“Tenía un sueño y lo cumplí, porque nunca dejé de soñar”

De muy chica, Agustina Palma anheló ser actriz. En pos de ese sueño, dejó Tucumán. Con los años, pasó por la factoría Cris Morena, protagonizó en Disney y ahora filmó para el último video de Bad Bunny. El poder de “manifestar”.

CON EL CANTANTE. Agustina Palma junto a Bud Bunny (a la izquierda) y el actor Marcello Hernández. CON EL CANTANTE. Agustina Palma junto a Bud Bunny (a la izquierda) y el actor Marcello Hernández.

Nació en Tucumán, pero con los años se volvió ciudadana del mundo. “Decretó” que iba a estar en la tele, y lo logró con creces: participó en “Rincón de luz”, en “Floricienta”, en “Consentidos” y en “Bia”. Recientemente la vida la sorprendió con un rol inesperado: se convirtió en la protagonista del último videoclip de Bad Bunny. La actriz Agustina Palma atiende por teléfono a LA GACETA desde su nuevo hogar, en Malibú; allí se prepara, con clases idioma, para continuar su carrera en el mercado anglosajón. Y, por primera vez, reflexiona sobre cómo ha cumplido sus sueños. “Creo que en mi vida he sido una gran manifestadora; y las cosas se me han dado sí, a partir del esfuerzo y del trabajo, pero a través de esa fuerza de visualizar lo que uno quiere”, reflexiona.

- ¿Cómo pasás de tu infancia en Tucumán a tener tu primer personaje en la tevé?

- Mi mamá (Constanza Espejo) es actriz. Me cuenta que cuando era chiquita fuimos a ver Rincón de Luz al teatro, y le dije ‘yo quiero estar ahí, en la tele o en el escenario, bailando y cantando’. Ese fue mi primer acercamiento. En Tucumán hice clases de flamenco, danza árabe, guitarra, batería... Pero cuando ella se fue a trabajar a Buenos Aires, a mis siete u ocho años, se me presentó la oportunidad de participar de un seminario de tres meses con Cris Morena. Esos meses vivimos en un hotel; cuando terminó el seminario volví a Tucumán y me llamaron para participar de Rincón de Luz.

- ¿Creés que esos sueños de chica te trajeron a este exitoso presente?

- Creo que todo lo que conseguí partió de la fuerza y energía de mi familia. Mi papá, que trabaja ahí en Tucumán, hace sus cosas de montaje de espectáculos; siempre estuve rodeada de eso, de la actuación, de la música, y creo que eso, mezclado con las ganas de mis papás, de soñar, de acompañarme en mi sueño, me ayudaron. ¿Por qué no podía soñar con estar en Floricienta? O en Disney. Me acuerdo que de chica veía la tele cuando pasaban la propaganda de ‘hola, soy tal famoso, y estás viendo Disney Channel’, y soñaba con eso. El día que me tocó hacerlo no lo podía creer. Esos son sueños cumplidos, paso a paso...

NOCHE DE GALA. Agustina Palma está llevando a cabo su carrera artística en el mercado anglosajón. NOCHE DE GALA. Agustina Palma está llevando a cabo su carrera artística en el mercado anglosajón.

- Lo que nos trae a esta charla es tu participación en el último videoclip de Bad Bunny. ¿Cómo llegó la propuesta?

- Hace tres años me fui de Argentina a Miami, para hacer algunos videoclips, y luego decidí viajar a Madrid para hacer más series. De hecho, hice dos: “Serrines, madera de actor”, que ya está disponible en Amazon Prime; y “Máxima”, sobre la reina Máxima, que saldrá este año (por Star+). Para las fiestas siempre vengo a Miami porque mi familia está acá, y en este viaje surgió la posibilidad de hacer un casting ‘importante’. Sólo me dijeron que tenía que decirle que no a una propuesta de matrimonio. Lo hice al casting sin saber quién era el artista, porque era confidencial. Cuando me lo dijeron, ¡no lo podía creer! Otro sueño cumplido. Terminar el 2023 con algo así me sirvió para abrir más puertas en Estados Unidos.

- ¿Qué tal la experiencia de conocerlo y trabajar con él?

- Bueno, tengo que confesar que lo conocía de nombre, y que cuando salgo de rumba bailo sus canciones, pero no le había puesto cara. Lo conocí en la grabación del video; ahí me enteré que él hizo la elección de todas las personas que participaron del video. Me sorprendió mucho cómo estuvo metido en todo el rodaje. Uno a veces piensa que los artistas están sentados en el motorhome esperando su turno, pero él dirigía con el director. Estaba en cada detalle.

- ¿Sabías que era un corto? Es una modalidad nueva que están usando muchos artistas hoy...

- No, me enteré cuando se publicó. ¡Casi me muero de la sorpresa! Duraba 10 minutos y yo estaba en dos... En nada, el video ya había alcanzado 6 millones de visualizaciones (ahora ya tiene 11 millones). Me encanó este nuevo formato de video, porque está muy alineado con lo mío, con la actuación y la música. Me parece muy increíble la posibilidad de armar un minicorto con una historia.

- ¿Qué planes tenés para este año?

Además de las series, estoy con planes de venirme a vivir a Los Angeles. Estoy muy motivada aprendiendo inglés porque mi próxima meta es trabajar en inglés.

En paralelo estoy con un proyecto personal que se llama Club de Estrellas, con Lorena Rotella, que está siendo mi mentora con lo relativo al coaching.

El proyecto tiene que ver con esto que creo de la manifestación, y de lo que he logrado en la vida. Le hablo a mi audiencia de mi día a día, de cómo se pueden lograr los sueños... Hay mucha gente de Tucumán que me escribe y me pregunta ‘¿cómo hiciste para salir?’ y se trata de mucho desapego, mucho conocimiento personal. Club de Estrellas es un podcast, un newsletter y estamos planeando abrir una academia con cursos... porque todos podemos ser una estrella, en nuestro camino y en el de otros.

- Hablás del desapego. ¿Extrañás Tucumán?

- Uffff, extraño mucho. A veces tengo borrones de lo que fue mi vida antes... Los Ángeles es muy distinto a Madrid, y si bien Madrid es parecido a Argentina no tiene nada que ver.

Se extraña la gente, que es súper amiguera. No sé, se extraña tomar un fernet, esa cosa argentina de estar en comunidad... Es muy difícil que afuera alguien te invite a su casa, que alguien quiera compartir con vos su hogar y su vida.

- Duele el desapego, pero eso te permitió cumplir tus sueños. ¿Qué reflexión hacés hoy?

- Jamás me imaginé llegar adónde llegué. Fui manifestando lo que quería, paso a paso. Hoy, por ejemplo, sueño con trabajar en Marvel. Y quizá no lo logre, pero lo que aprendí es que hay que dejarse sorprender; quizá no consiga eso que quiero, pero quizá me sorprenda con algo mejor. La clave es no dejar de tener sueños; cuando uno no tiene sueños se hunde en la rutina, y ahí uno pierde su brillo, su estrella... Sí, puede sonar cursi, pero es así; yo sólo tenía un sueño y lo cumplí, porque nunca dejé de soñar.

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