Desafíos presupuestarios en Tucumán: el futuro del Conicet, en la balanza

En el marco de un nuevo aniversario, una investigadora tucumana analiza la situación general de la institución.

Conicet. Conicet. FOTO TOMADA DE AMBITO.COM
06 Febrero 2024

El 5 de febrero de 1958 marcó un momento trascendental en la historia de la ciencia argentina con la creación del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). Encabezado por el eminente Dr. Bernardo Houssay, premio Nobel de medicina, esta institución se levantó como la piedra angular en la promoción y desarrollo de la ciencia y la tecnología en el país. A lo largo de las décadas, el Conicet ha sido un faro de excelencia investigativa en el país y en el mundo, impulsando avances significativos en diversas áreas del conocimiento.

Sin embargo, a pesar de su innegable contribución al progreso científico argentino, el organismo se enfrenta actualmente a desafíos financieros que ponen en peligro su misión fundamental. La medida implementada por el Gobierno de Javier Milei, de mantener el presupuesto del año 2023 a pesar del impacto de la inflación, ha generado un escenario adverso para la institución.

Este estancamiento presupuestario frenó el avance científico, limitando recursos y obstaculizando la capacidad de los investigadores para llevar a cabo sus proyectos de manera efectiva. Por este motivo, el organismo decidió poner pausa a la convocatoria a becas y promociones del año 2024 y salir las calles a protestar en contra de esta decisión del Ejecutivo.

En este contexto, se hace evidente la importancia de reflexionar sobre el valioso legado de la institución y sobre la necesidad urgente de garantizar la sostenibilidad de sus proyectos para asegurar que continúe siendo un motor impulsor del desarrollo científico y tecnológico en el país.

En diálogo con LA GACETA, la doctora en Arqueología e investigadora independiente del Conicet en el Instituto Superior de Estudios Sociales (ISES), Alejandra Korstanje, dijo que “el día 14 hay reunión de directorio con Daniel Felipe Salamone, presidente del Conicet y esperamos allí tener respuestas”, anticipó. Incluso, se espera “que se den a conocer los resultados de la convocatoria de las becas”, porque es un proceso de largo que involucra muchos investigadores. “No hay ningún motivo para que nosotros no sepamos los resultados de esa convocatoria”, comentó. No comunicar los resultados se traduce en incertidumbre para cientos de postulantes que, con mucho esfuerzo y mérito, buscan un lugar en el sistema científico del país.

Explicó la investigadora que el tema presupuestario “es algo que va a tener que tratarse sino, hay que cerrar Conicet directamente. La inflación es altísima y no han habido partidas presupuestarias que acorten esa situación”.

EN TUCUMÁN. Oficina del Conicet Noa Sur. EN TUCUMÁN. Oficina del Conicet Noa Sur.

La especialista en estudio de la agricultura prehispánica manifestó su preocupación al decir que “están todos a la expectativa” y espera “que reine la cordura en un organismo tan prestigioso, de tanto tiempo y de tanto trabajo” del que dependen muchos organismos aleatorios y convenios internacionales. Espera que retome su normal funcionamiento porque su estancamiento “sería demasiado grave para Argentina y su futuro”.

Las marchas en defensa de la institución que se realizaron en diferentes puntos del país el mes pasado fueron llevadas a cabo por “quienes están más afectados con este tema, que son justamente becarios, contratados por tiempo determinado que son imprescindibles”, fundamentó Korstanje.

La ley de ciencia y tecnología, sancionada el 11 de octubre de 2023, proponía e impulsaba el crecimiento de la entidad y que se sostenga como política de Estado. “Falta gente en Conicet”, expresó, la arqueóloga. Adelantó, demás, que “las protestas siguen y van a seguir, el pueblo no quiere que Conicet se cierre”, más allá de las campañas en redes sociales, dijo.

Confianza en la ciencia

La última encuesta nacional de percepción pública de la ciencia, realizada en 2021 por el ex Ministerio Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, refleja que 8 de cada 10 argentinas y argentinos consideran que la profesión científica es socialmente prestigiosa; y casi un 70% de los argentinos encuestados tienen confianza en los investigadores, “cuando los resultados de la ciencia y la tecnología causan polémica social, la sociedad argentina considera que la comunidad científica es la fuente más confiable para informarse” cita el texto.

En cuanto al financiamiento, el estudio explica que en el año 2003, la sociedad argentina “consideraba que los principales promotores de la investigación científica en el país eran las fundaciones privadas y las instituciones extranjeras. 20 años después, la percepción es que el Gobierno es el principal aportante para el financiamiento de la investigación y el desarrollo tecnológico nacional”. Por otro lado, aun teniendo en cuenta que el presupuesto público es limitado, “el 76% de los consultados opinó que se “debería aumentar la inversión en ciencia y tecnología aun en detrimento de otras áreas”, redacta el análisis.

Reflexiones finales

La doctora espera “que se entienda que invertir en ciencia no es de ninguna manera un gasto, es una inversión bien hecha, muy necesaria”, que vuelve a la comunidad en muchísimas formas” y es trabajo de los gobernantes comunicar los resultados, pero, “aun así nosotros comunicamos que es lo que estamos haciendo mostrándole a la sociedad, compartiendo y escuchándolos. Así que nadie sobra, todos somos valiosos”, finalizó. 

(Producción periodística: Belén Castellano)

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