Y finalmente pasó: todo lo que podía fallar, falló. El presidente Javier Milei y el gobernador Osvaldo Jaldo cierran hoy la peor semana de sus cortas gestiones. Por motivos y episodios diferentes, claro está, pero con un desenlace y sentimientos similares: desazón y bronca.
El libertario se convirtió en el primer presidente desde el retorno de la democracia al que alguna cámara del Congreso le rechaza un Decreto de Necesidad y Urgencia. Aunque el megadecreto que desregula la economía sigue vigente, el impacto de la decisión del Senado es político. Milei venía de sufrir una derrota en Diputados hace un mes, cuando la falta de votos lo obligó a retirar el proyecto de “Ley Ómnibus”. Pero el golpazo de este jueves fue brutal. Primero, porque exhibió que con Victoria Villarruel pueden coincidir en el modelo de Gobierno, pero jamás en los modales. El Presidente, que desde su antipolítica juega a hacer política, hasta aquí sólo cosecha éxitos desde lo comunicacional, pero rotundos fracasos desde el manejo de las ineludibles negociaciones en un sistema democrático y republicano.
La clave de la postura adoptada por la vicepresidenta estuvo en el video que subió a las redes sociales apenas finalizó la sesión. ”No hay gobierno sin institucionalidad”, sentó en un claro intento por tomar distancia de su compañero de fórmula. Suena lógico, Milei había comenzado la semana viendo cómo salir del escándalo de haber firmado el decreto por el cual se subía su sueldo y el de sus funcionarios. Papelón de proporciones para un presidente que venía de crucificar a la titular del Senado por haber aumentado las dietas de los legisladores.
Así, a horas de que la actual gestión cumpla sus primeros 100 días, la relación entre quienes conducen el país pareciera estar en su peor momento. Poco y nada que envidiarles a sus antecesores Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, que al menos mantenían en silencio su enfrentamiento.
Jaldo y la promo del 2x1
La sesión en el Senado era esperada con ansias en Tucumán. No tanto por el resultado en sí, sino porque podría exteriorizar la primera señal acerca de las intenciones del ex gobernador Juan Manzur. Y así fue. El médico no emitió palabra alguna pero votó por el rechazo del DNU, y arrastró consigo a Sandra Mendoza. La postura de la famaillense era una incógnita, ya que en la Casa de Gobierno tucumana entendían que podía llegar a jugar en la misma línea de Jaldo; es decir, apoyando los pedidos de La Libertad Avanza. Sin embargo, Mendoza se quedó en el bloque de Unión por la Patria y liberó las especulaciones para entretenimiento de la política local. De paso, descolocó al gobernador en su afán de mostrarse ante la Casa Rosada. En cuestiones centrales para Milei, como esta votación en la Cámara Alta, Jaldo aspiraba a exhibir un 2-1. El jueves, al menos, el resultado fue 1-2, porque sólo la alfarista Beatriz Ávila votó en sintonía con su postura.
Los manzuristas festejan porque entienden que, después de varios meses de soportar garrotazos, el ex gobernador le devolvió gentilezas a “El Comisario”. Por el contrario, en las filas jaldistas aseguran que si bien apostaban al voto de Mendoza, tampoco tenía mucho sentido exponerla en una votación que igualmente estaba perdida para el Presidente y que, llegado el momento, jugará con ellos. En particular, hay quienes sostienen que habría sido riesgoso para él jugar esa carta justo antes de la reunión del congreso nacional del Partido Justicialista, en el que Manzur, como uno de los vicepresidentes del PJ, juega fuerte para estar dentro de la transición en la era post Alberto Fernández. Ocurre que las principales críticas a Jaldo por su posicionamiento pro Milei provinieron desde el núcleo del peronismo.
Al margen de las suspicacias, lo cierto es que también hay antecedentes que pueden haber pesado en la posición de la senadora Mendoza. Por ejemplo, los destratos que sufrió su esposo, el legislador José Orellana. El “Mellizo” aspiraba a presidir el bloque oficialista en la Cámara, pero el espacio del tranqueño optó por Roque Tobías Álvarez. Luego, debió renunciar al Consejo Asesor de la Magistratura ante las presiones públicas devenidas de su condena –aún no firme- por abuso sexual. Orellana, en más de una ocasión, dijo que le soltaron la mano desde la Casa de Gobierno y que lo expusieron.
Como fuere, la decisión de la doble “MM” en el Senado puso a Jaldo en una situación incómoda frente a Milei. No obstante, para contrarrestar esa situación, el mandatario cuenta con el margen que le dan los tres diputados que sí rompieron con Unión por la Patria: Agustín Fernández, Gladys Medina y Elia Fernández de Mansilla. Por ahora, habrá que esperar para saber si las represalias para con los Orellana llegarán a través del Ministerio del Interior que conduce Darío Monteros: Famaillá, la municipalidad que conduce el mellizo Juan Enrique, está dentro del Acuerdo Fiscal, la versión jaldista del Pacto Social, y recibe fondos para el pago de salarios y de servicios.
Por si algo le faltaba a Jaldo, el clima le hizo más pesada la semana. El bochorno del calor volvió a exponer la falta de inversiones en materia energética y los tucumanos debieron soportar las altas temperaturas con reiterados cortes de luz y en muchos casos, sin agua como consecuencia de esas interrupciones. Tan apabullante fue la situación que la Provincia debió suspender las clases durante la tarde del jueves y de este viernes. Al final, el gobernador salió del atolladero con la intervención del ente de control de los servicios públicos y un pedido de análisis de la concesión de EDET SA en la Legislatura.
Aire caliente en el oficialismo
En contraste, la intendenta Rossana Chahla transitó sus días tomando distancia de Jaldo. El sábado participó de un acto organizado por el manzurista Gerónimo Vargas Aignasse y el vicegobernador, Miguel Acevedo. Casi en paralelo, se conoció que había solicitado a la Justicia que investigue la administración del Consorcio Metropolitano para la Gestión de los Residuos Sólidos Urbanos. La base fueron los resultados de dos auditorías: una general, sobre las finanzas del último año en el municipio y realizada por la Universidad de Buenos Aires; y otra, ya específica, sobre el consorcio. En la primera, se menciona que el Consorcio efectuó pagos por un monto total de $ 8.500 millones entre octubre de 2022 y el mismo mes de 2023, pero que de este total sólo el 21% se vincula “clara e inequívocamente” con la gestión de residuos. El 79% restante se vincula con “tareas adicionales”. “Esta desproporción parecería desnaturalizar el propósito de constitución de dicho consorcio”, se expuso en el informe.
Con ese sustento, en la denuncia se desliza que durante la anterior gestión se habría utilizado ese ente para eludir controles y desviar fondos municipales. La operatoria, según el pedido de investigación, consistía en la contratación de tres cooperativas para la realización de obras públicas mediante el consorcio que nada tenían que ver con la gestión de la basura.
El planteo, como ya se dijo aquí, golpea al alfarismo. Porque quien administraba el órgano durante la gestión de Germán Alfaro como intendente era Héctor Argañaraz, un dirigente muy cercano a él. Tan cercana era la relación que “El Pelao” fue designado por Ávila en el Senado el 1 de noviembre de 2023; es decir, dos días después de la finalización del mandato municipal de su esposo, el 29 de octubre. Curiosamente, un mes después Argañaraz dejó la Cámara Alta y recaló en el despacho del ministro del Interior. Cuando LA GACETA difundió las primeras informaciones vinculadas a los manejos del Consorcio, a mediados de diciembre, Darío Monteros le dio de baja al alfarista.
Además de acorralar a los ahora aliados del gobernador, Chahla viajó a Córdoba para mostrarse con Martín Llaryora, uno de los mandatarios no kirchneristas más críticos de la gestión Milei. Para colmo, fue a contramano de la decisión provincial de suspender las clases por los cortes de energía y la falta de agua. “Todos los edificios cuentan con equipos de climatización para preservar a los alumnos del intenso calor”, contrastó el municipio. Donde también se levantó la temperatura por estos días fue en el Poder Legislativo, que debió resolver contratiempos administrativos y presupuestarios a la hora de acordar los aumentos salariales para sus trabajadores. El ocasional inconveniente –ya solucionado- bastó para que los legisladores manzuristas alzaran nuevamente su voz contra el ajuste de la Casa de Gobierno y pusieran al vicegobernador Acevedo en una encrucijada: quieren un trato equitativo. El calor, como se ve, extrema la impaciencia y exacerba las sensibilidades.