Por Gustavo Rodríguez
21 Mayo 2024
FUERTE OPERATIVO. Los allanamientos realizados el domingo en Juan Bautista Alberdi fueron desarrollados con fuertes medidas de seguridad. La Gaceta / foto de Diego Aráoz
Por tercera vez en poco más de tres años el sur de la provincia aparece vinculado a un doble crimen con sello narco. En esta oportunidad hay algunas diferencias. La primera, y más importante, es que los homicidios se cometieron en Salta. La segunda, y no menos relevante, es que hay dos detenidos y un prófugo. Uno de los arrestados y el evadido son oriundos de Juan Bautista Alberdi.
La localidad salteña de Colonia Santa Rosa está ubicada a más de 700 kilómetros de San Miguel de Tucumán, a unos 30 kilómetros de Orán. El viernes 10 de mayo, automovilistas avisaron que a la vera de la ruta 34 había dos cuerpos. Los uniformados de esa provincia confirmaron el dato. Allí encontraron los cadáveres de dos jóvenes, que habían sido ejecutados. Antes de acabar con sus vidas, los habían maniatado con precintos y luego recibieron varios disparos. Uno de los cuerpos tenía al menos seis heridas, más de la mitad en la cabeza. Para los pesquisas no había mucho misterio: se trató de un hecho con tinte narco.
Esa teoría fue cobrando fuerza con el correr de los días. Las víctimas fueron identificadas como Wildo Zutara y Ariel Ledesma Salinas, ambos oriundos de Bolivia, quienes habrían ingresado al país entre el miércoles 8 y jueves 9. La fiscala María Soledad Filtrín Cuezzo ordenó que se realizara una serie de medidas para dar con los autores del crimen.
Los investigadores salteños, analizando las imágenes tomadas por varias cámaras de seguridad, descubrieron que los bolivianos se habían reunido con tres hombres, que se movilizaban en una camioneta y en un vehículo Toyota. Allí comenzaron a atar cabos, lo que les permitió elaborar una teoría.
PLENO OPERATIVO. El lugar donde se encontró el cuerpo de las víctimas.
Zutara y Ledesma Salinas podrían haber realizado una operación de venta de drogas que no se concretó por una razón desconocida. Un investigador salteño le dijo a LA GACETA que, en el mundo narco, una estafa o una traición de estas características termina pagándose con la vida.
La identificación
La fiscala dirigió a un equipo de investigadores que logró identificar a los tres sospechosos. También pudieron determinar dónde estuvieron alojados antes y después de que se cometiera el doble crimen. Una comisión policial salteña se instaló la semana pasada en nuestra provincia para sumar más evidencias. Se quedaron hasta el viernes y anunciaron que regresarían con los exhortos para realizar las medidas judiciales.
El domingo, en un operativo dirigido por los comisarios Carlos Díaz, Ángel Álvarez y Miguel Carabajal, se concretó la detención del procurador Elvio Díaz (43 años). También buscaron a Carlos Rodríguez, el otro señalado, que anoche fue detenido. Paralelamente, en Salta, detenían a un hombre y secuestraban una camioneta que habrían utilizado en el doble homicidio.
EN EL RECUERDO. Los asesinos quemaron el cuerpo de Gonzalo Brito.
Allegados a los sospechosos descartaron que hayan tenido algo que ver con el doble crimen. Reconocen que viajaron al norte del país, pero por cuestiones laborales que nada tenían que ver con cuestiones vinculadas a la compra y venta de drogas.
La fiscala les pidió a los policías tucumanos que buscaran una serie de elementos para probar que ellos estuvieron involucrados en el caso. No sólo consiguieron incautar las prendas y el calzado que habrían usado cuando quedaron registrados por las cámaras de seguridad; además ubicaron un termo negro que estaban buscando y un par de zapatillas de color blanco que estarían manchadas con sangre.
Antecedentes
En el sur de la provincia se registraron otros dos dobles crímenes que hasta aquí no pudieron ser esclarecidos. Los investigadores siempre sostienen que ambos casos estuvieron atravesados por cuestiones narcos. Homicidios cometidos por profesionales que no dejaron ni un indicio que permitiera su identificación.
En marzo de 2021 fue encontrado sin vida Víctor Hugo Brito (58). Lo ejecutaron de un disparo en la nuca después de haberlo torturado. Horas después, su hijo Gonzalo Brito (19) fue encontrado en el interior de su vehículo totalmente incendiado. Al joven lo habrían matado de un balazo en la cabeza y después prendieron fuego el auto. Los homicidas sabían lo que hacían: dejaron abiertas las ventanillas para que las llamas tuvieran el oxígeno necesario para no dejar nada sano.
Los familiares de las víctimas aseguran que el hecho de sangre está vinculado al mundo de los prestamistas y de la usura. Pero los pesquisas siguen sumando indicios para establecer que el negocio de la droga estaría detrás de estas muertes y que fueron sicarios quienes las consumaron.
Un año después, pero en Santa Lucía, fueron ultimados otro padre e hijo. Luis Rodrigo “Chano” de la Vega (52) fue encontrado asesinado de un disparo en el interior de su vehículo. Un día después los investigadores encontraron el cuerpo de su hijo Walter de la Vega (25). Los investigadores siguieron tres líneas: una vinculada al cuatrerismo, otra sentimental y cuestiones narcos.
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