21 Abril 2024
MANOS ARRIBA. La indignación popular creció por la forma en que los senadores avanzaron con la resolución. as dfasdfasdfasdf
La suba de las dietas aprobada a mano alzada por los senadores en la última sesión reaviva las tensiones en Diputados, donde los legisladores quedaron con ingresos por menos de la mitad de la línea de los representantes de la Cámara alta.
Más allá de las distintas posturas en el cuerpo que preside el riojano Martín Menem (La Libertad Avanza), no hay precisiones hasta el momento sobre qué pasará con la cuestión de los haberes de los diputados nacionales.
Mientras algunos sectores proponen por lo bajo que este tema sea definido después de resolver la “Ley Bases”, impulsada por el presidente Javier Milei, en otros espacios consideran que no están dadas las condiciones ni existen los acuerdos necesarios para avanzar de la manera en que lo hicieron los miembros del Senado el jueves pasado.
Ese día, a partir de la propuesta firmada por senadores de distintos bloques, se trató -sin fundamentación ni debate- un proyecto que establecía el incremento en los ingresos de los 72 representantes de las provincias en este cuerpo parlamentario.
La resolución -aprobada a mano alzada y sin que se difundiera de inmediato un registro oficial de los votos expresados- autoriza a los miembros de la Cámara alta a percibir un total de 13 dietas anuales (hasta ahora eran 12), y fija que cada una de ellas será equivalente a 2.500 módulos, más 1.000 módulos por gastos de representación y 500 por desarraigo.
Un módulo es la unidad con la que se determinan los sueldos de los empleados del Congreso, y cada uno tiene un valor de $1.668 desde febrero último.
Así, según las estimaciones, cada senador cobrará en bruto unos $4 millones por mes, que se verán engrosados en caso de incorporarse los dos ítems complementarios.
Ahora, tras el escándalo desatado a partir de la sesión, representantes de distintos espacios apuntan a que se anule este aumento.
De hecho, el presidente Javier Milei criticó con dureza la resolución a través de las redes sociales, y buscó desligar a los legisladores libertarios de la medida, aunque la vicepresidenta Victoria Villarruel lo contradijo, al señalar que esto había sido producto del acuerdo entre “todos los bloques”.
Mientras tanto, los haberes de los 257 integrantes de la Cámara baja permanecen congelados desde diciembre, y según las distintas versiones, oscilan entre $1,4 millones y $1,9 millones.
Tras el frustrado ajuste sobre las dietas legislativas del mes pasado, en línea con el 30% otorgado a los empleados parlamentarios -la disposición se retrotrajo también a partir del rechazo del propio Milei-, el aumento que se dieron los senadores alimentó las diferencias en Diputados.
En aquel entonces, el titular de la Cámara baja había argumentado que desconocía la vigencia de la Ley de Enganche, que habilita a diputados y a senadores a percibir idéntico porcentaje al otorgado al Personal del Congreso. “Si toda la gente hace un esfuerzo, el Poder Legislativo no puede ser ajeno”, había indicado el sobrino de Carlos Menem.
Ahora, resta ver qué postura adopta el riojano respecto a los ingresos de sus pares, aunque parece poco probable que, tras la embestida de Milei contra los senadores, el titular de Diputados allane el camino para el avance de una votación como se dio en el Senado. Un dato a tener en cuenta es que Menem tomó la decisión de sortear sus haberes todos los meses -el último monto, que entregó el jueves pasado, ascendió a $2 millones-, dado que esta había sido una de sus propuestas de campaña. Sin embargo, a la vez, los miembros de las cámaras tienen la facultad de determinar el temario que llevarán al recinto, tal como expuso Villarruel en sus redes sociales.
En este escenario, los reportes de medios nacionales coinciden en que, por lo bajo, existen posturas contrapuestas entre distintos armados de Diputados a partir de la suba de los senadores. Según estos informes, algunos sectores presionan para tratar un incremento que acerque los ingresos a sus colegas del Congreso. Otros, en cambio, consideran que lo sucedido el jueves pasado dejó en evidencia el alto costo político que representaría una actualización en las dietas, en momentos de crisis y ajuste en las cuentas públicas.
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