Cartas de lectores: Banco Central

11 Octubre 2023

Al sancionarse la Constitución de 1853, en Argentina se creó un Estado Federal donde las Provincias delegaron en el Gobierno Central, poderes que les eran propios hasta ese momento. Uno de esos poderes es el de crear un Banco de emisión de una moneda nacional. Esta facultad delegada va de la mano con la prohibición de que haya acuñación provincial o bancos de emisión locales. También se le encargó al Gobierno Nacional defender el valor de la moneda nacional. Si se cierra el Banco Central (creado en 1935, igual que en el resto del mundo, como consecuencia de la crisis de 1930, cuando se abandona el patrón oro y la caja de Conversión existente hasta ese momento) debería igual cumplirse con las mandas constitucionales y en caso de reformar la Constitución se volvería al estado previo a la ley de Unificación Monetaria de 1881 donde en el país circulaban distintas monedas provinciales. Una vez hechas las dificultosas (por los acuerdos políticos que requieren) reformas constitucionales y legales, cerrado el Banco de emisión Nacional, no habría impedimento alguno para que cada una de las Provincias o Estados que integran la Federación o Estado Federal, reasuman sus facultades y acuñen su propia moneda. Alguna provincia la respaldará con gas, otras con litio, otras con petróleo o con soja; pero es casi seguro que llegado el día de pago mensual de los empleados provinciales y municipales, al carecer de divisas y de una moneda nacional, cada administración provincial recurrirá a su propio papel moneda, con un Banco de emisión provincial. Ninguno de los países que se dan como ejemplo de adopción de una divisa extranjera como moneda de curso legal y forzoso tiene una estructura federal, son estados unitarios con fuerte poder central y no hay autonomía provincial originaria. Los argentinos que hemos vivido y sufrido la crisis del año 2001, también hemos padecido el desorden monetario y la existencia de Patacones, Lecor, Lecop, Quebrachos, Federales, Petrom, Bocades, Huarpes, Petrobonos, etc. No me imagino volviendo a ese escenario anárquico, por la improvisación de una dirigencia que no esté a la altura de las circunstancias. Por eso les pido a aquellos a los que la ciudadanía les dé el mandato de diseñar la política económica y monetaria del país, la máxima responsabilidad y la honestidad intelectual para reconocer lo que es factible política, económica y legalmente, sincerando además que la estabilización económica en nuestro país, requerirá más de cuatro años de esfuerzos y varios periodos de gobierno. Los condicionantes del presente (deuda externa e interna, altos porcentajes de pobreza e indigencia, inflación, malos indicadores en educación, índices de inseguridad preocupantes, etc), harán que la cuesta sea dura, pero entre todos podremos subirla si nos animamos a compartir un sueño colectivo y ver al de al lado que piensa distinto, como un compañero de camino y no como un enemigo.

Miguel Ángel Reguera     

miguelreguera@yahoo.com.ar

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