Los seis indicios narcos que complican a “Miguelón”

Pese a todos los indicios que hay en su contra, el acusado de tres homicidios nunca fue procesado en una causa por drogas. Investigaciones que no avanzaron.

CONCENTRADO EN EL DEBATE. A pesar de todos los indicios en su contra, Miguel “Miguelón” Figueroa desmintió ser narco y dijo ser “chatarrero”. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI CONCENTRADO EN EL DEBATE. A pesar de todos los indicios en su contra, Miguel “Miguelón” Figueroa desmintió ser narco y dijo ser “chatarrero”. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI

Miguel “Miguelón” Figueroa está siendo enjuiciado por los crímenes de Gabriel Amaya y Leonardo Sepúlveda y, en menos de dos semanas, enfrentará a otro tribunal por el de Ramiro Ledesma. Sin embargo, antes y durante las audiencias surgieron nuevos indicios sobre su vínculo narco, delito por el que nunca fue, según sus allegados y defensor, ni siquiera procesado.

1- El hermano

El nombre de “Miguelón” fue publicado por primera vez en LA GACETA en 2019. En esos días, nuestro diario daba cuenta de que su hermano Gonzalo Figueroa había sido víctima de un posible secuestro narco. El 15 de diciembre, un grupo comando capturó al joven y lo trasladó hasta Santiago del Estero, donde fue liberado. Los captores, según la denuncia que habían realizado sus familiares, señalaron que les exigían el pago de una suma de dinero para liberarlo.

“Hubo una confusión. Mi familia no sabía nada de que los santiagueños querían plata. Después de que se fueron de la Federal, donde estuvieron más de dos horas declarando y aportando datos, los llamaron para pedirles que entregaran $800.000 para que me dejaran libre. Como se dieron cuenta de que esa plata no estaba, recién ahí me dejaron en libertad. Me tiraron en la terminal de La Banda. Llamé a mi familia y uno de mis hermanos fue a buscarme”, agregó la víctima del secuestro.

En esa oportunidad, Figueroa también habló sobre el caso. “Esas son mentiras de la policía. Me dedico a la compra de chatarra. Tengo 10 camionetas que cada una me produce una ganancia de $10.000 por semana. Saque un cálculo de cuánto gano por mes realizando esta actividad con la que soy conocido en todos los corralones. Toda esta situación me está haciendo mucho daño”, explicó “Miguelón”.

DRAMA. Gonzalo Figueroa fue secuestrado y luego fue asesinado. DRAMA. Gonzalo Figueroa fue secuestrado y luego fue asesinado.

Ambos mantuvieron la misma coartada. Los santiagueños se habían enterado de la venta de un camión y pretendían quedarse con el dinero de esa operación. En un primer momento el fiscal federal Carlos Brito abrió un expediente, pero todo quedó en la nada. El funcionario se inhibió al considerar que no había sido un secuestro extorsivo y la causa pasó a la justicia ordinaria sin que se obtuviera ningún avance.

2- Un crimen

Un año después, el 15 de diciembre de 2020, Gonzalo Figueroa fue asesinado a balazos en un barrio de San Miguel. Según fuentes de fuerzas federales, a su velorio asistieron varios narcos que ofrecieron vengarse en su nombre, pero su hermano y líder del clan familiar rechazó la propuesta.

PRUEBA. En un juicio surgieron vínculos entre “Miguelón” y policías. PRUEBA. En un juicio surgieron vínculos entre “Miguelón” y policías.

De acuerdo a las investigaciones, “Miguelón” ideó un plan para acabar con la vida de varios miembros de la familia de los autores del crimen de su hermano. Para ello habría contado con el servicio de sus “soldaditos”, es decir, personas que trabajan para él. Uno de ellos, como muestra de lealtad, en uno de sus brazos tiene tatuado la leyenda “Gracias Miguelo” y después una imagen de San la Muerte.

3- Los “narcopolicías”

El 19 de febrero de 2022, en un barrio de Famaillá, al menos seis policías se presentaron en el domicilio de un supuesto transa para robarle. El golpe fue fallido y sólo tres uniformados terminaron siendo detenidos y condenados en un juicio que se desarrolló el año pasado. En el debate, un perito del ECIF señaló que al analizar el celular del condenado Bruno Ciolfo surgieron indicios de la vinculación del grupo con “Miguelón”.

“El acusado también dijo en una oportunidad que él estaba con el capo máximo de los narcos al que identificó como ‘Miguelón’. En base a la investigación, sospechamos que se trata de Miguel Figueroa, que actualmente está detenido en el penal de Villa Urquiza al estar acusado de tres homicidios”, declaró el investigador Hugo Cabezas. También reveló que el imputado, junto a otras personas, buscaron infructuosamente a una pareja que había trasladado 14 kilos de cocaína y que estaba alojada en un hotel esperando a los compradores.

LEALTAD. Un “soldadito” que trabajaba bajo las órdenes de Figueroa se tatuó la leyenda “Gracias Miguelo” arriba de una figura de San la Muerte. LEALTAD. Un “soldadito” que trabajaba bajo las órdenes de Figueroa se tatuó la leyenda “Gracias Miguelo” arriba de una figura de San la Muerte.

Los investigadores sospecharon que “Miguelón” contrataba a este grupo de efectivos para que robaran droga para él o les brindaba el dato a cambio de protección. El tribunal que condenó a los policías, pese a la cantidad de indicios que surgieron en el juicio, no solicitaron que se iniciara una investigación por los vínculos de Figueroa con esta actividad ilícita.

4- Las escuchas

“Miguelón”, que en Villa 9 de Julio también es conocido como “Miguelo” estuvo casi dos años prófugo de la Justicia. En ese tiempo, las autoridades autorizaron a que se realizaran escuchas a sus familiares.

En esas conversaciones, los investigadores descubrieron algunos indicios de que la familia del prófugo podría haber continuado con el negocio de la comercialización de sustancias. El dato más llamativo fue la relación de los Figueroa con los miembros del clan Carrión que hasta habrían tenido un punto de venta en el penal de Villa Urquiza.

El fiscal Ignacio López Bustos reunió toda la información y la giró a la Justicia Federal, ya que en esos tiempos aún no estaba en vigencia la ley de Narcomenudeo en la provincia. Nunca trascendió si se abrió un expediente con esa información.

5- Los testigos

“No soy quién para meterme en la vida de los demás. Cada uno elige la forma de vivir que más le gusta. Estoy aquí para que se haga Justicia por una verdadera masacre que le costó la vida a dos personas que tenían todo el futuro por delante”, declaró Nancy Ascarraeta, una de las testigos presenciales del doble homicidio por el que está siendo juzgado “Miguelón”.

Su sobrina Emilse Ascarraeta también aportó datos sobre la posible red de narcomenudeo que habría manejado. El sobreviviente Maximiliano Limdón denunció que el acusado ofrece dinero y droga para que acaben con su vida en el calabozo donde está encerrado.

6- Confesiones

En el juicio surgieron otros indicios. En la grabación que se difundió durante el debate, “Miguelón” dijo: yo no ando con nadie. Yo solo soy. Yo no compro droga, yo la robo. Todo el mundo lo sabe”. Esas palabras avalarían lo dicho por el perito en el juicio contra los “narcopolicías”.

El acusado también dijo que pagó $5 millones para que policías lo dejaran ir cuando fue detenido con su ex pareja Jimena Fernández cuando estaba prófugo. En sus tiempos de clandestinidad, “Miguelón” era Gabriel Quevedo. Esa identidad era la que estaba escrita en un DNI original, en las cédulas verdes de los vehículos en los que se movilizaba y en los contratos de alquileres temporarios que firmaba. El tribunal, integrado por María Alejandra Balcázar, Eduardo González y Sebastián Norniella Parache no han adelantado aún si con todos estos indicios no ordenarán que el acusado sea investigado por narcomenudeo.

Pedido a los jueces

Maximiliano Limdón es uno de los sobrevivientes de la llamada “La masacre de la Porotiada”. En la audiencia, pidió a los jueces que lo protegieran. “Antes me buscaba en mi casa, ahora ofrece dinero y droga para que me apuñalen en el calabozo”, aseguró el testigo llorando.

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Sistema de esclavitud

“Conozco a ‘Miguelón’ por lo que le hacía a mi pareja. Por su adicción, lo tenía como esclavo”, aseguró Emilse Ascarraeta durante el testimonio que brindó en el juicio. “Mi esposo hacía todo lo que le pedía a cambio de una dosis. Era lo que se conoce como ‘cabecita i’ lata’”, declaró la mujer.

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