Juan Francisco Carreras, estudiante de 26 años, fue a rendir la materia Fisiología en Bioquímica el 16 de septiembre de 1976. Un grupo armado con ametralladoras lo secuestró delante de todos.
Uno de sus profesores, Marcelo Oscar Cabada, contó ayer por video que al enterarse de que había gente buscándolo los tres docentes trataron de ir a avisarle pero no pudieron pasar al sector donde se encontraba el alumno. Luego vieron que se lo llevaban.
“Cuando él nos ve, nos dice: ‘¡Por favor, ayúdenme!’. Era un pedido muy fuerte. Nos dimos vuelta como para encarar y también estaban otros jóvenes con ametralladoras y nos hicieron así (gesto de disparar) y nos congelaron. No hubo intercambio de palabras, nada… nunca más supe de Juan. Nunca más”.
Sus restos fueron identificados en 2016 en el Pozo de Vargas. Se trata del único caso reportado por un docente como secuestro dentro de las instalaciones de la Universidad. Cabada dio su testimonio en la Comisión de Derechos Humanos creada en la UNT en el regreso de la democracia.
Ayer fue recordado Carreras en el acto por los 40 años de la democracia en el teatro Alberdi y el profesor Cabada fue designado personalidad ilustre. Recibió la resolución en su nombre su ex compañero, el profesor Santiago di Lullo.
En el homenaje se recordó también a otros estudiantes secundarios y terciarios, docentes, egresados y personal universitario detenidos desaparecidos antes y durante la dictadura.
Se entregaron a los familiares constancias de los primeros 29 legajos de 200 reconstruidos en el Archivo de la UNT. Fueron nombrados, se recordó sus trayectorias y sus familiares recibieron los reconocimientos: Ramón Oscar Bianchi, Carreras (su hermana Mimí pidió que “nunca más haya represión, que nunca más haya muertes por razones políticas”), Juan Carlos Chaparro, Ana Cristina Corral, José Luis Maldonado, Enrique Alberto Sánchez, María Bedoian, Delia Rosa Cabot, Elda Leonor Calabró, José Guetas Chebaia, Alba Luz “Coca” Cosentino, Gloria Constanza Curia, Juan Leandro Eudaldo Díaz y su pareja, Susana Irene Macor; Julio Eduardo Galeano, Ángel Mario “Coqui” Garmendia, Carmen Gómez, Silvia Hynes, María Trinidad Iramain, Adriana Mitrovich y Ricardo Torres Correa, Dardo Francisco Molina, Ana María Mrad, Víctor Jacobo Noé, José Eduardo Ramos, Jorge Rondoletto, Mario Roberto Santucho, Guillermo Vargas Aignasse y Nelly Yolanda Borda.
A propósito de la búsqueda y reconstrucción de los legajos, Carolina Frangoulis, de la agrupación Hijos, explicó cómo fue el trabajo de “encontrar las piezas de un rompecabezas que algún día tendrá todas sus partes” y que serán enviadas al archivo nacional de la memoria. Añadió que “es un acto de justicia en el sentido histórico, simbólico y material”.
Rector normalizador
También se hizo un homenaje al rector normalizador de la UNT, Luis Salinas, de cuya gestión se destacó el reintegro del personal docente cesanteado en la dictadura, la reapertura de concursos docentes y la disolución de los servicios de seguridad y vigilancia que habían conformado una red de espionaje y persecución en el Gobierno militar. El rector y la vicerrectora de la UNT, Sergio Pagani y Mercedes Leal, entregaron distinciones a los familiares de Salinas.
Pagani recordó también a los profesores cesanteados -mencionó a Gaspar Risco Fernández- y aludió al valor de la Universidad pública en democracia -destacó “derechos humanos, cuidado ambiental y compromiso social”-. Mencionó que “hay que recordar que los derechos humanos pueden no ser definitivos y que la posibilidad de sostenerlos, nutrirlos y acrecentarlos nos exige una actitud alerta y de permanente compromiso con la democracia”.
Y advirtió: “Es importante tener presente que en los procesos de lucha hay avances y retroceso y que en el momento que nos toca afrontar en la Argentina tan incierto y tan difícil nos llama a estar atentos para proteger la vigencia de las instituciones democráticas”.