Una avenida que se transforma y requiere atención

06 Noviembre 2023

De ser una avenida casi periférica que, hasta hace no muchos años inclusive poseía tramos que aún estaban poco consolidados, de a poco la Francisco de Aguirre se ha convertido en una de las principales vías a las que recurren aquellos que deben circular de oeste a este y viceversa, y que no están dispuestos a soportar las pérdidas de tiempo que genera el tránsito intenso de las principales avenidas.

Es posible que personas no habituadas a circular por la zona se pregunten por qué hay conductores que prefieren desplazarse hasta el extremo norte de San Miguel de Tucumán (casi en el límite con Las Talitas y con Tafí Viejo), para ir del centro a Yerba Buena, por ejemplo, o en dirección contraria. Los motivos sobran.

Si un individuo que está en el municipio pedemontano busca llegar al aeropuerto del modo más directo, en la Francisco de Aguirre encuentra una buena opción. Se conecta con ella por el Camino del Perú y la recorre hasta el cruce con Juan B. Justo. Inclusive en horario pico, el trayecto entre el pozo de Vargas y esta última avenida no le tomará más de 20 minutos. En el recorrido encontrará apenas cuatro complejos semaforizados: en las intersecciones con Ejército del Norte, República del Líbano, Monteagudo y Juan B. Justo. Muy pocos en comparación con la Belgrano, la Mate de Luna o la Roca. Por Juan B Justo, otra avenida que casi no tiene semáforos, llegará en pocos minutos a Gobernador del Campo y desde allí no le quedará más que conducir hacia el este para arribar al Benjamín Matienzo.

Algo parecido ocurre con aquellas personas que necesitan ir al centro. Basta tomar la Fransico de Aguirre y recorrerla hasta la intersección con la calle perpendicular que le quede más cómoda: Siria, Maipú, 25 de Mayo Rivadavia o Balcarce. Este es un camino muy utilizado todas las mañanas por aquellos que viven en el sector norte de Yerba Buena o en la zona oeste de la capital.

No hay que confundir la velocidad y la falta de semáforos con una virtud. Al contrario. A más tránsito, más peligro de que ocurran accidentes. Por eso no sólo es necesario ordenar la circulación con señales y prohibiendo los giros a la izquierda, sino que también hay que ocuparse de otras cuestiones. Por ejemplo, el estado del pavimento es deplorable a lo largo de casi toda la avenida.

Tampoco hay que olvidar que en esta arteria se conjuga una circulación variopinta: a los autos, motos y camionetas típicos del tránsito urbano, se le suman camiones de gran porte y colectivos que buscan las salidas a las rutas. Además, se trata de una zona insegura, especialmente el tramo que recorre Villa Muñecas, entre Ejército del Norte y el pozo de Vargas.

Creemos que puede ser saludable que la nueva administración municipal centre en algún momento su atención en esta avenida. Es indudable que el flujo vehicular seguirá creciendo y es necesario adecuar la infraestructura para que no pierda sus virtudes (tránsito fluido y ágil), pero que al mismo tiempo brinde un marco seguro para sus usuarios.

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