La autopista, escenario de tragedias

19 Octubre 2023

Hace unos días fue el choque entre tres vehículos en la zona de Los Aguirre, uno de los cuales era conducido por el arzobispo de Tucumán. Una persona falleció. Este lunes una motocicleta sin luces que entró a la autopista en el crepúsculo, o ya de noche, fue arrollada por un ómnibus cerca del Mercofrut, a seis kilómetros de distancia del percance anterior. Tres personas perdieron la vida, entre ellas una niña de tres años.

El tramo que abarca los accesos este y sur a la capital, desde Los Aguirre hasta el puente Barros -unos ocho kilómetros- arrastra un historial trágico y emergencias cotidianas que enlutan a nuestra comunidad. En nuestra crónica de ayer se da cuenta de varios de los accidentes que causaron honda impresión en los últimos años, si bien lo que acontece a diario a menudo no queda registrado en las crónicas. “Estos accidentes, lamentablemente, son normales en la autopista. Hay poco alumbrado público y muchos cruces ‘de barrio a barrio’, como se les dice. Vienen a ser arterias de tierra por las cuales se meten las motocicletas mayormente. Además falta hacer un control vehicular más específico en esta zona”, dijo un oficial de Policía, al analizar las causas de la tragedia del lunes.

Al mencionar los cruces ‘de barrio a barrio’ se refiere a una situación que ya ha sido documentada hace por lo menos una década, y es el hecho de que la avenida que antes circunvalaba la ciudad ahora ha quedado dentro de una zona que ya puede ser considerada ejido urbano, como si fuera una vía de doble mano en el centro de la ciudad, por la que además de autos circulan vehículos menores -motocicletas, bicicletas y transeúntes- a lo que se agregan circunstancias derivadas del hecho de que al estar ubicada en la “costura” entre la capital y otros municipios como Alderetes y Banda del Río Salí, circulan por allí carros de tracción a sangre y otros vehículos en regulares condiciones mecánicas, e incluso se ven a diario animales.

La Circunvalación ha quedado como separadora de vecindarios, por lo que el trasiego de personas y vehículos es intenso. Así lo han señalado los vecinos y los mismos policías, y ya hace tiempo se ha constatado la existencia de unos 100 cruces clandestinos -como el del lunes- por los que ingresan personas y vehículos a una vía que tiene el límite de velocidad más alto de la provincia, y por donde los vehículos circulan con celeridad excesiva, lo cual, junto con la oscuridad, conforma un combo mortal.

A esta circunstancia se agrega la falta de jurisdicción específica, por tratarse de un área entre diferentes administraciones.

El cuidado de la autopista corresponde a Vialidad Nacional -que debería preocuparse por la reposición y el mantenimiento de las luminarias, así como de la semaforización o de los reductores de velocidad y de las líneas peatonales en las zonas críticas- pero la circulación ya debería formar parte de la preocupación de las autoridades municipales, así como la seguridad tendría que generar respuestas de la misma policía, como bien señaló el oficial al mencionar la necesidad de controles.

Corresponde que las distintas áreas se reúnan y diseñen una estrategia conjunta para hacer frente a la compleja problemática de la autopista, que el principal acceso a la capital y una abandonada vidriera de nuestras circunstancias para los visitantes.

Se sabe desde hace mucho tiempo que urge que se den respuestas. La necesidad nunca ha cesado y, en vista de las dos tragedias de estos días, el problema parece acrecentarse.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios