Un déficit sin soluciones: la estadística negativa que San Martín de Tucumán no logra revertir

En su excursión a Jujuy, el equipo que dirige Diego Flores volvió a exponer flaqueza y carencia de ideas en el medio campo.

OPACO RENDIMIENTO. En esta ocasión, Abregú no pudo imponerse en el marca; tampoco estuvo fino para iniciar los ataques. OPACO RENDIMIENTO. En esta ocasión, Abregú no pudo imponerse en el marca; tampoco estuvo fino para iniciar los ataques. Foto de Rodolfo Gutiérrez- Especial para LA GACETA

La ausencia del medio campo es uno de los déficits que San Martín no pudo corregir en varios juegos y esa falla quedó mucho más expuesta en el duelo contra Gimnasia de Jujuy. No sólo por las fallas en la marca –aspecto que explotó el “lobo” con una propuesta directa-, sino por la pobre producción de los volantes del “santo”. 

Tal es así que si se contabilizan las intervenciones de Gustavo Abregú, Ulises Vera, Iván Molinas y Juan Cuevas suman 64 pases correctos sobre 80 intentos. La situación se agrava si se considera que el equipo de Diego Flores cedió por completo la posesión (40%); esas cifras exponen el flojo rendimiento de un sector en el que crucial hacerse fuerte.

Abregú fue el que más entregas realizó (23 de 29 posibles). Pero no asumió el rol de ser el eje del equipo y volvió a mostrar flaquezas en la salida limpia; nunca pudo posicionarse como el eslabón entre la defensa y el ataque.

Está situación provocó que Darío Sand, Juan Orellana y Agustín Dattola realizarán cadenas de pases interminables sin lograr romper líneas. Los defensores movieron la pelota de un lado al otro sin encontrar a un conductor en la mitad de la cancha. Tal es así que abundaron las pelotas largas para los delanteros, pero sin lastimar a la zaga central del "lobo".

El punto más alto de Abregú se vio en la marca. Tal es así que aportó cinco recuperaciones (dos robos de balón, tres intercepciones y sólo cometió una falta). Sin embargo, la inconsistencia en ese aspecto por parte de Mastrángelo lo obligó a posicionarse como un segundo marcador por la zona izquierda. Así, Mauro Albertengo y Cristian Menéndez tuvieron un duelo directo con la zaga central.

Vera, en tanto, no pudo suplir la tarea de Pablo Hernández. El juvenil fue más ganas que realidad: completó 17 pases de 20 intentos –seis fueron en el primer tiempo-. Además, intentó realizar una que otra jugada individual, pero no tuvo éxito debido a la presión constante del tándem jujeño compuesto por Hugo Soria y Jorge Juárez. Ambos controlaron los arranques del volante y forzaron seis pérdidas de balón.

Durante el complemento, Vera cambió de posición con Abregú. El volante mostró cualidades para hacerse cargo de iniciar los ataques de San Martín. Sin embargo, la necesidad del empate hizo que Flores decidiera sacarlo para sumar a Gonzalo Klusener para jugar con dos delanteros centros y dos extremos por las bandas; táctica que tampoco surtió efecto y sólo terminó de partir la mitad de la cancha del “santo”.

Molinas pasó desapercibido; no mostró ninguna virtud en el juego. Incluso, fue el volante con menos participación (dio siete pases correctos de 10 y ninguno cerca del área rival). Tampoco aportó desequilibrio ni intensidad. Nada de nada. 

Las intervenciones de Molinas se limitaron a un mal cabezazo dentro del área rival y un remate de media distancia que fue despejado por Alan Sosa –la única jugada de peligro del equipo-. De este modo, no pudo suplir la función de Cuevas, que ingresó en el segundo tiempo.

El ex Gimnasia de La Plata intentó comandar los ataques, aunque tampoco lo logró. Completó 17 pases en los 36’ que estuvo en cancha. Sin embargo, estuvo obligado a posicionarse demasiado lejos del arco rival; ese fue el motivo por el que la mayoría de las entregas fueron a la altura del círculo central. 

¿San Martín deber reforzar esa zona? La derrota frente al “lobo” expuso que San Martín no tiene un reemplazante de las características de Hernández. “Tucu” había levantado el nivel en las últimas jornadas, pero no estuvo disponible para el duelo en Jujuy. Y el equipo lo sintió.

A priori, podría intuirse que Matías García aparece como una posibilidad para el rol, ya que tiene la experiencia suficiente para desempeñarse como volante interior. Claro; también se posiciona como opción de extremo izquierdo, posición que escasea en el plantel “santo”. 

¿Qué otras variantes tenía Flores para aplicar en el puesto? Leonardo Monje y Matías García (el ex Güemes) aparecen como opciones. Sin embargo, ninguno tiene las cualidades necesarias para imprimirle profundidad al juego del equipo. El ex Instituto mostró que tiene la capacidad de ralentizar el juego y brindarle un mayor equilibrio a la mitad de la cancha; el bonaerense, en tanto, se caracterizó por ser un jugador abocado a la contención.

También podría mencionarse a Agustín Prokop y a Matías Kabalín. No obstante, ninguno tuvo protagonismo en el ciclo de Flores. El tucumano sumó 23’ en dos partidos; mientras que el ex Santamarina sólo ingresó 10 minutos en el debut de la primera rueda.

El mercado de pases todavía sigue vigente y San Martín deberá analizar en qué puestos debe apostar las tres fichas que le quedan. Claro; mientras tanto el “santo” está obligado a encontrar las respuestas futbolísticas lo antes posible para no perderle pisada a San Martín de San Juan. 

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