiento a favor de la denunciante por el plazo de seis meses y dispuso una custodia policial para Belén durante un mes, la cual duró hasta el 30 de junio. Las mismas fuentes judiciales confirmaron que en el registro no existen denuncias previas ni posteriores al dictado de la medida cautelar.

Iván dijo que la orden de restricción jamás se cumplió. “Cuando terminaron la relación lo único que queríamos era que él respetara su espacio”, expresó. Pero esto no sucedió, ya que Allende continuó pasando en motocicleta por el domicilio de Belén y se había anotado hace un mes en el gimnasio al que ella asistía, y donde fue asesinada.

“Ella, antes de inscribirse en el gimnasio, consultó si él no iba a ese y les explicó que le había hecho una denuncia; en el gimnasio le dijeron que no y por eso ella se anotó. Él iba a otro gimnasio, pero cuando se enteró dónde entrenaba Belén se pasó para ese gimnasio y empezó a frecuentar los horarios a los que iba mi hermana; calculo que estaba haciendo un análisis del plan que tenía”, contó.

El joven además se mostró sorprendido porque el gimnasio haya aceptado la inscripción de Cristian sabiendo que Belén les había informado que tenía problemas con él. “Por lo que Belén me contaba a mí, la gente del gimnasio estaba con ella porque sabían todo; pero parece que después ella se confió con que no pasaba nada”, indicó.

Respecto de esto, Pablo Sosa, el dueño del gimnasio, le explicó a LG Play que Belén le había comentado que Cristian la molestaba, pero que no habría hecho un pedido firme al lugar. Según trascendió, esa misma versión habría aportado al fiscal Ignacio López Bustos, que está al frente del expediente.

Sobre el momento del hecho, contó que él estaba en la recepción del establecimiento cuando escuchó un ruido muy fuerte; al comienzo pensó que se había caído alguna máquina, pero luego dijo que sintió dos ruidos iguales al primero, y en ese momento vio salir a la ex pareja de Belén corriendo por el gimnasio. Además, contó que habría llegado darle una patada e intentar impedir que se retire del gimnasio, pero fue en vano.

Investigación

El caso está siendo investigado por la fiscalía de Homicidios I, a cargo de López Bustos, quien se presentó el lunes a la noche en la escena del crimen junto a los peritos del ECIF y otras áreas de la fuerza de seguridad para realizar las tareas investigativas correspondientes.

El fiscal confirmó que Allende fue encontrado sin vida en el predio donde funcionó el arsenal Miguel de Azcuénaga y que le disparó a Belén con una pistola Bersa 380. En la incipiente investigación, la fiscalía de homicidios ya tiene varios elementos en los que deberá ahondar:

1- El arma de fuego no estaba a nombre de Cristian, pero está registrada. Ahora deberán investigas cómo hizo Allende para conseguir la pistola que utilizó en el femicidio.

2- Los testimonios recogidos hasta el momento indicaron que Belén y Cristian continuaban viéndose; dijeron que algunas veces se los veía conversando y otras discutiendo en la calle. Estas versiones también serán confirmadas o descartadas a través de nuevas entrevistas.

3- La familia de Belén dijo que la semana pasada se dirigió hacia la comisaría para denunciar a Allende por desobediencia judicial, pero que informaron que los efectivos no quisieron tomarla.

El fiscal López Bustos ya se encargó de pedir información a la Policía sobre el caso y también buscará las cámaras de seguridad para ver si realmente Saravia se presentó en la seccional.

El hecho generó especial conmoción en los vecinos de Villa Mariano Moreno. “Fue muy sorprendente todo. Yo estaba en mi casa y escuché dos disparos seguidos de un montón de gritos. Pensaba que estaban asaltando a alguien; jamás se me habría cruzado por la cabeza esto que pasó. Fue una locura, encima en ese horario el gimnasio es súper concurrido, había más de 50 personas en ese momento”, contó Carolina, una mujer que vive en la esquina de donde ocurrió el trágico hecho.

“Yo lo conocía a Cristian; él era mecánico y le llevaba cada tanto mi moto. ¿Quién hubiera podido pensar que era capaz de hacer una cosa así?”, exclamó Don Molina, un vecino de Allende. Y agregó: “Pobre chica, fue todo una desgracia. Si él se quería morir, se hubiera quitado la vida él solo y no arrastrar a esa muchacha también”. (Producción periodística: Micaela Pinna Otero)

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