El poder jaldista y las dudas manzuristas en la Legislatura

El poder jaldista y las dudas manzuristas en la Legislatura

En 21 días, Osvaldo Jaldo asumirá como gobernador y las primeras manifestaciones del ejercicio del máximo poder político de la provincia ya se traslucen. De acuerdo con los antecedentes más próximos, la figura gubernamental suele tener una injerencia clave en el armado de las mesas de conducción de la Legislatura y de los concejos deliberantes.

Los órganos legiferantes son fundamentales para determinar cómo transcurrirá una gestión: si transitará por caminos despejados o si estarán llenos de piedras. Los legisladores y concejales tienen las potestades de avalar las decisiones de los ejecutivos en cuestiones amplias y sensibles que van desde el uso y la gestión de los dineros públicos y el diseño de políticas de seguridad hasta el desempeño de los funcionarios o las relaciones con la Justicia. Sólo basta recordar una coyuntura reciente que dio cuenta de esto: la interna entre jaldistas y manzuristas no sólo estalló públicamente en el recinto legislativo (durante la elección del ombudsman) sino que derivó en cambios de las autoridades legislativas.

Las conversaciones bullen en la Legislatura, edificio en donde se cuece lenta y herméticamente el desembarco del jaldismo en los despachos palaciegos. Las definiciones sobre quiénes acompañarán al próximo presidente del cuerpo, Miguel Acevedo, comienzan a asomar y con alguna sorpresa.

A juzgar por sus acciones, Jaldo ha intentado por el momento ni avasallar ni contrariar a Manzur. Pero habría habido un “hasta aquí” para tanta prudencia. Tal como reveló el periodista Fernando Stanich en la edición de ayer, la dupla se reunió en la Casa de Gobierno el viernes por la mañana. Poco y nada trascendió, pero hay paredes que escuchan. De acuerdo con distintas fuentes, habría sido un encuentro en buenos términos y se habría sentado un asunto medular para el inicio del nuevo Gobierno. Manzur no habría pedido nada. Jaldo no le habría dado la posibilidad de que lo hiciera. La síntesis sería, entonces, que la gestión que viene será íntegramente de Jaldo y que será Jaldo quien defina todo lo relacionado con ella.

En medio del secretismo, hay incógnitas que son transversales a todos los sectores ¿Cómo será la convivencia entre jaldistas y manzuristas? ¿Será el fin del manzurismo? ¿Surgirá un neomanzurismo con el reposicionamiento de algunas figuras? ¿Cómo será el liderazgo de Acevedo en la Cámara? ¿Cómo se vincularán Jaldo y Acevedo en funciones? ¿Cómo se parará Juntos por el Cambio frente al jaldismo? ¿Se diluirá JxC? ¿Opositores se sumarán al jaldismo? ¿Qué trascendencia tendrá Fuerza Republicana si se repite el desempeño nacional de Javier Milei?

Las respuestas irán surgiendo a medida que pase el tiempo y el calendario electoral.

En la Sarmiento

En los próximos tiempos, el oficialismo provincial contará nuevamente con una mayoría aplastante en la Legislatura (34 de las 49 bancas corresponden a las distintas vertientes del PJ). En el conteo, en despachos jaldistas afirman que suman de a uno a los próximos legisladores que pasan por allí y que se ponen a disposición del futuro mandatario. “Ya cerraron casi todos”, celebran en las filas del tranqueño. Los números de los dirigentes propios y ajenos disienten dependiendo de a quién se le consulte. Allegados a Manzur relativizan esta situación. Queda clara la división en el justicialismo entre jaldistas, manzuristas y aquellos que prefieren ser afines al gobernador de turno, pero desde pequeños espacios propios. La interna no se ha disipado y es lógico que se escuchen algunos crujidos instantes antes antes del recambio y en momentos en los que todos buscan acomodarse en el escenario de la manera más ventajosa posible.

¿Qué sucederá con Acevedo y Jaldo? Es un misterio, pero ni unos ni otros esperan sobresaltos en esa relación. Las dos facciones, sin embargo, seguirán muy de cerca las acciones de la otra.

Oficialistas y opositores se alistaban para alquilar esta semana balcones por dos temas: la definición de la mesa de autoridades (implica la línea sucesoria) y si se lograba armar un solo bloque peronista. Consideraban que sería la primera batalla Manzur -Jaldo de esta nueva época. “Si Jaldo impone la mesa y logra un solo armado, comienza el fin del manzurismo”, comentó un dirigente de experiencia en los pasillos de la Cámara.

Pero el jaldismo tendría casi resueltas estas cuestiones. Aunque no habría habido una reunión ni comunicación oficial, se avanzaría en la conformación de un solo bloque. Por la lógica del pensamiento del peronismo, de encolumnamiento, Jaldo contaría con la mayoría ¿Habrá resistencia manzurista? Es probable, pero esperan que sea mínima y que, con el tiempo, se disipe. Esto se confirmará o no con el devenir de la gestión. Son dos los nombres que han sonado por ahora para encabezar las bancas justicialistas: los jaldistas Carlos Funez y Aldo Salomón. El concepcionense correría con ventaja por sobre el alderetense por ahora. Ex presidente del Concejo de su ciudad, tendrá tres bancas que le responderán en la próxima conformación del cuerpo vecinal de la Perla del Sur.

La única duda de incorporación, afirman, sería si el bancario Hugo Ledesma sigue con la tónica de Eduardo Bourlé de mantenerse en un unibloque o si se integra al resto.

La cuestión de la mesa se habría cerrado en las últimas horas, según múltiples fuentes. Inicialmente, se había mencionado que el legislador reelecto Regino Amado sería el presidente subrogante. Es del riñón jaldista y encabezó el armado de Tucumán para la Victoria por el Oeste en las últimas elecciones. Sin embargo, sorpresivamente su nombre fue reemplazado en las versiones por el de Sergio Mansilla. Mansilla y Jaldo estuvieron reunidos en la Cámara durante más de una hora el viernes y se podría haber sellado el acuerdo que habría sido entre ambos, sin la participación de Manzur.

Mansilla, que lideró la lista oficial de Manzur en el Oeste junto con Javier Noguera, había sido el referente “salvavidas” de Manzur en la Cámara durante la interna. Tras permanecer un tiempo alejado de las máximas esferas, había sido convocado de emergencia para reforzar la contraofensiva manzurista en ese ámbito. Tras la interna, el aguilarense habría podido congeniar con Jaldo durante su interinato en el Ejecutivo y habrían podido trabajar en conjunto.

Amado, en tanto, se mantendría en la vicepresidencia primera, la que ocupa actualmente. Por otro lado, podría haber otra alternativa para Amado y sería la de volver al Ministerio de Gobierno.

El runrún de la posible inclusión de Mansilla molestó en varios sectores del justicialismo. Si bien reconocen la trayectoria y la pericia de “El Burra”, consideran que la distribución no sería equitativa si los elegidos son dos hombres del interior y, más precisamente, del Oeste. Varios electos no estarían al tanto de ninguna de estas informaciones. Peor fue la repercusión en el manzurismo, porque consideran que Manzur no estaría mediando para la contención de sus dirigentes.

El hecho de que Mansilla y Amado suenen para esos puestos no sería casual, sino que sería una estrategia. Jaldo habría abroquelado el Este con la inclusión de Darío Monteros como ministro del Interior y pretendería hacer lo propio con el Oeste. Son las secciones electorales que lo catapultaron hacia el sillón de Lucas Córdoba.

Por último, la vicepresidencia segunda estaría en estudio, pero, por el número de bancas tendría chances y le correspondería a Juntos por el Cambio (JxC). Ese sector de la oposición es el que más escaños tendrá: seis son del radicalismo, cinco del PJS y uno del PRO. Entre los disidentes se suman las dos de Fuerza Republicana y un parlamentario de Libres del Sur. Estos últimos tendrían sus propios armados.

También queda pendiente la presidencia de las comisiones de trabajo, que son también muy codiciadas.

En JxC todos mencionan que lo más probable es que terminen atomizados en varios bloques, dentro de un interbloque. Aquel que consiga reunir algunas bancas podría ser el sector opositor con más miembros y podría acceder a la mesa, si es que se sigue el criterio de la gestión actual.

Ese lugar pertenece hoy al bussismo, que tenía el bloque disidente más numeroso. En el radicalismo se está negociando y aún no hay definiciones. Los sectores de Silvia Elías y Mariano Campero cuentan con dos escaños cada uno y los restantes pertenecen a José Cano y Agustín Romano Norri. Si el radicalismo se divide, subirían las acciones del PJS. En los próximos 10 días podría haber novedades al respecto. Los radicales reniegan de no poder avanzar en un acuerdo y consideran que los egos están pesando más que los posibles beneficios colectivos.

El PRO tendrá su sola banca,con José Macome. Estará en charlas y viendo la posibilidad de confluir en un interbloque.

En el PJS, fueron electos Alfredo Toscano, Rodolfo Ocaranza, Rolando Alfaro, Walter Berarducci y Claudio Viña. Está en duda qué hará Berarducci, que está alejado del alfarismo. Viña, en tanto, podría optar también por un monobloque de su partido Nueva Fuerza.El espacio estaría también en conversaciones y habría dos dirigentes alfaristas que podrían aspirar a la mesa: Toscano y Ocaranza. En el jaldismo aceptarían brindarles espacios en la conducción de la Legislatura y del Concejo capitalino, pero si es que se suman al bloque del oficialismo. En el Municipio descartaron de plano esa posibilidad.

Los llamados y las reuniones abundan. Algunas definiciones se van conociendo y otras, restan por tomarse. Los próximos días serán clave y,sobre todo, el domingo electoral.

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