Rossana Chahla y la ambiciosa meta de transformar la capital en 180 días

La ex ministra destronó al alfarismo para convertirse en la primera intendenta electa por el voto popular. Trayectoria y promesas de campaña.

EL 29 DE OCTUBRE. Rossana Chahla asumió como intendenta de San Miguel de Tucumán. LA GACETA/FOTO DE DIEGO ARÁOZ EL 29 DE OCTUBRE. Rossana Chahla asumió como intendenta de San Miguel de Tucumán. LA GACETA/FOTO DE DIEGO ARÁOZ

Los 158.564 ciudadanos que le dieron su voto en los comicios provinciales del 11 de junio consagraron a la peronista Rossana Chahla como la primera intendenta electa de San Miguel de Tucumán. Pero más allá de este dato histórico, la llegada de la médica a la sede de 9 de Julio y Lavalle tuvo un fuerte impacto político, en especial, por el cambio de signo en el distrito más poblado de la provincia.

Gracias a una diferencia de 6.205 sufragios, la candidata del Partido Justicialista-Frente de Todos se impuso sobre la senadora nacional Beatriz Ávila, postulante de Juntos por el Cambio (JxC). El escrutinio definitivo arrojó un 41,96% para Chahla, contra el 40,32% obtenido por la esposa de Germán Alfaro, quien durante ocho años había estado al frente de la Intendencia. Así, la Capital se convirtió en el único municipio de Tucumán en el que la gestión saliente perdió el poder en las urnas.

Las repercusiones comenzaron a observarse durante los 140 días de la transición entre el cierre del alfarismo y la asunción de Chahla. Hubo frustrados encuentros entre el jefe municipal saliente y la intendenta entrante. También pedidos de informes por parte del peronismo respecto a servicios esenciales (como la recolección de los residuos, concesión que caduca a finales de febrero de 2024). No faltaron las chicanas y los mensajes cruzados a través de la prensa. Lejos de aplacarse, las tensiones se multiplicaron a partir del 29 de octubre, cuando Chahla prestó juramento.

“Se acabó la improvisación en la gestión municipal. Elaboramos un plan rector, que logrará cambios de impacto a corto, mediano y largo plazo con cuatro ejes: planificación urbana, ambiente, movilidad urbana y abordaje sociocomunitario”, anunció ella en su primer mensaje ante los concejales.

Dos años vertiginosos

Chahla tiene 57 años y más de tres décadas en la gestión pública. Recibida de médica en la Universidad Nacional de Tucumán, se especializó en tocoginecología, endocrinología y medicina reproductiva. A su actividad profesional incorporó la docencia (es profesora titular de la Cátedra de Ginecología en la UNT). Pero su despegue en la función pública se dio a partir de su labor como directora de la Maternidad “Nuestra Señora de las Mercedes”, cargo que desempeñó de 2003 -con Juan Manzur como ministro de Salud de la Provincia- a 2015.

Tras el cierre del alperovichismo, y con la llegada del manzurismo, Chahla pasó a encabezar la cartera sanitaria. Durante los siete años que permaneció al frente de Salud cultivó un perfil técnico, bastante alejado de las arenas de la política partidaria.

Pero dio ese salto en 2021, en un momento clave para Manzur. En pleno quiebre con el jaldismo, el entonces gobernador le encomendó que se pusiera al frente de la lista de precandidatos a diputado nacional por el oficialismo, enfrentando al armado del entonces vicegobernador Osvaldo Jaldo. En un contexto de emergencia sanitaria por la pandemia de covid-19, y con el avance del plan de vacunación como el principal estandarte de la gestión de Manzur, la ministra de Salud se posicionó como una figura emergente dentro del oficialismo. Y esto se trasladó a las urnas. La lista de Chahla fue la más votada en las internas del PJ, en las que obtuvo una diferencia de casi 110.000 sufragios sobre la nómina del jaldismo. Más allá de la contienda electoral, tanto la ministra como el vice habían evitado los cruces y las tensiones a lo largo de la campaña. Así, en septiembre de 2021, cuando Jaldo asumió como gobernador interino por la licencia de Manzur -quien había sido convocado por Alberto Fernández para ejercer como jefe de Gabinete de la Nación-, el peronismo tucumano, otra vez unido por la tregua entre sus líderes, celebró el triunfo de la médica en las generales.

Su paso por la Cámara de Diputados de la Nación se vio interrumpido en la mitad del mandato. Con el antecedente de dos victorias electorales de Juntos por el Cambio en la Capital -ambas con Alfaro a la cabeza, en 2015 y en 2019-, los armadores del PJ se inclinaron por Chahla para tratar de recuperar el poder. La estrategia, si bien no fue fácil de digerir en un principio para varios “caciques” históricos de San Miguel de Tucumán, dio resultado. Y la Casa de Gobierno retornó a la Intendencia.

Metas y tensiones

“Mi intención es darle un giro de 180 grados en 180 días a la gestión de nuestra ciudad”, fue la consigna de campaña de Chahla, que encontró uno de sus principales respaldos en el acople bancario de “Activar”. En su primera semana al frente del municipio se enfocó precisamente en las propuestas que la habían llevado a ganar los comicios. Por ejemplo, en su primer día hábil como intendenta supervisó las obras de recuperación en el edificio de la Asistencia Pública municipal, en Chacabuco 239; puso en marcha el plan de erradicación de basurales; y lanzó el programa de repavimentación de calles.  

Más allá de la gestión, las tensiones por el cambio de signo político marcaron la etapa inicial de la nueva administración. Primero, Chahla recibió un reclamo por una deuda millonaria de parte de la contratista que debía encargarse del mantenimiento de los semáforos de la ciudad. Luego -en línea con lo dispuesto por el Gobierno provincial- dejó sin efecto las designaciones que había llevado a cabo el alfarismo en los meses previos al recambio de autoridades, una medida que despertó repudios y movilizaciones en el PJS.

El tercer gran eje de conflicto con su antecesor fue la situación del Consorcio Metropolitano para la Gestión de los Residuos Integral de los Residuos Sólidos Urbanos (Girsu), ente encargado de la disposición final de la basura del Gran Tucumán. Con el apoyo de su par de Yerba Buena, el radical Pablo Macchiarola, Chahla impulsó auditorías a la gestión del alfarismo al frente de este organismo.

Con el cierre de 2023, pasaron los primeros 60 días de mandato de la nueva intendenta. “Queremos ser una ciudad vanguardista, que mire al futuro, que brinde oportunidades a nuestros jóvenes, que incluya a todos”, había expresado Chahla en su discurso de asunción. Restan otros 120 días para llegar al plazo que se había autoimpuesto para comenzar a saldar sus propuestas de campaña.

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