La historia de acoso a un niño de 10 años en una escuela de Tafí Viejo, que lo llevó a intentar quitarse la vida, ha conmovido a nuestra sociedad. El caso, denunciado por la madre del pequeño alumno, ha puesto de manifiesto un problema que se va agravando en nuestro medio, reconocido por las mismas autoridades escolares, que dicen que son muchos los establecimientos donde suelen registrarse casos de bullying. “La escuela es una caja de resonancia de lo que pasa a nivel social. Y hoy la sociedad está cada vez más violenta; se ha naturalizado el maltrato”, dijo la directora de Asistencia Técnica de Educación.
Este niño, que va a quinto grado, padece trastorno mixto y epilepsia. Su madre dijo que sufre acoso desde hace tiempo por parte de compañeros de sexto grado; que ella denunció estas agresiones a la maestra y a la institución, sin respuesta, y que por esta causa el niño se autolesionó, tiene miedo y vergüenza y no quiere ir más a la escuela. La semana pasada varios padres acompañaron a la mujer a un reclamo frente a la escuela. Las autoridades del Ministerio de Educación reconocieron el problema, dijeron que hubo otros casos en ese establecimiento y plantearon que se está llevando a cabo una campaña llamada “Escuela libre de violencia”.
Cabe preguntarse si estas medidas abarcan la dimensión de un problema que expertos y autoridades reconocen como complejo. Una encuesta del Observatorio de la Convivencia Escolar de la Universidad Católica Argentina reveló este año que uno de cada cuatro alumnos de entre 10 y 18 años le tiene miedo a alguno de sus compañeros.
El acoso escolar está entre los principales factores precipitantes de los intentos de suicidio, dijo la referente del Programa de Conductas Suicidas del Siprosa. También se sabe que en el último año aumentaron un 25% las consultas de salud mental en la Provincia, tendencia agravada por la pandemia. Una psicóloga dice que el bullying es una de las enfermedades más graves de la infancia: es la que peores efectos provoca a corto, mediano y largo plazo.
La violencia escolar no es nueva -de hecho, hay una ley nacional de 2013 para prevenirla-, aunque parece ser más intensa en estos días: hace poco se vio el caso de un alumno en Monteros que fue armado a la escuela porque sufría bullying. Por otra parte, hace pocos meses se sancionó una norma nacional, conocida como “Ley Lautaro”, para prevenir el acoso a niños con disfluencia (tartamudez). El año pasado se discutió en todo el país el tema de la inteligencia emocional, con el que se propone abarcar estrategias preventivas de los trastornos de conducta.
Es en los casos concretos donde se ve cuánto se ha avanzado, o no, en el tratamiento de esta problemática. El Estado debe establecer reglas para actuar ante el acoso y darles protocolos a docentes y autoridades para saber qué hacer en cada caso, sobre todo en una escalada de emergencias en la que el bullying es una de las causas principales.