Sin palabras. Luego de la dura derrota frente a Defensores de Belgrano, en el cierre de la Primera Nacional, tanto los jugadores como el técnico de San Martín de Tucumán decidieron retirarse en silencio del estadio Juan Pasquale. El clima vivido fue el reflejo del momento obtenido donde las caras de decepción se hicieron presente en muchos de los protagonistas de la tarde porteña.
El primero en subir al colectivo fue Agustín Colazo. Luego, pasaron dos de los referentes del plantel como Emanuel Dening y Leonel Bucca. Así, uno a uno, los futbolistas subieron cabizbajos, y con una expresión de frustración en el rostro.
Al último, decidió salir Pablo Frontini. El entrenador llegó al portón de Avenida Libertador, y frente a toda la prensa presente, aseguró que no quería emitir declaraciones sobre el partido. En silencio, y ante la creciente insistencia de los periodistas, subió al ómnibus que trasladó a los jugadores.
Así, una tarde gris apareció en el Bajo Belgrano ,donde no hubo explicaciones acerca de lo sucedido dentro del campo de juego. Ahora, todo es incertidumbre en el “santo”, que deberá lavarse la cara rápido si quiere luchar por el segundo ascenso, y pensar ya en el partido ante Riestra, que no tiene fecha confirmada, pero que se jugará el último fin de semana de octubre.