Cuando el candombe uruguayo se fusiona con otros ritmos

Diego Janssen se presenta esta noche en CiTá Abasto de Cultura con su premiado disco “Conecta”.

EL CORAZÓN NEGRO. Diego Jenssen juega su música desde el candombe. EL CORAZÓN NEGRO. Diego Jenssen juega su música desde el candombe.

Marca identitaria del Uruguay, el candombe que suena en sus calles al repique de tambores se abrió al mundo para dialogar con otros ritmos en la inventiva de Diego Janssen, y así reconfigurarse como una música que propone nuevas lecturas y escuchas. Una amalgama antes que una sumatoria, construida a partir de los registros que se presentan en sus dos discos: “El hijo de” y “Conecta” (Premio Grafitti en su país).

El artista y productor musical uruguayo se presentará hoy su material desde las 22 en CiTá Abasto de Cultura (La Madrid 1,457) con un liveset de guitarras, percusión e instrumentos virtuales, con el acompañamiento de Rodrigo Villanueva en percusión.

“Soy un loco que a sus veintipico años estaba tocando el tambor en comparsa, al mismo tiempo que tenía mi banda de rock experimental con amigos y estudiaba composición contemporánea en el Conservatorio de Música de Montevideo. He estado en todos lados y solemos ser bastante miserables al buscar la división entre los géneros. Los rockeros me han tildado de candombero y demasiado estudioso; en el camdombe, de rockero y demasiado mental; y de demasiado popular en la universidad. Con los años me enteré que en la historia los casos más interesantes son de músicos con más de una escuela, mal llamadas culta, popular, etcétera. El candombe está para que evolucione y se mezcle de todas las maneras que se nos ocurra, sin recetas, como ha ocurrido en Brasil y la Argentina con su folclore desde mediados del siglo 20. Lo vivo como una misión y trato de contagiar esa energía al colectivo”, le dice a LA GACETA.

Janssen reconoce que “de donde yo vengo, todo se mueve al pulso del candombe, es una parte esencial pero no lo es todo; mis influencias son súper variadas: Piazzolla, Baden Powell, Gismonti, Beethoven, Ravi Shankar. Sin querer, mi música tiene un poquito de todo lo que he explorado, soy de la generación del MP3, las discografías gigantes... la internet llegó a mis 18 años y podía ver el video que quisiera y encontrar partituras”.

La negritud le dio al candombe su referencia de origen. “Siempre hubo un gran retraso en el reconocimiento hacia la música negra, pero considero que hoy en día solo existe en la superficie; en la profundidad de las músicas del mundo es otra cosa y ese es el lenguaje de lo que no se ve. Por algo es la música latina la más escuchada en el mundo, somos los latinos los que equilibramos esas dos fuerzas de manera más natural, como dice Wynton Marsalis la música no se divide jamás por sí misma. En su naturaleza, somos nosotros mismos los que, llenos de miedo, de perder nuestra identidad etnica o nacionalista, nos llenamos de miseria interna cuando vemos a alguien de afuera tocar lo que supuestamente es ‘nuestro’. Los artistas de cualquier parte del mundo nos juntamos a tocar y lo que sale siempre es hermoso si no estamos celosos ni compitiendo”, resalta.

“Conecta” es su segundo álbum, marcado por su cambio total de visión luego de ser padre en 2018. “Empecé a componer y a grabar con una fuerza especial. Es mucho más colorido que el anterior, más mántrico y tribal también, sin tanta locura de laboratorio. Pero el primero es el disco que mejor define mi estética propia y me diferencia del colectivo, me llevó mucho más tiempo también. Es considerado por la crítica calificada como uno de los más interesantes de la década anterior en Uruguay”, admite.

En la propuesta para el show de esta noche, Janssen reivindica “viajar y bailar”: “siempre me pareció fundamental lograr equilibrio entre fuerzas contrarias pero complementarias como lo femenino y lo masculino (tambor grave y guitarras eléctricas, por ejemplo). Lo mental del viajero y lo físico del baile es un gran desafío que he podido abordar con mucho trabajo porque tenía ciertos prejuicios; estoy cómodo con lo que hago aunque siempre busco salir del confort y repetirme lo menos posible”.

En sus experiencias escénicas, ya tuvo contacto con Tucumán cuando tocó con Manu Sija. “Es un tipo increíble y un músico sobrenatural. Es mi principal referente en la región, el que marca el camino dentro de la disciplina. Los artistas como nosotros somos todos distintos, eso vale mucho porque somos fieles a nuestra raíz. Vamos encontrando medios para lograr propósitos y que nuestra música sobreviva en una época tan complicada”, concluye.

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