06 Marzo 2024
Aumento del boleto: ¿por qué los kioscos se quedan sin recarga?
Unidades en estados deplorables, frecuencias que no se cumplen y recorridos que terminan antes de lo estipulado son el pan de cada día para miles de tucumanos, que son rehenes del sistema de transporte, que desde hace una semana cuesta un 200 % más caro. A todos estos condimentos, en los últimos días, hubo que agregarle otro más: los kioscos se quedan sin crédito y conseguir recargas para las tarjetas Ciudadana y La Tucumana se convierte en una proeza.
En una recorrida por el microcentro tucumano, "Buen Día", el noticiero matutino de LG Play, entrevistó a una comerciante que comentó algunos de los detalles que permitirían desentrañar una problemática que afecta a los usuarios de colectivos urbanos e interurbanos.
Silvia trabaja en un kiosco ubicado en Córdoba al 400 y explicó cómo es la operatoria para que los locales puedan ofrecer a sus clientes las recargas de las tarjetas. "El servicio no es muy bueno. Se complica más por el aumento. Si queremos complacer al cliente, tenemos que duplicar ese monto. Nosotros ponemos la plata y recién me acreditan a los cuatro días. Ellos trabajan (la empresa encargada de las recargas) con nuestra plata", resumió.
Desde el sábado, los usuarios de colectivos urbanos de la capital deben abonar $690 por cada viaje, luego de que el Concejo Deliberante autorizara un incremento del 200%, desde los $230 que habían aprobado el 7 de diciembre pasado.
Todo esto llevó a que, un usuario promedio, apenas para hacer dos viajes al día necesite $1.380, cuando anteriormente empleaba $460 para ese mismo fin. Por ende, para concretar nuevas recargas necesita un mayor monto de dinero y es ahí en donde el sistema encuentra sus inconsistencias, sumados al volumen de dinero que los puntos de recarga deben invertir para satisfacer la demanda.
"La carga se repone todos los días. Pero antes la gente cargaba menos y ahora, como ha subido el colectivo, pide más. Todos los días me quedo sin carga. Ayer vinieron a sacar la carga a las 14 y a las 21 ya no tenía nada", se lamentó Silvia.
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