¿Cómo sigue la carrera entre los precios y los salarios?

El consumo se mantiene por los reajustes que se observan en el sector registrado de la economía, indica un reporte de Ecolatina.

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Con una inflación de dos dígitos mensuales, la carrera entre los precios y los salarios se aceleró a tal punto de llegar a esta etapa del año con reapertura de paritarias en varios sectores de la economía. La Argentina está en un régimen de inflación mensual en el orden de los dos dígitos. Estamos hablando de la inflación más alta en 32 años, desde 1991, cuando se sentían los coletazos de la segunda hiperinflación, advierte el economista de Libertad y Progreso, Eugenio Marí

Además, no hay que perder de vista que, en octubre, incluso con los congelamientos de precios impulsados desde el gobierno en muchos sectores, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) anotó una suba superior al 8% mensual, un ritmo anualizado del 160%.  “Seguir apostando a los controles de precios como herramienta para frenar la inflación no solo no logra su objetivo, sino que además ha provocado problemas de abastecimiento de diversos productos básicos, incluyendo combustibles, alimentos, insumos médicos, entre otros”, señala Marí.

Tomando en cuenta los informes del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), los salarios registrados crecieron 12,4% durante septiembre (último dato disponible), lo que acompañó la dinámica inflacionaria del período. Distinto es el caso de los sueldos informales, que crecieron sólo un 7,5%. Peor aún es el análisis respecto del incremento acumulado en el año: 100,2% para el caso de las remuneraciones formales versus 76% para aquellos que cobran en negro con una inflación acumulada entre enero y septiembre del 103,2%.

Dejando de lado la excepcionalidad de la pandemia y su consecuente cuarentena, el Gobierno permitió que la dinámica salarial, al menos en el sector formal vía paritarias, siga de cerca los sucesivos shocks nominales que atravesaba la economía. Poco a poco, estos shocks se mezclaban con la creciente incertidumbre acerca del devenir de la economía, indica un informe elaborado por Ecolatina. 

Como resultado, se evidenció una reducción de las vigencias de las negociaciones paritarias -generalización de acuerdos trimestrales y relativa flexibilidad para reforzar reaperturas si fuera necesario- que evitaron que los salarios formales queden rezagados ante la escalada de los precios.

En este sentido, apunta la consultora, una mirada de mediano plazo muestra que, si bien la nominalidad de la economía aumentó en la última década, la frecuencia de los ajustes salariales se mantuvo relativamente estable hasta 2020. Desde entonces, la aceleración de la inflación sí tuvo un correlato más claro con aumentos salariales cada vez más frecuentes.

¿Cómo sigue la carrera entre los precios y los salarios?

Si bien hay un riesgo en “incorporar” cada nuevo shock a la nominalidad existente, poniéndole un nuevo piso a la inflación esperada, este es indudablemente un factor que contribuyó a que se sostenga una parte significativa del consumo de las familias en la salida de la pandemia y en particular en el último año, considera Ecolatina

Esto fue potenciado por una elevada propensión al consumo en un contexto de escasas opciones de ahorro (los préstamos hipotecarios y prendarios caen 26% interanual hacia octubre en términos reales) de mediano y largo plazo y complementado por diversas medidas de estímulo.

Un ejemplo son los bonos a trabajadores informales, perceptores de asignaciones y jubilaciones, la parte de la sociedad más afectada por la aceleración de la inflación, pero también una importante oferta de créditos a una tasa favorable, la eximición del pago del impuesto a las ganancias de una parte significativa de los trabajadores que antes lo abonaban y la devolución del IVA en algunos consumos para quienes perciben menos de $ 708.000 mensuales.

En suma, Ecolatina prevé que el salario formal real en promedio este año se mantendrá prácticamente estable, sosteniendo la capacidad de consumo de esta porción de la masa salarial, que es la que justamente efectúa un mayor gasto. Sin embargo, vale decir que esta situación es menos benévola para quienes están fuera del circuito formal, ya que si bien tienen algunos beneficios no salariales, la evolución de sus ingresos está bastante por debajo de la inflación e incrementan su dependencia de la asistencia del gobierno. 

“La corrección de precios relativos acelerará la inflación y será difícil que el salario pueda seguir esa dinámica. Por eso, se prevé que recién pueda observarse una mejora en el segundo semestre de 2024”, finaliza el diagnóstico privado.

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