Cartas de lectores: llegar tarde, destino o decisión

02 Octubre 2023

Llegar tarde, cuando llegamos tarde a diferentes encuentros cotidianos, podemos excusamos, porque en el camino pasaron un sin fin de cosas, que nos impidieron llegar a tiempo, al encuentro esperado y programado. Pero, qué pasa cuando sin saber, sin querer, sin esperarlo, ni sospecharlo, llegamos tarde a la vida de alguien y ese alguien por supuesto llego tarde a nosotros. Y lo peor es que al mismo tiempo nos damos cuenta, que ese encuentro debía haber sido desde siempre, desde un principio. Que esa persona es la medida justa, de la pieza del rompecabezas que nos falta y cuando está cerca, desaparece esa sensación del espacio vacío, para sentirnos completos. Que hacemos, como solucionar, lo que no estaba destinado. Como explicarle al corazón, que esa persona que lo emociona, enternece y lo desborda de amor, no puede ser. Cómo le explicamos, que esa persona, que con solo una palabra clama la tormenta, que con solo sonreír despeja el día y lo ilumina, sin siquiera darse cuenta, no pertenece a nuestro tiempo. Como hacemos para que entienda, que ese ser maravilloso, que calma las tempestades del alma con un abrazo, no es nuestro destino. Y solo tenemos dos opciones, alejarnos, aceptando que no dependió de nosotros, estar a destiempo, que quizás fue solo un capricho del destino, que nos jugó una mala pasada. O quedarnos disfrutando hasta el último minuto esa compañía, evaluando la posibilidad que quizás, para nuestro pensamiento humanamente limitado, llegamos tarde. Pero que estamos sometidos a un poder divino y que tal vez, no llegamos tarde, llegamos justo a tiempo. Que en lugar de lamentar lo que pudo haber sido, debemos disfrutar lo que puede ser. Y sinceramente prefiero pensar que llegue justo a tiempo, porque al destino lo construimos y lo cambiamos nosotros. No importa la cantidad, sino la calidad de los momentos compartidos. No importa lo vivido, si no lo que nos queda por vivir. No importa el rol que esa persona ocupe, si no que tu vida no sería la misma sin su presencia. Disfruta la compañía de los que amas, sin pensar cuánto tiempo los tendrás. El pasado, no importa, ya quedo atrás, pensar en él posterga, el futuro es de Dios, pensar en él muchas veces nos angustia. Así que solo el presente nos pertenece, lo vivamos con alegría y agradecimiento.

Elisa Angélica Pombo

pomboelisaangelica@hotmail.com

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