Construir equipos de trabajo en base a la diversidad es el signo de estos tiempos en las organizaciones. La heterogeneidad del capital humano es tal que si los jóvenes no se nutren con la experiencia de los mayores y estos, a su vez, no experimentan la educación continua, es probable que el propósito de la compañía no se cumpla. En consecuencia, las proyecciones personales y comerciales pueden naufragar. En todo este proceso, la comunicación entre líderes y el personal es vital. De esto se debatió en el Primer Panel de “Gestión del Talento” del Tercer Encuentro de Empresarios del Norte Argentino, que se desarrolla en el Hilton Garden Inn Tucumán, y que es organizado por la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE) Tucumán.
Silvia Bulla, presidente de ACDE Argentina, lanzó la primera consigna del panel, al señalar que aquellas empresas que captan la especificidad de la diversidad tienen más oportunidades de crecer y de comprometer a su personal con un propósito común. Rodrigo de Ángelis, consultor en neurolingüística, agrega que, sin importar la cuestión intergeneracional, el desafío más importante que se presenta dentro de las organizaciones es la aceptación del otro como tal es clave. En ese aspecto, el consultor señala que intentar convertir un roble en nogal es imposible, pero no aceptar la diversidad y tratar de ver qué hago para trabajar en ese ambiente, en base al respeto mutuo para sustentar un trabajo colaborativo. En esta cuestión, Enrique Mallea, de Managing Director Consultora, apunta que, para que una empresa no se quede obsoleta, lo fundamental es potenciar la interacción y la flexibilidad ante la educación continua. Maximiliano Chiesa, gerente de Recursos Humanos del área Golosinas de Arcor, puntualiza que el desafío mayor de las compañías es fijar el propósito y entender que la diferencia de pensamiento interno debe ser el motor que la nutra. “Es fundamental invitar a que esas diferencias aparezcan y que se puedan comunicar, para lograr los resultados en un proceso de trabajo en conjunto”, fundamenta.
¿Qué es un propósito? De Ángelis lo define en el “para qué hago lo que hago, dónde quiero y buscar la manera de lograr ese fin, en un proceso en el que el motor es la motivación. En suma, darle sentido a lo que uno hace cotidianamente. Bulla agrega que ese propósito alinea mucho mejor al sentido de pertenencia a las organizaciones, en el que los líderes deben contagiar a las personas, en un sentido de empoderamiento a los equipos, en base a la empatía.
Uno de los grandes problemas que se le plantea a las empresas es la fuga del capital humano. Al respecto, Chiesa expone que más que hablar de retención del talento, las organizaciones tienen que entender las situaciones. “Habrá personas (los jóvenes son los más propensos) que buscan una oportunidad de mostrarse en el exterior y después regresan y también otros que tienen propósitos diferentes. En ese escenario, los líderes deben sacar el mayor provecho y permitir que las cosas sucedan”, apunta. Paralelamente, deberán gestionar a los más grandes, a los de más años dentro de la compañía, para capitalizar esta experiencia en el trabajo y transmitirla al resto del plantel.
Un factor clave para lograr los objetivos y cumplir el propósito es la comunicación. De Ángelis señala que el 80% de los conflictos se originan en la falta de comunicación, en el que todos pueden hablar el mismo idioma, pero con distintos lenguajes. “Una manera de ver las cosas es que la mitad de las personas que participan de una procesión van porque quieren ir al cielo y la otra mitad no quiere ir al infierno. La mirada es simple: por el foco en el otro porque comunicar es poner en común sobre la base del respeto al otro”, define. Y continúa: “las relaciones se enferman por las verdades no dichas”.
Al final del panel, la moderadora y CEO de DOERS, Patricia Cerrizuela, invitó a los disertantes a definir cada uno su propósito:
Bulla: “la misión de acompañar a la organización en procesos de transformación, protegiendo a las personas en ese proceso”.
De Ángelis: “un mundo de gente vinculándose mejor”.
Mallea: “retribuir todo lo que uno recibe”.
Chiesa: “darle al equipo todo lo que recibo de ellos”.