La derrota Argentina llegó ante un Uruguay brillante, con el sello de Bielsa

La derrota Argentina llegó ante un Uruguay brillante, con el sello de Bielsa

En la década del ‘90, el bielsismo había emergido como un método, un estilo, o una escuela que estaba decidida a meterse en la histórica discusión entre el menottismo y el bilardismo, que a esa altura ya tenía adeptos y detractores.

Y anoche, en La Bombonera, Marcelo Bielsa agregó un capítulo más esa leyenda extraordinaria en la que se supo transformarse con el correr de los años.

Lo que Uruguay ideó y ejecutó contra Argentina fue prácticamente perfecto. Redujo a la mínima expresión al campeón del Mundo, lo incomodó desde el primer minuto, lo superó en todos los sectores de la cancha, lo puso de rodillas, y le ganó bien; muy bien.

La “celeste” expuso en el campo cada una de las principales virtudes que siempre tienen los equipos del “loco”: protagonismo, verticalidad, dinámica, buen juego, ataques por las bandas, desbordes y esa concentración marca registrada del rosarino.

Bielsa le dio una clase de cómo planificar un juego de estas características a Lionel Scaloni; porque supo desactivar las virtudes de ese equipo brillante, lleno de récords, que aprendió a llevarse por delante rivales y que se había acostumbrado a festejar seguido de un tiempo a esta parte.

Uruguay hizo todo bien en la cancha. Una de las cosas que mejor sabe hacer Argentina es ensanchar la cancha para poder abrir las defensas y dejar a sus delanteros de cara al gol. Pero el equipo “charrúa” dejó en sin efecto ese detalle con extremada facilidad.

Cuando Argentina intentó “perforar” por los costados, la “celeste” le tapó los espacios por el centro. Obligó al seleccionado nacional a necesitar del desequilibrio en el uno contra uno en espacios reducidos. Y así, cada vez que recuperó la pelota, la visita quedó mejor parada para salir rápido de contragolpe.

El tándem Ugarte-Valverde fue de lo mejor que expuso el partido. Dos volantes centrales “clase A”, que tienen recuperación y que son lúcidos a la hora de ejecutar el primer pase.

Con ellos como bandera, Uruguay exhibió una clase magistral de cómo reducirle los espacios a un rival que, cuando tiene un par de centímetros, te liquida.

En base a eso el equipo de Bielsa sacó de escena a Argentina y lo golpeó en el momento justo gracias a sus laterales y una presión de toda la cancha: guapeada de Matías Viña y definición Ronald Araújo para el 1-0.

Argentina no tuvo reacción. Los cambios de nombres y de esquemas que buscó Scaloni no resultaron, y la “celeste” lo liquidó gracias a Darwin Núñez, para coronar el 2-0 y una victoria que nadie puede refutar.

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