Punto de vista: siempre fue un apasionado de los deportes

Por Inés Sucar - Hermana de Antonio Sucar.

GIGANTE. Por sus 2.02 metros, “O Nene” fue considerado un pivot revolucionario en el básquet brasileño. GIGANTE. Por sus 2.02 metros, “O Nene” fue considerado un pivot revolucionario en el básquet brasileño.
21 Enero 2024

Hubo muchos factores que hicieron que Antonio pudiera triunfar dentro del básquet.

Primero, tuvo la suerte de que nos mudáramos a Brasil. Nosotros nos fuimos de Lules porque era una ciudad muy chiquita. Nuestro papá pensó que no había las condiciones para que todos sus hijos consiguieran trabajo.

En ese momento, él tenía muchos ahorros y había ganado un premio de la lotería argentina. Eso le dio la posibilidad de buscar un destino mayor para llevar a su familia.

La primera opción era irse a Buenos Aires porque era una metrópolis con muchas oportunidades. Pero decidió venir a São Paulo porque mi mamá ya tenía varios familiares instalados en esta ciudad.

A diferencia de mis hermanos mayores, que eran estudiantes brillantes, a Antonio no le gustaba tanto ir a la escuela; él disfrutaba mucho de los deportes. Siempre lo ibas a ver jugando con la pelota en las calles del barrio o en el colegio. Sin importar el deporte que fuera.

Pero a mi papá no le gustaba que viera el deporte como una profesión; no quería saber nada con que se dedicara plenamente al básquet. Después de varias charlas con gente del club que le hablaban sobre el potencial que tenía, lograron convencerlo.

Su apodo de ‘O Nene’, que significa ‘El Nene’, nació cuando practicaba voley en Sirio. Antes de hacer básquet, Antonio era uno de los dos varones que practicaba el deporte junto con un grupo de jugadoras del club. Siempre que iba al club le decían: “Ahí viene el Nene”.

Otra de las cosas que siempre recuerdo es que Antonio jugaba ad-honorem en el club. Ese fue un tema de discusión en la familia, porque mi mamá no lo dejó ir a jugar Palmeiras que estaba armando un equipo muy fuerte con jugadores con contrato. Le dijo: “no vas a dejar a tu amigos y familia por ir a ganar dinero. Eso lo vas a conseguir trabajando”.

Ese consejo fue determinante para que forjara toda su historia en Sirio y tampoco dejara de lado su desarrollo profesional.

Después de su retiro, se dedicó a hacer crecer la inmobiliaria familiar que había montado con mis hermanos.

También escribió un libro en el que valoró la importancia de haber tenido a un gran formador en la Selección como lo fue ‘Kanela’.

Más allá de eso, Antonio fue un apasionado por el básquet que, no sólo dejó su huella por los resultados, sino por su calidez humana.

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