Cuando hablamos de que la memoria nos traiciona, generalmente hacemos referencia a alguna incapacidad para recordar información que solemos tener a mano. Pero hay otra forma en que tu cerebro puede engañarte. Es que estudios descubrieron que la mente puede generar recuerdos falsos, es decir, episodios que nunca ocurrieron realmente.
Los estudios de la mente constituyen un campo, cuanto menos, complejo de indagar, al igual los que están centrados específicamente en el cerebro. Un grupo de investigadores de Países Bajos descubrió que los recuerdos no siempre son el reflejo de los hechos y que la expectativa juega un rol fundamental en la forma en que almacenamos información.
Los recuerdos falsos de tu memoria
La memoria puede guardar datos a largo y a corto plazo. Con el primer mecanismo, la información recibida por estímulos se reserva durante un breve período de tiempo, mientras que con el segundo, se puede guardar información por un período de tiempo más prolongado.
Los expertos de la Universidad de Ámsterdam postularon que las personas "pueden generar evocaciones falsas en un abrir y cerrar de ojos, ya que el cerebro humano altera los recuerdos del corto plazo de acuerdo con lo que espera ver" y remarcaron hacer referencia a las expectativas.
"La memoria a corto plazo no siempre es una representación precisa de lo que se acaba de percibir. En cambio, está formada por lo que esperábamos ver, desde la formación del primer rastro de memoria", publicaron los especialistas en la revista Plos One.
Cómo funcionan los recuerdos falsos de la memoria
Para llegar a esta conclusión, los investigadores realizaron una prueba. Les mostraron a 524 personas unas diapositivas del alfabeto occidental. En el medio de cada procedimiento "se les mostró una diapositiva distinta, de interferencia, con letras aleatorias" que estaban diseñadas de manera similar a las originales, pero en una orientación distinta.
Cuando se les consultó por lo visto, señalaron "haber visto a la pseudoletra como una letra real". A este fenómeno, los especialistas le denominaron ilusiones perceptivas en escalas de tiempo cortas. Se dio por la expectativa que tenían los participantes de ver las letras en su orientación real y no en espejo o de cabeza.